La Coordinadora Montaña de Tindaya y la Federación Ecologista Ben Magec-Ecologistas en Acción denunciamos que -con independencia de la acción realizada por los expoliadores- las instituciones canarias con responsabilidad sobre nuestro patrimonio natural e histórico están incurriendo en una flagrante dejación de funciones al inhibirse en la vigilancia de nuestro patrimonio y en no adoptar todas la medidas necesarias que impidan o atenúen los constantes saqueos que están afectando a la Montaña de Tindaya. Recordamos que dentro de las diversas leyes protectoras que debieran garantizar el amparo del patrimonio de la Montaña está la que declara, por ministerio de ley, la estación de grabados como Bien de Interés Cultural (BIC). EL Cabildo Insular de Fuerteventura, a pesar de las continuas peticiones realizadas por miembros de la comunidad científica y grupos ecologistas, nunca ha promovido el estudio minucioso de la estación de grabados, ni ha delimitado su perímetro de protección, ni ha arbitrado las medidas de vigilancia y de protección que tan singular patrimonio requiere.
Es especialmente lamentable que las instituciones canarias se hayan gastado alrededor de 30 millones de euros fomentando la obra de Chillida para Tindaya y no haya destinado ni un solo euro para el estudio y protección de los valores reales e incuestionables que alberga el espacio natural y cultural más protegido, en el plano teórico y legislativo, de todo nuestro Archipiélago. Sirva como muestra que el Cabildo Insular tiene preparada -lista para su inauguración- una exposición permanente en la Casa de los Coroneles en La Oliva sobre Tindaya pero no sobre sus diversos valores naturales, paisajísticos o arqueológicos sino, una vez más, sobre el intento de destruir definitivamente ese espacio bajo la coartada de una obra de arte sumamente cuestionada. Al respecto, también recordamos que en junio se presentaron públicamente más de trescientas firmas de científicos y profesores de las universidades canarias solicitando la protección y divulgación de los valores naturales y culturales de Tindaya.
Así pues, lamentamos este nuevo expolio irreversible sobre unas manifestaciones culturales de hace más de dos mil años y denunciamos la permanente inhibición en su protección de la que hace gala el Cabildo Insular y demás instituciones canarias.