Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Mi baúl del 2012.

Lunes, 31 de Diciembre de 2012
Luisa Chico Pérez
Publicado en el número 451

Hoy abrí el baúl de los recuerdos del año que está a punto de finalizar. No quiero echar el cerrojo mañana sin asegurarme de que sólo guardo en su interior aquello que deseo conservar en mi memoria.

 

A mi mente llegaron mis buenos propósitos al comenzar este 2012 y he analizado cuáles he hecho realidad. Sorprendentemente han sido la mayoría por primera vez en mi vida. Seguramente ha sido porque también, por primera vez, todos ellos iban dirigidos en una misma dirección, y no se han dispersado en aras de intereses de otros. Este año quise centrar toda mi energía en mí misma, y así ha sido. Quizá por eso ha funcionado.

 

Salud. Comencé el año haciendo lo posible y lo imposible por recuperar la salud perdida en tantas luchas inútiles. Sé que aún me queda mucho trecho por andar en esa dirección, pero al menos he dado con la solución a los problemas principales… y eso es positivo.

 

Principalmente hay tres personas que han hecho posible esa realidad, tres personas a las que quiero y que cada día me han hecho sentir correspondida en igual medida. Mi hija, que paga mi seguro médico privado. Mi profesora de yoga, que se ha desvivido por buscar soluciones alternativas que completaran o sustituyeran a la medicina tradicional. Y mi terapeuta, que con sus sesiones de acupuntura y otras terapias devolvieron la paz y grandes dosis de salud a mi día a día.

 

Si la madre naturaleza es el símbolo de la salud, yo hoy guardaré en mi baúl de este año tres plantas vivas y florecientes que siempre quiero llevar conmigo. Una violeta malva por Yolanda, una Artemisa sana por Mirei y la dulzura de la stevia por Maritza.

 

Dinero. Solucionar mi precariedad económica al inicio del año pasaba por un gran esfuerzo físico y emocional. ¡Había que dejar atrás tantas cosas! Pero a mediados de año el Universo me indicó el camino a seguir, no era fácil dado que transitaba por lugares desconocidos, pero eso no me arredró y puse manos a la obra tomando una de las decisiones más difíciles de mi vida, dejar mi tierra. La isla donde nací, crecí y maduré. El lugar donde tengo a mi escasa familia a la que amo profundamente. El sitio que conozco y donde me conocen. Donde tengo los amigos de toda una vida… Pero lo hice… y fue positivo.

 

En mi nueva ubicación ha habido personas a las que debo que ese inicio del camino haya resultado fácil. Desde los amigos que se han desvivido para que yo me sienta arropada y querida en todo momento (y aquí sí debo nombrar a dos de ellos por su nombre: Juan y Esteban); hasta colectivos como la Federación de Folclore de Gran Canaria o la AF La Villa que han hecho fácil que yo pueda seguir dedicándome aquí a lo que en los últimos años se ha convertido en mi medio de vida y disfrute, el folclore canario y la enseñanza de sus bailes tradicionales. No pondré aquí nombres personales porque sé que quienes lean esto sabrán que me refiero a ellos cuando digo GRACIAS por la buena acogida tenida en Gran Canaria.

 

Usaré como símbolo de la positividad profesional en este año cientos de zapatos de baile, dos por cada una de las personas que han compartido conmigo horas de su uso aquí y allá. Mi baúl se va llenando.

 

Amor. El amor… Ese sentimiento que todo lo cura y es el motor de mi vida.

 

Aunque al finalizar el año sigo a la espera del amor compartido con una pareja, no puedo obviar que si ha habido personas que lo han intentado y a los que debo momentos ilusionantes y maravillosos. Mi año ha estado lleno de AMOR, pero el principal ha sido el de mi familia y amigos, que se han volcado en que yo sintiera en esta etapa de mi vida que puedo contar con ellos y lo mucho que me quieren.

 

Hoy guardo en mi baúl varios corazones que laten al unísono que el mío cada segundo de mi vida. Pero además los guardo arropados con músicas variadas: folclore canario, boleros, sevillanas, tangos, música clásica, étnica… y los acomodo entre algodones de risas y momentos felices.

 

Aprovecharé, mientras los voy colocando en un lugar de privilegio en mi baúl virtual, para dar las gracias por esos buenos momentos y de forma especial a mis compañeros de Tajaraste por su amistad incondicional. A Mencey romántico por su cariño y sus canciones compartidas en momentos sublimes. A Isabel por enseñarme a bailar sevillanas y poder disfrutar de los buenos ratos con tantos amigos del folclore andaluz. A Tony y a Juancar por ayudarme con mis primeros (y únicos) pasos de tango de toda mi vida. A mi amigo Octavio por enseñarme a disfrutar de los buenos momentos aderezados por la música clásica o étnica, algo que nunca pensé que haría. A Chema y a mi hermano Carlos por acercarme a la música de cantautor y descubrirla más allá de algún tema suelto. Y así podría seguir por mucho tiempo agradeciendo a tantas y tantas personas momentos felices y llenos de amor compartido.

 

Cada día tengo más claro que el AMOR es principalmente una actitud, y que cuando lo repartes a manos llenas en tu entorno, regresa a ti multiplicado por mil.

 

Aún queda sitio en mi baúl para muchas cosas más, 2012 ha sido un año lleno de novedades y sorpresas positivas que también quiero conservar y agradecer. Guardaré mi primer libro virtual publicado en la revista digital BienMeSabe.org. Me hizo mucha ilusión poder reeditar Agacheros y verlo publicado en la red.

 

Enrollaré las páginas conteniendo los artículos que La Voz de Tenerife ha tenido a bien publicar en sus páginas. Los ataré con el cariño de Ana y Pablo, los artífices de que este año me convirtiera en aspirante a periodista.

 

Con la intención de que queden todas juntas y a buen recaudo, guardo en una cajita especial las sonrisas compartidas en los buenos momentos que todos y cada uno de mis alumnos, de aquí y de allá, me han regalado junto con su estima y valoración por mi trabajo, algo de lo que me siento muy orgullosa, poder transmitir costumbres de antaño y que la gente lo valore y lo disfrute no tiene precio.

 

Afortunadamente los baúles virtuales son de capacidad infinita, porque sino sería imposible guardar en el mío de hoy tantos momentos felices como me ha traído el 2012.

 

Para el próximo año solo pido más de lo mismo, y que sea extensivo a todos aquellos que amo y con los que deseo seguir avanzando por el sendero de mi vida.

 

Me siento afortunada y por eso hoy cierro mi baúl y lo cuelgo en la red sostenido por hilos muy especiales: el dorado del cariño que es oro, el verde de la esperanza, el azul de nuestro amado mar y el blanco de la pureza de los corazones de buena voluntad, para que sirva de recordatorio de los buenos momentos compartidos en el año que mañana termina.

 

 

Comentarios
Martes, 22 de Enero de 2013 a las 01:18 am - Luisa Chico

#01 Muchas gracias a bienmesabe.org por dejarme compartir mis vivencias desde su espacio en la red. ¡Feliz 2013!