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Lunes, 09 de Enero de 2012
Jorge Rodríguez Padrón
Publicado en el número 400
Revista gallega que inició su publicación en La Coruña (1920) como Boletín de Casa América-Galicia, institución ésta de carácter comercial, dedicada a intercambio entre Galicia y América. En 1922, con el título de Revista de Casa América-Galicia, empezó a incorporar contenido literario a sus páginas, bajo la influencia de Julio J. Casal, director, y de Alfonso Mosquera, redactor administrador.
Se transformará totalmente en revista literaria a partir del número 33 (octubre, 1923), y pasa a denominarse entonces Alfar. De vocación atlántica e iberoamericana, acoge colaboraciones de prestigiosos escritores de lengua portuguesa (Joâo de Deus, António Nobre, Teixeira de Pascoaes o Guerra Junqueiro), de poetas y prosistas hispanoamericanos (Gabriela Mistral, César Vallejo, Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges o Juana de Ibarbourou). Fue también muy habitual la presencia de escritores canarios. Cuentos y poemas de Alonso Quesada* se publican desde el número 27 (marzo, 1923) hasta el número 61 (febrero, 1929). Saulo Torón* publica algunos de sus poemas en los números 31 (junio, 1923), 39 (abril, 1924) y 48 (marzo, 1925). En los números 29 (mayo, 1923) y 31 colabora Félix Delgado*; en el número 48, Josefina de la Torre, y en el 31 Mercedes Pinto*. Pero el más asiduo colaborador, entre los escritores de las Islas, será Fernando González*. Poemas suyos aparecerían en los números 29, 31, 41 (junio-julio, 1924) y 49 (abril, 1925). El último número de la primera etapa de Alfar aparece en La Coruña, y corresponde a los meses de agosto-septiembre de 1926. Julio J. Casal se traslada entonces a Montevideo y abandona la publicación de la revista. No obstante, al año siguiente, aún aparecerían dos números más de Alfar, en Galicia, bajo la dirección entonces de J. González del Valle (julio y agosto-septiembre de 1927). Julio J. Casal, por su parte, decide resucitar la revista en Montevideo, y publica los números 60 y 61, de enero-febrero y marzo-abril de 1929. A partir de este último año, la muerte del pintor Rafael Barradas, animoso colaborador desde la etapa gallega de Alfar, y las dificultades económicas obligaron a que la publicación mantuviese una periodicidad muy irregular, por más que se siguiera editando hasta la muerte de Casal. El último número correspondió al año 1954-1955.