Durante dos años (1812-1814) reside en la isla portuguesa de Madeira. En 1816 regresa al Puerto de la Cruz donde fija su residencia y donde muere a muy avanzada edad. Fue diputado-regidor del ayuntamiento de su ciudad natal (1826) y también alcalde (1828). Desempeñó diversos cargos políticos hasta 1853. Su obra es el resultado de su gran afición a los estudios históricos, aunque trata también otros asuntos en su muy abundante bibliografía, en gran medida inédita. Entre sus libros: Cuadro histórico de las Yslas Canarias, redactado al parecer a partir de 1841, la obra quedó concluida hacia 1867 y se editó en 1955. Se trata de una colección de noticias y acontecimientos memorables de las Islas, sucedidos entre 1808 y 1812, y a la cual se añade, como “sección adicional”, la transcripción del Manifiesto enviado al Cabildo Permanente de Canaria por el presbítero Miguel Cabral, ex fraile franciscano perseguido por su irreverencia hacia los miembros de la Junta Suprema de La Laguna. Según Álvarez Rixo, un texto “lleno de maliciosos rasgos” y de una notable viveza en la narración. Es autor también de una Descripción histórica del Puerto de la Cruz (1842), Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava. 1701-1872 (1994), Historia del Puerto de Arrecife, publicada en 1982, Varias noticias biográficas de algunos isleños canarios, Lenguaje de los antiguos isleños (1991), Voces, frases y proverbios provinciales de nuestras Islas Canarias (1992), Anécdotas referentes a la sublevación de las Américas, en cuyos sucesos sufrieron y figuraron muchos Ysleños Canarios, obra en que, entre otros asuntos de interés, hace hincapié en la personalidad y en la actuación del general tinerfeño Miranda. También es autor de Miscelánea o Floresta Provincial, colección de anécdotas sociales de las Islas entre 1812 y 1852. Escribió también varias obras teatrales de carácter alegórico, a las que dio el título de Máscaras. Y fue asiduo colaborador de la prensa insular, con artículos en La Aurora*, El Teide, Eco del Comercio*, El Time* y otros, firmando con diversos pseudónimos (El guanche de Tabengor, A. Taoro o Álvarez).