- El espectáculo se nutre y se articula alrededor de la figura y la leyenda de Valentina la de Sabinosa. Como mujer, ¿qué valora de aquel ser que mantuvo vivo el folclore tradicional de la isla de El Hierro en unos años tan difíciles?
No puedo hacer una valoración especial por ser mujer. En este caso, los valores que más me impactaron cuando la conocí, en aquella televisión en blanco y negro de finales de los años 70, fueron su sencillez y su verdad, sin aspavientos, sin pretensiones. Era la voz de la tradición y de la memoria, sin más, y me impactó muchísimo. Un canto que viene del pasado y que continuará teniendo valor en el futuro. Un canto eterno, que conmueve aunque no entiendas su idioma.
- ¿Crees que el sector de la cultura musical de Canarias ha valorado en su justa medida la aportación y contribución histórica de esta cantadora herreña?
Creo que en aquellos años tuvo atención y reconocimiento en un plano de afectividad y cercanía de todo aquello que comenzaba como algo a recuperar; éramos todos muy ingenuos, en la cultura, en la política, en la música, en los medios de difusión... Para mí el valor de Valentina, en estos momentos, más allá de consideraciones musicológicas, es un valor espiritual, como de tótem, que va más allá de lo puramente folclórico. Es como la célula original de una expresión atlántica e isleña. Escuchando a Valentina se trasciende el hecho de preguntarnos quiénes somos como pueblo.
- La colaboración con Taburiente despertará también una sensación especial y emotiva, al tratarse de un grupo emblemático con el que la música de las Islas empieza a escribir una nueva página en torno a la relectura, renovación y la fusión de los sonidos del folclore popular.
Para mí es una colaboración muy, muy especial. Muy esperada y muy querida. Cuando empezaba a cantar "me bebía" los discos de Taburiente, y me miraba en ellos como en un referente de coherencia, de modernidad, de búsqueda auténtica y sin artificios. Nunca pensé que la vida me daría la oportunidad de celebrar juntos un concierto de estas características, así que lo voy a disfrutar como una de las noches más soñadas de mi carrera. Y ellos han sido muy generosos dejándonos conducirles hacia una propuesta diferente a lo que habitualmente hacen.
- ¿Cómo garantiza este nuevo proyecto la personalidad íntima de cada una de las dos formaciones musicales, siendo un espectáculo que para esta ocasión firman dos grupos con idiosincrasia y registros distintos?
Hemos hecho un trabajo de selección de temas que nos represente a ambos. Los temas emblemáticos de cada grupo estarán presentes, pero desde la perspectiva de la fusión. No será un concierto a partes, sino juntos. Compartiremos todos los temas de uno y otro grupo, porque pretendemos ofrecer una panorámica de trayectoria, de época vivida, desde sonidos y propuestas distintas pero con afanes e ideales comunes. Y siendo acompañados por una banda de músicos y un plantel de invitados de lujo.
- Nuevo proyecto ambicioso y complejo para nuevos tiempos complicados y de retos para la producción de carácter cultural en Canarias. ¿Renovarse o morir?
Ahora más que nunca. Nos hemos lanzado a esta pista sin red, pero nos era necesario, urgente, diría yo, plantear este espectáculo precisamente ahora, en medio de este panorama tan complicado y adverso. No es fácil cantar a la esperanza en mitad de tantos dramas que vemos a diario; no es fácil celebrar cualquier cosa cuando ves a gente, cercana a ti también, que lo está pasando tan mal... Nosotros mismos, tanto Taburiente como Mestisay, o muchos de los músicos que participan en este proyecto, estamos contando las judías... Pero necesitábamos como el respirar poner en pie este proyecto, sin medios, sin recursos, autoproducido, pero con la certeza de que es el momento preciso para reivindicarnos, como músicos de raíz y como canarios.
- Valentina resume y explota buena parte de los elementos que palpitan en la idiosincracia de Canarias. ¿Crees que la globalización cultural y los múltiples movimientos transculturales a los que estamos sometidos terminará por acabar con el legado tradicional del que se nutre buena parte de la cultura de Canarias?
Ése es un riesgo cierto, pero si olvidamos quiénes somos estaremos perdidos como pueblo. Yo creo que mucha gente joven quiere acercarse, pero quizá no encuentren cómo, por dónde, a qué... Y lo que le ofrecen las radios y televisiones es, lógicamente, a propósito de esa globalización -que no se nos olvide que es también económica- es música para usar y tirar. Ojalá esta búsqueda de Valentina les seduzca y nos acompañen con ella.
- Con el paso de los años ¿qué balance o lectura haces de lo que ha supuesto para la Cultura de las Islas Mestisay como grupo?
Yo no puedo valorar eso. Lo tendrán que hacer otros. Solo sé de nuestra trayectoria desde un punto de vista vital, de proyecto de vida, y no soy objetiva a la hora de evaluar qué trasciende o no de nuestro trabajo. Hemos procurado ser decentes y honestos con nosotros y nuestros proyectos y que sean nuestras canciones y producciones las que hablen por nosotros. Pero preocuparse de la trascendencia de lo que hace uno es un esfuerzo inútil, hasta tonto, diría yo. Uno hace, y es feliz haciendo; y aún más feliz pudiendo compartirlo. Si no te basta con eso, mal asunto.
- ¿Qué crees que hay de Olga Cerpa en el ADN de Mestisay?
Creo que hay mucho más de Manuel González que de Olga Cerpa en ese ADN, pero quiero pensar que, después de tantos años y tantas canciones, he conseguido fijar una manera personal de decirlas. Supongo que, de alguna forma, cuando alguien me escucha, piensa Mestisay y eso ya significa que parte de mí quedó en esas canciones.
- ¿Cómo convencerías al público para que no se perdiera en el Auditorio el montaje En busca de Valentina?
Sólo puedo hacerlo desde el entusiasmo en que nosotros mismos estamos metidos. Queremos que sea una noche grande, bonita, para disfrutarla con todos los que estén con nosotros en el Auditorio. Y hemos querido que el precio de las entradas no sea un obstáculo para ello. Será una noche inolvidable para las biografías de los dos grupos, seguro. Y para muchas personas que han hecho que nuestras canciones formen parte de sus vidas.