Cuenta la tradición que un pastor de las cercanías, enfermo de los ojos y de la piel, sintió un día deseos de bañarse en aquellas aguas tibias. Satisfizo su deseo, por varios días y con sorpresa se halló limpio y curado. Al ruido de esta curación, acudieron otros enfermos de los pueblos vecinos y de los pueblos lejanos, y unos encontraban la salud perdida y otros un alivio notable en sus dolores. La fama pregonó estas cosas y la ciencia se ocupó de las aguas minero-medicinales de Azuaje.
Es por ello, que en el año 1968, se encarga a un médico especialista, el doctor Cásares, el análisis de las mismas, para conocer las propiedades del agua. El análisis fue el siguiente: La acción fisiológica de las aguas termales de Azuaje, que por su composición química participan de las propiedades alcalinas ferruginosas, es en general sedante, tónica, diaforética, diurética y expectante, estimulan los órganos digestivos, activan la circulación, obran como sedantes del sistema nervioso, promueven la transpiración, la secreción de la orina, la expectoración, y modificación de una manera especial las diversas secreciones mucosas. Por todas estas propiedades eran recomendables los baños de inmersión durante quince minutos en dichas aguas.
Era tanta la gente que acudía a esta Fuente Santa que en 1868, se construyó un hermoso Hotel. A la entrada se disponían unas dependencias para almacén de víveres y la recepción. En la primera planta un gran comedor con la cocina al fondo, utilizándose el segundo piso a modo de terraza.
Bajo el risco, tenía un pequeño apartamento con dos dependencias: dormitorio y una pequeña sala de estar, con su pequeño balcón. En esta zona muchas parejas pasaban su luna de miel. En la parte alta estaba situado el edificio destinado al hospedaje. Constaba de 16 habitaciones, con una capacidad de 30 plazas. Su construcción era de madera.
Los precios que tenían el hotel eran los siguientes:
- Pensión completa máxima 12 pts. Pensión completa mínima 10 pts.
- Habitaciones para servidumbre, pensión completa 6 a 7.50 pts.
- Desayuno 2 pts. Almuerzo 6 pts. Comida 6 pts.
El hotel contaba además con una ermita, destinada a la misa semanal, enclavada en un jardín con una vegetación exuberante.
El balneario era propiedad de Casa de D. Fernando y arrendado por D. José Crus. Constaban estas interesantes instalaciones de quince tinas destinadas a los baños, así como, de cuadras donde se guardaban las bestias.
En 1928, la Dirección General de Sanidad cierra el Balneario al objeto de mejorar las instalaciones hidromedicinales y proveerlas de un médico de cuerpo de baños. No obstante, cuando los propietarios pretenden reedificar el balneario no logran un acuerdo con la dirección del hotel, y es clausurado. El Balneario de Azuaje se cerró hacia 1938 por razones sanitarias y las circunstancias negativas de las contiendas bélicas. La situación económica posterior imposibilitó su reapertura oficial, aunque sus instalaciones y baños continuaron siendo utilizadas por las gentes del lugar, donde se hacían bailes hasta principios de los años cincuenta; pero la enorme riada causada por el temporal de octubre de 1955, destrozó los baños. Hoy podemos ver las ruinas del Hotel Balneario de Azuaje, que generan tristeza y nostalgia a la espera de que alguien con la suficiente sensibilidad hacia nuestro pasado sea capaz de devolvernos algo de aquellos tiempos de baños, salud y esplendor.
Texto tomado de la Guía del Patrimonio Natural y Cultural de Moya, editada por su Excmo. Ayto.