a) Fray Andrés de Abreu
Es un monje franciscano nacido en La Orotava (Tenerife). Su obra principal es el conocido como Vida de San Francisco (1692), un largo poema en el que se narra la vida del santo de Asís, y que tiene la intención de conmover al lector por medio de imágenes propias del Barroco. Para ello se sirve de una rica capacidad metafórica, aparte de un lenguaje considerablemente culto. Tiene una gran artificialidad formal y cierta influencia de la poesía mística. También fue autor de prosa, como su Vida del venerable siervo de Dios Fr. Juan de Jesús (1701), donde en medio de la temática religiosa aparecen referencias a la naturaleza y al paisaje canarios.
Este autor fue reivindicado por los escritores vanguardistas canarios en el siglo XX por su atrevida manera de expresar determinadas imágenes y recursos.
Detalle de una página antológica de la poesía de Fray Andrés de Abreu en la revista La Rosa de los Vientos
b) Grupo Poético de La Palma (segunda mitad del s. XVII):
Juan Bautista Poggio y Pedro Álvarez de Lugo
En la segunda mitad del siglo XVII, la isla de La Palma vivió un momento de esplendor económico. Las florecientes relaciones comerciales que mantenía con Europa y con América favorecieron el desarrollo de una burguesía que intentó demostrar su prestigio y su poder, tanto en el ámbito social como en el cultural.
En este contexto se desarrolló la actividad de un grupo de poetas que participaban de las características del Barroco. Destacan, entre otros, Juan Pinto de Guisla; Pedro Álvarez de Lugo que, aparte de poeta, escribe prosas morales, entre ellas la interpretativa sobre Primero Sueño de la conocida poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (por eso se le considera en primer crítico literario canario), además de su libro Convalecencia del Alma (1689), con algunas alusiones en sus obras a nuestro primer poeta, Cairasco de Figueroa; y Juan Bautista Poggio, poeta de hondo calado, de temática moral, amorosa y religiosa, escritor de décimas, autor también de obras teatrales llamadas Loas (religiosas, dedicadas a la Virgen de las Nieves, pues fue un gran impulsor de la Bajada Lustral palmera durante unos 25 años).
El siguiente poema es de este último autor, uno de los grandes sonetos de la Literatura Canaria de todos los tiempos:
Persuade a Fabio de ser él mismo
Si otra patria, otras leyes, otro fuero,
Huye de la borrasca el marinero,
Si cual ciervo la flecha en la herida
Tú y las penas corréis cursos iguales:
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(Ver Esquema General de la Historia de la Literatura Canaria)