Hablamos de los objetivos de Barrios Orquestados, entre otros, la integración de niños y jóvenes en un proyecto grupal, de contenido pedagógico y con fines artísticos. La inculcación de valores sociales de amistad, la tolerancia, la solidaridad, el sacrificio y el respeto; el aprendizaje del funcionamiento de una dinámica de grupo, y su necesaria jerarquía; el respeto a las funciones de cada persona dentro de un colectivo y la primacía de una actitud democrática; el desarrollo de habilidades musicales a través del aprendizaje de un instrumento; la creación de alternativas de ocio y cultura a la gente joven de los barrios que se ven medio abandonada en las calles desde que salen del colegio o del instituto, por carencia de alternativas de esta índole; el desarrollo de las capacidades artísticas y de la creatividad del individuo sin necesidad previa de requisitos de carácter social o económico.
José Brito nos emociona con el proyecto, desde sus orígenes en su cabeza y activado en el calor de un cortado en la cafetería con otros compañeros baluartes del proyecto. La idea original de Barrios Orquestados nace en el 2005 en la mente de su director, el nombrado anteriormente, con el propósito de hacer llegar la cultura a través de la música a sectores de la sociedad con cierta marginalidad. Y se plasma en 2011 cuando Brito, junto a un equipo formado por su hija Laura Brito y Andrés Betancort, ponen en marcha el proyecto piloto en Tamaraceite, zona periférica de Las Palmas de Gran Canaria, donde trabajan de lunes a jueves con 40 niños; incluso todo enriquecido con la participación de los familiares, que reciben igualmente clases de sensibilización musical, lo que les ha llevado a participar activamente en los coros sorpresivos, y sorprendentes, de sus actuaciones. Esto conllevó, concretamente en una actuación en el Paraninfo del Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una verdadera atmósfera de emotividad extraordinaria.
En su génesis tomaron las referencias de otros proyectos parecidos como el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles (FESNOJIV) de José A. Abreu en Venezuela, o el proyecto Palenque en Colombia, o el proyecto Sonidos de la Tierra en Paraguay. Con la realidad social y la idiosincrasia diferente en cada proyecto, Barrios Orquestados tiene un carácter propio. José Brito nos cuenta cómo lo importante es el camino, el propio objetivo de implicar la potenciación de valores, la necesidad de asumir compromisos personales y colectivos, la constancia del trabajo, la fraternal convivencia en cada paso que damos con nosotros mismos y con nuestro vecino, y el cultivo de una sensibilidad imprescindible para alcanzar óptimamente todo lo anterior. Nos cuenta de forma apasionada cómo el proyecto, aunque por ahora sólo en Gran Canaria, pretende crear orquestas de cuerda frotada (violines, violas, cellos y contrabajos) en todos los barrios periféricos de las capitales del Archipiélago que tengan necesidades especiales a nivel social y cultural; adonde la cultura llega aletargada, o simplemente no llega por diferentes motivos. Todo el aprendizaje se realiza en grupo, desde la sujeción del instrumento y el aprendizaje del lenguaje musical, hasta la ejecución de una partitura.
José Brito agradece las colaboraciones anónimas de muchos amigos músicos que han puesto sus propios instrumentos a disposición del proyecto, o de instituciones que han colaborado con distintas aportaciones como la Fundación Mapfre Guanarteme, la Asociación Orquesta Bela Bartok o la Fundación Caixabank. Nuestro entrevistado no se olvida de agradecer el esfuerzo, la dedicación y la suma de muchas voluntades personales como las de Andrés Betancor, Eva Cabrera, Laura Brito, Davide Payser, Tatiana González, Vicky Quintana...
El germen de Tamaraceite ha dado otro nuevo fruto, ha germinado otra nueva célula de Barrios Orquestados en Pedro Hidalgo, en la zona del Cono Sur de Las Palmas de Gran Canaria, donde se vuelven a concentrar nuevas y renovadas energías para ir ampliando paulatinamente el nivel de acción en forma de espiral, como augura José Brito, hasta llegar al amplio mundo de todas las Canarias. Ojalá así sea, pues bien que lo merece esta necesaria iniciativa sociocultural.