Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen. Entrevista al director, Miguel Martín Ramos.

Martes, 02 de Abril de 2013
Pedro Socorro Santana (Cronista Oficial de Santa Brígida)
Publicado en el número 464

El próximo viernes 9 de abril medio centenar de actores y actrices pondrán en escena en Santa Brígida (Gran Canaria) una versión de la obra del noruego Ibsen. En Un enemigo del pueblo se expone el riesgo de que la democracia degenere en demagogia y el precio que paga quien dice lo que la mayoría niega.

 

 

Santa Brígida se prepara ya para disfrutar de la obra de teatro más esperada del año: 50 actores y actrices aficionados interpretarán Un enemigo del pueblo. El estreno de la obra será el próximo viernes 5 de abril en el centro polifuncional de Santa Brígida y contará con dos pases didácticos para 600 escolares de Secundaria y Bachillerato de siete institutos de la isla, según ha adelantado el director Miguel Martín Ramos (Santa Brígida, 1967), profesor y amante del teatro que, tras el éxito cosechado en 2010 con la representación de El caballero de Olmedo, culmina estos días el nuevo proyecto teatral que ha vuelto a entusiasmarle.

 

Aunque fue escrita en el año 1882 por el dramaturgo noruego Henrik Ibsen, un prodigioso observador de la naturaleza humana, Un enemigo del pueblo pone en escena un hecho que perfectamente podría ocurrir en pleno siglo XXI, ya que nada de lo que se narra nos queda lejos. La obra cuenta la historia del doctor Stockman, médico de un balneario que es la principal atracción y fuente de ingresos de la ciudad a la que pertenece. Al descubrir que las aguas están contaminadas, el doctor vive la contradicción entre dar a conocer esa verdad a su pueblo, o sucumbir ante los intereses políticos y económicos de quienes dirigen la ciudad.

 

Bajo la dirección del satauteño Miguel Martín, esta obra intenta reflexionar sobre la idea de la democracia en una sociedad como la nuestra, donde los ideales modernos aparecen hoy en día puestos en cuestión. El camino recorrido hasta subir a las tablas del antiguo cine de Santa Brígida ha sido tan arduo como ambicioso. Una vez concebido el proyecto, un grupo de profesores encabezado por Juan José Mendoza se reunió durante meses para realizar una versión más corta y directa de la conocida obra decimonónica a fin de traerla a nuestros días y hacerla más viva para los espectadores. En total, son cinco actos divididos en once escenas que diseccionan sin grandilocuencia nuestros autoengaños y medias verdades.

 

Con el guión en las manos y antes de ponerse a dirigir, ya Miguel Martín conocía muy bien a los personajes y había movilizado a los intérpretes con un reparto joven, al encargado de la luz y hasta el telonero. Como siempre que el vecino Miguel pone en marcha un proyecto, el nivel de participación y la disponibilidad han sido excelentes. La mayoría de los actores y las actrices son vecinos de Santa Brígida, aunque también los hay de la capital grancanaria, Artenara y Gáldar. Con un elenco de actores principales integrado por Pepe Orihuela (Doctor  Stockmann), Gloria Ramallo (Señora Stockmann), María Rino (Petra), Flavia Martín (Birgit), Juan Espino (Morten Kill), Juanjo Mendoza (Peter Stockmann, el Alcalde de la ciudad), Rafa Martín (Hovstad), Patricia Rivero (Frida), Iván Álamo (Teo), Margarita Juez (Señora Aslaksen) y el Borracho, interpretado por Cristóbal Hernández..

 

La obra teatral cuenta, además, con la participación de otros cuarenta intérpretes que formarán parte de una asamblea de vecinos que entrará en escena en el cuarto acto, durante el cual se interpelará a los espectadores, convirtiendo al público en habitantes de la ciudad a la que se enfrenta el protagonista principal de la obra: el doctor Stockmann, declarado en sesión pública enemigo del pueblo por contrariar lo que se ha instituido como verdad absoluta, que es la base sin embargo de un progreso basado en la hipocresía y la degradación moral.

 

Algunos de los actores participantes (foto: P. Socorro)

Los profesores Juanjo Mendoza, a la izquierda, y Pepe Orihuela interpretarán a Peter Stockmann, el Alcalde,

y al Doctor Stockmann, respectivamente (Foto: P. Socorro)

 

Los ensayos comenzaron el 4 de septiembre del pasado año y los intérpretes ya han consumido más de ¡300 horas de trabajo! durante muchos fines de semana. En escena habrá lo indispensable. Un espacio simple: el salón de estar de una casa, algo minimalista, acogerá tres de los actos, pero también un estudio de televisión servirá para otro de los actos de la pieza teatral.

 

Así que atentos a su agenda cultural porque, repetimos, todo está preparado para la presentación oficial de Un enemigo del pueblo el viernes 5 de abril a las 20:00 horas en el antiguo cine de Santa Brígida. Las nuevas sesiones de este montaje continuarán el sábado 6 y domingo 7 de abril, a la misma hora, para el público en general, mientras que el lunes 8 de abril tendrán lugar dos pases didácticos para 600 escolares de Secundaria y Bachillerato de los institutos de Los Olivos y La Atalaya, Vega de San Mateo, Teror, el Colegio Oficial Alemán, la Feria del Atlántico y Josefina de la Torre, de la ciudad.

 

Hemos de agregar, finalmente, que la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias, que preside José Miguel Pérez García, ha considerado el proyecto docente de “buenas prácticas” y colaborará en sufragar los gastos de transportes del alumnado que presenciará la obra. El valor de las entradas es de 3 euros para el público y 2 euros para el alumnado.

 

Así que le auguro un éxito enorme a Un enemigo del pueblo. Tiene un mensaje profundo, ritmo, hipocresía social y una notable tensión dramática. ¿Qué más se puede pedir? Sí... pedirle a Miguel Martín que nos siga regalando obras como esta. En estos tiempos de penuria y falta de iniciativa, hay que aplaudir un proyecto tan ambicioso y con tantos guiños a la actualidad, donde el bienestar de algunos debe asentarse sobre el sufrimiento de muchos.

 

 

IBSEN, DRAMATURGO Y POETA NORUEGO

Henrik Johan Ibsen es un dramaturgo y poeta noruego que nació el 20 de marzo de 1828 en una pequeña ciudad al Sur de Noruega, y murió el 23 de mayo de 1906 en Cristianía (actual Oslo). Es considerado uno de los renovadores del teatro universal. Su familia poseía una destilería de aguardientes que quebró cuando él tenía seis años. Su madre era muy religiosa. A los quince años se fue a vivir a Grimstad, no lejos de su pueblo natal, donde su padre le había conseguido un puesto como ayudante de un farmacéutico. Sus contactos con la familia fueron, por el resto de su vida, esporádicos. A los veinte años era ya un librepensador, entusiasmado con las insurrecciones populares que estallaban en toda Europa. En su época, sus obras fueron consideradas escandalosas por una sociedad dominada por los valores victorianos, al cuestionar el modelo de familia y de sociedad dominantes.

En Un enemigo del pueblo se expone el riesgo de que la democracia degenere en demagogia y sobre el precio que paga quien dice a viva voz eso que la mayoría niega. Una obra sobre el coste de airear la verdad cuando es odiosa. Con todo, el protagonista principal de la obra, el doctor Stockmann, combate encarnizadamente contra todos los sectores poderosos de su comunidad, diciendo aquello que nadie desea oír. Se le señala como traidor y todo el pueblo conspira para hacer imposible la vida de Thomas y la de su familia, llegando incluso a ponerlos en riesgo.

 

 

 

Entrevista a Miguel Martín Ramos, director del montaje

"Un enemigo del pueblo es una obra extremadamente incómoda que invita a la reflexión sobre la hipocresía social”. Miguel Martín Ramos dirige el montaje que llevará a las tablas del antiguo cine una de las obras más conocidas del dramaturgo noruego Henrik Ibsen

 


Pedro Socorro Santana. Santa Brígida.

De nuevo entre bambalinas. Consciente de que el espectáculo debe continuar, siempre y bajo cualquier circunstancia, el actor y director escénico satauteño Miguel Martín Ramos vuelve a desplegar toda su capacidad creativa para rescatar una de las obras más conocidas de la dramaturgia universal. En su nuevo trabajo –Un enemigo del pueblo– nos hace reflexionar sobre la manipulación, la extorsión, la corrupción y otros aspectos de la condición humana, una obra de teatro de candente actualidad que, en su opinión, ha sido la más compleja a nivel interpretativo y técnico de todas las que ha dirigido hasta el momento.

 

– ¿De la trama de la obra de Ibsen has hecho una versión más corta o has respetado las escenas y diálogos para Santa Brígida?

– Más de seis meses hemos tardado en realizar una versión acorde a nuestras expectativas e intereses. Quería una versión más corta y directa, menos densa en el texto y más adaptada a nuestro tiempo; una versión más contemporánea. Al final resultaron cinco actos divididos en once escenas. La adaptación la ha realizado Juan José Mendoza apoyándose en la última traducción del texto original, así como en diferentes versiones. Mensualmente se reunía con Pepe Orihuela, Gloria Ramallo y conmigo para coordinar ideas y acercar el producto a lo que buscábamos. Al margen de la adaptación, he trabajado en la obra más de un año antes de comenzar a seleccionar los actores y actrices y sentarme a trabajar con ellos a nivel interpretativo. Son muchos los frentes abiertos en este proyecto caleidoscópico que ha propiciado que contacte con muchísimas personas para resolver las mil caras que tiene, porque Un enemigo del pueblo es la obra de teatro más compleja a nivel interpretativo y también técnico de todas las que he dirigido hasta ahora.

 

– ¿Cuándo empezó su travesía en el teatro?

– No sé responder a esta pregunta. Escribí mi primera obra de teatro con once años, cuando estaba en sexto de EGB y aún se sigue representando, lógicamente retocada; se titula Cuidado al alquilar una casita. Luego vinieron otros proyectos antes de que cumpliera los veinte años, realizados todos en el entorno de la iglesia y que recuerdo con mucho cariño. Posteriormente comencé otra etapa relacionada con el asociacionismo juvenil en la que también escribí y monté representaciones teatrales cargadas de crítica social como Alcaldes-3, Santa Brígida-0 o Los santos también lloran. Un día tendré que ponerme manos a la obra y realizar un listado de todo lo que he hecho porque, sinceramente, en este momento no sé responder a la pregunta. Lo que sí tengo claro, faltaría menos, es lo último que he realizado: El caballero de Olmedo, la mejor experiencia teatral que he tenido y disfrutado hasta la fecha.

 

– ¿Qué tal el nivel de participación del pueblo respecto a la obra?

– Cuando terminé El caballero de Olmedo muchas personas se ofrecieron para trabajar en mi siguiente proyecto teatral. Elaboré un listado para no olvidar a nadie y ahora están todos incluidos en el acto cuarto de Un enemigo del pueblo. El nivel de participación y la disponibilidad han sido excelentes, me considero un afortunado por plantearme proyectos de esta envergadura y poderlos realizar. Para la asamblea de vecinos del formidable acto cuarto de la obra cuento con más de sesenta personas con las que literalmente romperemos la cuarta pared e interpelaremos a los espectadores, convirtiendo al público en habitantes de la ciudad a la que se enfrenta el protagonista de la obra: el doctor Stockmann.

 

Miguel Martín Ramos

 

– Corrupción política, control de los medios de comunicación, hipocresía social… es una obra que a pesar de haberse publicado en 1882 tiene mucha actualidad. Parece como si la vida fuera puro teatro. ¿No cree usted que las personas somos parte de una historia teatral permanente?

– Desgraciadamente son condiciones del género humano la manipulación, la extorsión, la corrupción… siempre han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad y por eso la trama de la obra es de candente actualidad a pesar de pertenecer a la literatura decimonónica. Afortunadamente también son inherentes al género humano cualidades como la lucha por la verdad, la razón y la justicia, o el entusiasmo y la fuerza que impregnan las nuevas verdades y los nuevos ideales como forma de superar los decrépitos y depravados esquemas sociales. Un enemigo del pueblo es una obra extremadamente incómoda que nada tiene que ver con mi último proyecto teatral. Es una obra de teatro dura, que invita a la reflexión sobre la hipocresía social, y no está concebida para divertir o entretener. Este proyecto supone un paso adelante, una vuelta de tuerca en mi trayectoria que sé que no todos van a entender porque denuncia el coste de decir la verdad cuando ésta es impopular, porque habla sobre el precio que tiene que pagar quien dice lo que la mayoría no quiere oír, y todo ello lo hace de forma abrumadoramente explícita. Considero que es el proyecto teatral perfecto para el momento que vivimos.

 

– Las cosas están cambiando para quienes han hecho de la cultura un modo de vida. Pero en medio de la incertidumbre usted aparece cada cierto tiempo con una sorpresa teatral y luego desaparece. ¿Es el descanso de un guerrero?

– Más que el descanso de un guerrero, lo que necesito es la recarga de quien queda vacío porque lo ha entregado todo, y a pesar de ello, paradójicamente, no hay proyecto del que no salga enriquecido: con más amigos y amigas, con más sabiduría, con más experiencia; resulta contradictorio pero es la pura verdad. También desaparezco porque lo necesito, considero que es necesario y saludable a nivel personal y familiar, hasta que aflora una nueva idea que me ilusiona, entonces me activo y comienzo a contaminar con mi entusiasmo a todo el que se me pone por delante. No me marco plazos, solo intento que cada entrega constituya una sorpresa teatral que poco tenga que ver con lo anterior que haya hecho, y lo hilvano cuidadosamente al principio para presentárselo a Mina. Si ella y yo creemos en el proyecto me lanzo de lleno a cuidar todos los detalles, a mimar a las personas que participan, a intentar que nada quede suelto; me entrego al cien por cien a lo que constituye un auténtico encaje de bolillos que tejo con mucho cariño y entrega, que luego quedan reflejados en el producto final que el público recibe y, sobretodo, quedan reflejados en el proceso que viven todas las personas involucradas en el proyecto.

 

– La obra se representará los días 5, 6 y 7 de abril en el Centro Cultural de Santa Brígida, pero ¿tiene intención de ponerla en escena en otros pueblos o teatros?

– Me encanta el “ahora o nunca” de mis proyecto teatrales. Siempre tienen fecha de representación, y una vez pasada simplemente no existen. Es una de mis premisas cuando convoco al equipo humano con el que voy a trabajar. Me resulta contraproducente incrementar el número de representaciones aunque haya demanda, porque es incompatible con la energía y el entusiasmo que debe tener el grupo. Se convertiría en algo mecánico que me espanta y que va en contra de mis ideas. Eso es justamente lo que sucedería si me planteara representar la obra en otros lugares de la isla. Yo concibo mis proyectos para hacerlos en Santa Brígida, nunca he tenido la ambición de salir a exhibirlos fuera de mi pueblo porque no lo necesito, me basta con verlos realizados. Además, lo que yo hago no es compatible con ese tipo de planteamientos; lo que yo hago, y lo digo humildemente, es pura artesanía, y un producto artesano, es único, no se fabrica y vende de cincuenta en cincuenta, o de cien en cien.

 

– ¿Ha pensado reunir sus obras teatrales en otro formato, bien sea dvd para que quede en la historia?

– Lo intenté en El caballero de Olmedo pero no salió, aunque el material está por ahí y confío en que algún día se realice el documental que me propusieron. En esta ocasión grabaremos la representación, aunque debo admitir que no me estimula dejar nada para el futuro: a mí lo que me mueve es lo que pueda sentir y experimentar hoy.

 

 

Foto de portada: Elenco principal de actores de la obra teatral en la calle principal del pueblo (P. Socorro)

 

 

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