Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Del IES Poeta García Cabrera en recuerdo a D. Benito Amaya Ramos.

Miércoles, 20 de Noviembre de 2013
IES Poeta García Cabrera
Publicado en el número 497

D. Benito Amaya Ramos se nos marchó el pasado 21 de octubre, con sus noventa años a cuestas. Ese día algo se desvaneció en Tamargada. Desde el Aula de Folclore del IES Poeta García Cabrera (Vallehermoso, La Gomera) queremos mostrar nuestro más sincero reconocimiento a quien, no sólo compartió tambor con nosotros, sino que además, con la transmisión de valores como humildad, educación y compañerismo dieron verdadero sentido a nuestro Proyecto Educativo.

 

El poeta de Alojera Lucas Mesa dejó escrito en una de sus coplas: "Todo aquello que yo sepa que le sirva de provecho / a esta nueva juventud en la que confianza tengo". Y han sido las personas de la calidad humana de D. Benito Amaya los que con su predisposición a ayudar a difundir lo que ellos sabían de tambor (que era mucho); pero sobre todo con su ejemplo vital, los que han contribuido a que los valores asociados al tambor no se desvanezcan, y se transmitan a los más jóvenes.

 

Hoy nos vienen al pensamiento los ratos pasados con D. Benito Amaya, como su colaboración en la grabación de un trabajo audiovisual divulgativo sobre el Folclore de Tambor allá por el 10 de mayo de 2010. "No hay corazón que no tenga / dolor sentimiento y pena" fue el pie elegido por D. Benito Amaya para empezar a cantar el romance de "Blancaflor y Filomena": "Paseándose está María, entre la paz y la guerra / con sus dos hijas que tiene Blancaflor y Filomena..." En la intimidad del estudio y con la piel de gallina, existen momentos que requieren el paso del tiempo para poder valorarlos de manera precisa. Una grabación muy especial para nosotros, porque supuso casi sin darnos cuenta, la recogida de un testigo.

 

Gracias D. Benito Amaya por ayudarnos a romper la ceguera, la sordera y el silencio. Por enseñarnos a llevar las raíces como equipaje, en un acto de amor, sencillamente divertido. Ya se sabe: no existe lo antiguo, ni lo nuevo, sólo señales en el camino; ese que siempre nos conducirá hacia Tamargada.

 

 

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