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Jueves, 12 de Septiembre de 2013
Infonorte Digital
Publicado en el número 487
Hace exactamente un año, el once de septiembre de 2012, Alejandro Valencia, con un año y pocos meses de edad, se estrenaba en El Charco...
Hace un año, Alejandro iba en la enorme cesta que serviría también para coger las lisas, y un año después ha seguido con la tradición, ya que guapísimo con su terno blanco vivió su segundo Charco, bailando desde el cruce de La Playa hasta el Muelle, como manda la tradición.
Alejandro representa el futuro de las fiestas aldeanas, pero hay un presente muy vivo, que enamora y encandila. Y si no que se lo pregunten a Susi, una austriaca que vivió su primer Charco este miércoles, y que con sus ojos vio y con su corazón sintió la alegría de un pueblo que cada once de septiembre se convierte en una enorme familia, en la que todos, aldeanos y foráneos, tienen cabida.
Y es que una vez más las magia festiva de La Aldea prendió en los corazones, cuando cerca de las doce del mediodía la Banda de Agaete comenzó a tocar, y el cielo azul resplandeciente fue tomado por guitarras, timples y cestas, alzados por hombres y mujeres, que agotados por el intenso trajín festivo de los días anteriores sacan fuerzas de lo más profundo, para cumplir con la trilogía festiva.
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