Además, Larry Álvarez anunció que en 2015 se publicará el tercer tomo de la colección, un trabajo que abordará el léxico del creador de Pepe Monagas, quedando para 2017 la publicación de la producción periodística y la teatral, de la que continúan apareciendo textos inéditos. Asumidas por el Departamento de Ediciones del Cabildo grancanario, estas iniciativas posibilitan, según el consejero, redimensionar la figura del autor natural de San Bartolomé de Tirajana más allá de su vertiente costumbrista, la más conocida del escritor. Álvarez, que participó en el acto de presentación del mencionado volumen celebrado en la Casa Museo Pérez Galdós con motivo del Día Internacional del Libro, avanzó que “Francisco Guerra nos dejó para el imaginario colectivo no sólo al personaje de Pepe Monagas inscrito en una obra de tanta calidad, sino también, y sobre todo, un sentido del humor al alcance de muy pocos, pero cuyos beneficios son palpables y evidentes en todos nosotros”.
Durante la puesta de largo del segundo tomo Los cuentos famosos de Pepe Monagas, la directora de la citada colección, Yolanda Arencibia, destacó la intensa labor de investigación y puesta al día que ha realizado con los textos de Guerra el editor Franck González. “Había que redescubrir a Pancho Guerra mediante una intensa y cuidadosa investigación”, dijo la catedrática de Literatura. Según Arencibia, “Guerra indagó en lo popular para llegar a lo culto con acierto a través del personaje de Pepe Monagas. En sus canariadas habló de la idiosincrasia insular desde el costumbrismo, como también lo hizo Galdós en sus artículos publicados en El Ómnibus, Saulo Torón o Alonso Quesada. Era un observador y se contaminó de la cultura popular y de lo canario desde la deformación”. Para el presidente de la Fundación Canaria Pancho Guerra, Miguel Guerra, con el compromiso del Cabildo de compilar el conjunto de su obra, “la producción de Pancho Guerra se recupera del olvido, porque este autor es patrimonio cultural de todos los canarios”, dijo.
El nuevo tomo editado contiene 65 historias que se publican por primera vez en libro, y que ha sido rescatadas de variados periódicos con los que colaboró Francisco Guerra (Noticiero del Lunes, Ases del fútbol y Canarias Deportiva…). Las 168 historietas que componen esta nueva entrega han sido revisadas y presentadas en su orden cronológico, según su fecha de aparición en prensa entre 1941 y 1947. Como señaló Franck González, “en este volumen el lector encontrará al Guerra de siempre. Pero, también, a otro Guerra -el de los años cuarenta- más incisivo y próximo al humor absurdo. Un escritor y periodista heredero de una larga y fecunda tradición de canariadas que llevará hasta sus cotas más populares precisamente con estos cuentos. Un Guerra que pone de manifiesto en estos cuentos el vivo interés de la Escuela Luján Pérez -de la que formó parte- por el risco como propuesta estética”.
La importancia de los cuentos que ahora se editan estriba en su novedad (no se conocían porque nunca habían sido editados). “El libro recupera para el gran público 65 cuentos de Francisco Guerra que habían permanecido en el olvido hasta ahora. Hablamos de un importante conjunto de cuentos de Pepe Monagas que, tras ser publicados por su autor en diversos medios de Las Palmas de Gran Canaria, no volverán a ser editados ni en los tomos de la Peña Pancho Guerra impresos en Madrid ni en la edición que lanzara en los años setenta la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana”, señaló González. Además, el volumen (que se vende al precio de 20 euros) cuenta con dos ensayos de Yolanda Arencibia y del propio Franck González que nos acercan a la escritura del autor y su periodismo. El protagonista central de estos cuentos es como siempre Pepe Monagas. Perfil estereotipado de lo genuinamente canario, a veces retrato, a veces caricatura y a veces esperpento, amasado en el recipiente de los posos socio-históricos de lo insular. En él se conjugan el aroma agreste de las esencias campesinas y el salitre de los barrios costeros de la ciudad; la entraña lugareña y la idiosincracia ciudadana; el trasiego de las vivencias en ambientes distantes por razones de orografía pero cercanos en el marco de una geografía pequeña y también determinante en el fondo filosófico del personaje: un fatalismo realista muy propio del insular por razones históricas.
Francisco Guerra fue un hombre sensible a todas las facetas del arte. Gran conocedor de lo genuinamente canario e intérprete sabio de sus claves, fue también un genio despierto y observador de aguda perspicacia para detectar la filosofía de las pequeñas cosas en el envés de las apariencias.