Recientemente ha tenido lugar en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria una mesa redonda en la que varios miembros de Ben Magec-Ecologistas en Acción expusieron las razones por las que consideran que la extracción de petróleo junto al Archipiélago entrañará gravísimos riesgos y no reportará ningún beneficio a la sociedad canaria.
Como representantes de la federación ecologista participaron en el acto Nina Hoogland, coordinadora del Área de Cambio Climático de la Federación, y Gilberto Martel, Ingeniero Técnico Industrial y miembro del colectivo federado Turcón-Ecologistas en Acción. Sus intervenciones se centraron en las implicaciones económicas, sociales y medioambientales de este tipo de proyectos que aquí y en cualquier parte del mundo siguen incidiendo en la utilización de los combustibles fósiles, cuya quema es el principal causante del calentamiento global. La actividad de extracción de petróleo en aguas ultraprofundas como la que se pretende hacer frente a las costas canarias tiene, por sus propias características técnicas, un riesgo de siniestralidad muy elevado que está produciendo graves y frecuentes accidentes a lo largo de todo el mundo. En ejemplo de ello es el lamentablemente famoso accidente de la BP que se produjo hace dos años en el Golfo de México, causante de un vertido cien veces mayor que el del Prestige, que arruinó totalmente el sector turístico y pesquero de la zona.
Tal y como expusieron los representantes ecologistas, “pese a que el actual gobierno central trate de hacernos creer que este proyecto reportará beneficios para la economía del Archipiélago, esta afirmación no es cierta porque, en función de la Ley de Hidrocarburos vigente, los beneficios de la actividad irán en exclusiva a la empresa adjudicataria, en este caso la empresa de capital transnacional Repsol”. Por lo tanto, advierten que “mientras los beneficios de la actividad irían a parar íntegramente a una compañía privada, se socializarían sin embargo los más que probables afecciones negativas al medio natural, a la economía y a la salud de las personas, consecuencias de coste incalculable que tendrían que asumir los habitantes de las Islas”.
En la mesa redonda también participó como ponente Vidal Martín, especialista en cetáceos y presidente de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), que explicó los perjuicios que las prospecciones, ya desde la fase sísmica, provocan en estos mamíferos marinos, pues para la detección de las bolsas de petróleo se utilizan potentes radares cuyas ondas producen un alto número de varamientos. Según palabras del ponente, “Canarias es uno de los lugares del mundo de mayor importancia para la conservación de los cetáceos. En nuestras aguas están presentes treinta de las ochenta y cuatro especies de cetáceos conocidas en el Planeta, como el delfín mular, el rorcual o varias especies de zifios”.
El coloquio acabó recordando que la lucha contra las prospecciones petrolíferas sigue en activo, tanto en la calle como en los tribunales, por parte de las instituciones canarias pero también desde el movimiento ciudadano y ecologista. El próximo 24 de marzo se cumple un año de las grandes movilizaciones sociales que tuvieron lugar en todas las Islas Canarias para expresar su rechazo a “un proyecto que lejos de apostar por un nuevo modelo energético basado en energías renovables como el viento y el sol y el mar, de las que en Canarias somos excendetarios, sigue incidiendo en un fuentes de energía caducas y altamente contaminantes”.