Debe regresar a las Islas por motivos de salud, y concluye sus estudios universitarios en la recién establecida Facultad de Derecho de La Laguna (Tenerife). Entre 1928 y 1930 reside de nuevo en Cuba y estudia Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. Despliega entonces una intensa actividad literaria, en la revista Bohemia, en el Diario de la Marina y en El Espectador Habanero. Adquiere la nacionalidad cubana. Su inclinación por la vida bohemia de la capital cubana obliga a su familia a pedirle que regrese a Gran Canaria. De nuevo en Telde, y durante los años de la Segunda República, tiene una destacada actividad política y literaria. Funda el PSOE de su ciudad natal, ejerce como abogado y forma parte del Grupo Aparte*, donde se encontraron los principales escritores teldenses de ese momento, Montiano Placeres*, Fernando González* y otros. A fines de 1936, y dada su significación política en los años anteriores, se ve forzado a volver a Cuba y permanecer hasta 1938, año en que se produce su definitivo regreso, ya muy enfermo y sin los amigos con quienes había compartido sus inclinaciones políticas y literarias. A su precaria salud se une ese estado emocional de derrota y soledad, lo que lo lleva a una muerte prematura. Escribió muy poca poesía, que nunca fue recogida en libro (revistas, páginas de prensa, en Cuba y en Gran Canaria, además de algunas muestras parciales en antologías o recopilaciones de escritores teldenses o grancanarios). Su poesía de carácter sentimental sigue la línea romántica y modernista que le llega de Bécquer, de Rubén Darío, de Salvador Rueda y de los poetas con los que compartió sus inclinaciones literarias, en Cuba y en Gran Canaria. Junto a su amigo Braulio Guedes es autor de una pieza teatral, El último mártir (1938).
Foto: detalle de la calle que lleva su nombre en Telde (Gran Canaria)