Multitud de generaciones de majoreros y majoreras han construido una leyenda que ha trazado los senderos que conducen a la Vega de Río Palmas cada mes de septiembre, cuando se reconstruye la magia de la peregrinación anual.
La Fuerteventura de hoy no es la que, en su día, alumbró el fervor por La Peña; es una isla autosuficiente, moderna, que ha afrontado numerosos retos para superarse a sí misma, que ocupa un lugar en el mundo, que sabe que el futuro es un sitio que le pertenece y que la Peña marca ese camino. No hay habitante de nuestra isla que desconozca el influjo de una parte de Fuerteventura que abriga las esencias de nuestra manera de entender en medio del océano.
Riscos, llanos, montañas y pueblos esperan por la Peña, por un símbolo universal que fluye del Atlántico para confluir en la historia de un tiempo que se detiene para reafirmar los pases del camino de nuestra vida, de La Peña. Muchos de los recuerdos de nuestra biografía pertenecen a las experiencias que nos ha ofrecido el lucero de la montaña que esconde el tesoro de nuestro caminar.
Fuerteventura es cultura, y La Peña es parte de ella, de nuestro crecimiento, del más íntimo y del colectivo, de nuestro imaginario más querido, de lo que aprendimos al oído de nuestros mayores y al fervor de nuestros jóvenes. La Peña es Fuerteventura, es el corazón de nuestro volcán y de la ilusión de los días que están por llegar. Fuerteventura, La Peña, somos en cada suspiro que proyectamos para mejorarnos, para crecer con el batir de las olas que hacen latir nuestro corazón.
La Peña es la roca de nuestras madrugadas, el suspiro de nuestros anhelos, el alma de nuestra tierra, más allá de nuestro espíritu y de nuestra evolución. Es una costumbre, es lo que se espera de nosotros.
Revista Peña 2013
Horarios de guagua Peña 2013
Folleto de la Peña 2013