Es uno de los encargos en los que trabajaba el artista José Dámaso (1933) antes de sufrir el gravísimo percance físico del que se recupera con lentitud en un complejo hospitalario grancanario. "Tengo una habilidad especial para meterme en todos los fregados", declaró a EL DÍA hace unas semanas el Premio Canarias de Bellas Artes (1996) en relación al montaje de la escenografía del espectáculo "El amor brujo 1915. Una mirada desde el siglo XXI: de Néstor a Pepe Dámaso", que se va a representar en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife el próximo 4 de mayo.

"Sorprendente y transgresor". Así definió José Dámaso -el 28 de diciembre de 2013- una aventura que cuenta con la dirección musical de Isabel Costes y el desarrollo escénico de Nacho Cabrera. "¿No sé si lo puedo contar aún?", dijo recientemente el Premio "Magister" de la Real Academia Canaria de Bellas Artes. "A Néstor le gustaba demasiado jugar con asuntos vinculados con la muerte. A mí, en cambio, eso no me termina de agradar y encima me van a hacer a hablar con Falla", ironizó en referencia a la obra que se estrenará dentro de tres semanas, a partir de las 20:00 horas, en el espacio cultural santacrucero.

Dámaso, que viajó en varias ocasiones a Tenerife antes de sufrir una insuficiencia cardiaca para pintar la escenografía y desarrollar los figurines de la producción creada para celebrar el centenario de la versión original de Falla, cree que "El amor brujo 1915. Una mirada desde el siglo XXI: de Néstor a Pepe Dámaso" será una propuesta sorprendente y llena de simbolismos. "No piense que estoy contento con la idea de que me pongan en contacto con el más allá, pero el contexto en el que está desarrollado el proyecto destaca por su elegancia. Los artistas amamos el riesgo y no nos asusta casi nada, pero si le soy sincero algo de yuyu sí que hay", explicaba Dámaso en los orígenes de este montaje.

"Cada vez me siento más unido a Néstor", dijo Dámaso antes de elogiar el carácter de un artista que superó las fronteras de este archipiélago. "Néstor no es un creador local... El amaba Canarias, pero su obra, como se demuestra en el caso de El Amor Brujo, fue elogiada lejos de aquí. Hace poco, por ejemplo, tuve la oportunidad de leer un libro de Dalí en el que este mostraba una admiración total por él", añadiendo que "Néstor es el gran desconocido".

Néstor de la Torre (1887-1938), primer escenógrafo de la obra, pintó una pequeña calavera en la parte izquierda del escenario. "La mía es un poco mayor (ríe)... Todo gira en torno a ese gran cráneo", destacó Dámaso en el momento de explicar su propuesta. "La esencia es la misma, yo solo he querido imprimir mi sello. En ese sentido, los responsables del Auditorio de Tenerife me lo han puesto muy fácil ya que he tenido una libertad de movimientos total", agradeció el grancanario en torno a una escenografía que está terminada. "Otra vez he vuelto a hacer lo que me da la gana", apostilló Dámaso.

"Yo he tenido la desventura de estar en tierra de nadie, pero eso ha sido una bendición artística", declaró el canario el día en el que se presentó "El amor brujo 1915. Una mirada desde el siglo XXI: de Néstor a Pepe Dámaso". "Antes que yo vinieron Néstor de la Torre, Chirino, César Manrique, Pedro González... Yo me coloqué en medio, en la que dicen es la tierra de nadie, delante de los Fernando Álamo y otros", afirmó el artista que tiene en su poder, entre otros reconocimientos, la Medalla de Oro de la 1ª Exposición de Arte Universitario en La Laguna.

Pepe Dámaso destaca, no obstante, que con respecto a la lista de autores recogida en el párrafo anterior tiene algunos puntos en común. Soy independiente y muy difícil de seguir... Con César ocurría algo parecido. Los dos entendemos la cultura de otra manera", puntualizó antes de dar a conocer una última reflexión. "Estoy descontento, disgustado, enfado... Ponga usted el término que quiera. Me siento cabreado con el poco peso que le dan hoy a la cultura".