Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

La cultura del cereal resurge en La Palma.

Lunes, 17 de Marzo de 2014
Campo Canario
Publicado en el número 514

Rescatar las tradiciones rurales olvidadas es una tarea costosa y complicada. Pese a todo y gracias a la labor que realizan personas como Luis Vicente Martín de Paz, presidente de la Asociación Agroganadera El Frescal en La Palma, y otros, cultivos como el cereal y las legumbres, en proceso de desaparición, han comenzado a resurgir.

 

 

Se han recuperado tierras, semillas, útiles de labranzas y las labores agrícolas ganaderas cotidianas relacionadas con estos cultivares en el pasado. Toda una cultura que ha desembocado en dos líneas de proyectos hechos realidad: la difusión y promoción del proceso de cultivo y la producción de gofio autóctono para comercializarlo en la isla.

 

El primero de los proyectos, denominado De la Tierra a la Mesa se puso en marcha con el nacimiento de la Asociación El Frescal en 2007. Se podría decir que este proyecto ha sido su razón de ser, el leitmotiv de una organización que surgió por la unión de los grupos de siega tradicional de cereales del municipio de Breña Alta, creados a partir de su participación en diferentes eventos, tanto dentro como fuera de la isla. La experiencia de estos agricultores está sirviendo para dar a conocer, de manera demostrativa, las labores y costumbres implicados en la producción de estas gramíneas. El programa consta de diez fases: barbechado, escardado, sembradura, siega, trillado, aventado, aventado a balallo, tostado del grano, molienda y comercialización. Cada uno de estos procederes se hace en tiempo real como antaño, con la participación de todo aquel que desee acudir, con ganado de raza autóctona como la vaca palmera y con unos aperos especiales para ello. Muchos de estos utensilios estaban prácticamente perdidos, como el dedil, uno de los treinta útiles de labranza que se han recuperado con ayuda de artesanos de la isla. En este caso, su uso está destinado a proteger la mano y evitar cortes durante la siega.

 

El segundo proyecto, Respingando, para el que se cuenta con el respaldo de ADER La Palma, responde a la inquietud de esta Asociación por contribuir con sus acciones a poner en valor un alimento, rico en proteínas y de alto valor nutricional, que se obtiene de la molienda y tueste de los cereales como es el gofio. Este producto se comercializa bajo el nombre de Táber (un término guanche que significa ‘excelente’) desde el año 2010 con el respaldo de la Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma. Se puede encontrar en un envase de 500 gramos en dos variedades, una de trigo y otra de mezcla de cuatro cereales (trigo, millo, cebada y centeno) y dos legumbres (habas y chochos). Se distribuye en 25 puntos de venta repartidos por toda la isla, aunque también se exporta a Tenerife y Gran Canaria. Este gofio cuenta con la aceptación de los consumidores, quienes subrayan el toque de diferenciación en cuanto a sabor que le aporta la semilla autóctona.

 

 

Según explica el presidente de esta asociación, “consumiendo gofio Táber se contribuye a la conservación del suelo agrícola de la isla, la recuperación de labores agrícolas, usos y costumbres, el mantenimiento de la biodiversidad asociada a estos cultivos y los entornos de medianías, la conservación del paisaje de La Palma y la continuidad de oficios como el de molinero”.

 

En la recuperación del cultivo del cereal ha jugado especial relevancia el proyecto AGRICOMAC, Transferencia al Sector Agrícola de la Macaronesia, ya finalizado, y cuyo objetivo estaba centrado en salvaguardar el material fitogenético para poder preservar la biodiversidad agrícola de Canarias. Martín de Paz dice que “hemos podido recuperar ocho tipos de granos de cereal y este año esperamos poder multiplicar algo más para seguir conservando la semilla tradicional”.

 

El cultivo sigue un patrón sostenible de manera que una vez segado el trigo, la paja se aprovecha como alimento para el ganado. Martín de Paz dispone de seis hectáreas de terreno en el municipio de Breña Alta, donde se concentra la mayoría de las parcelas cerealísticas de la isla. En el año 2011, su producción de cereal (cebada, centeno y trigo) alcanzó los 10 000 kilos. Este año espera mantener la misma producción. Además de agricultor, el presidente de la Asociación El Frescal también es ganadero. Cuenta con quince reses que alimenta con forraje de la tierra. Explica que “al hacer las rotaciones del cultivo la parcela que se deja sin sembrar un año se planta de forraje que luego aprovecho para el ganado”. Tanto es así que el año pasado se abasteció únicamente con sus producciones, aunque este año probablemente tendrá que importar estos insumos porque la sequía del invierno ha mermado las cosechas.

 

 

Actualmente, la asociación El Frescal suma 60 socios entre agricultores, aficionados al campo, promotores turísticos y el grupo de la Red de Semillas, entre otros colaboradores. Además de la recuperación y difusión del cultivo del cereal y la comercialización del gofio, Martín de Paz tiene en mente otros proyectos entre los que se encuentra la recuperación de estructuras agrícolas como las eras o los aljibes de Breña Alta. Cuenta que su idea es elaborar un estudio pormenorizado para poder determinar, cuantificar y distinguir la tipología de cada uno de estos espacios para la trilla y depósitos de agua en función de su ubicación e historia. Una vez finalizado y con la lección aprendida se podrán organizar rutas turísticas para dar a conocer su vinculación e importancia en el agro de la isla.

 

Además de este proyecto y, dado que el objetivo principal de esta asociación es llevar a cabo actuaciones para recuperar, conservar y difundir el legado agrocultural y patrimonial de La Palma, tienen incluido en su programación el acercamiento a los consumidores en general y a las futuras generaciones de jóvenes de la isla en particular a través de muestras, charlas, talleres y degustaciones en mercadillos, ferias, centros educativos o cualquier evento que se preste a estos menesteres. De esta manera, subraya Martín de Paz, “contribuimos a crear interés y a fomentar la importancia de las tradiciones para que ni se olviden ni se pierdan”.

 

 

Este arículo fue publicado previamente en el nº 93 de la revista Campo Canario.

 

 

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