El Cabildo de La Gomera cree que el Gobierno canario y el Estado deben aprovechar la brecha abierta en la Directiva europea que regula los productos derivados de la miel para introducir el producto original de La Gomera que, aunque no tiene su origen en la actividad de las abejas, lleva esa denominación. Durante las últimas fechas se han establecido negociaciones con la Unión Europea (UE) y planteado peticiones en varios niveles con el fin de que se acepte esta variedad propia de la isla. Y ello es así en cuanto que en estos momentos los países del Este (Polonia, Hungría y Bulgaria) han conseguido que se revise la Directiva que define el término miel puesto que hasta ahora Bruselas insiste en que sólo puede recibir esta denominación el producto tradicional que elaboran los insectos.
La consejera insular de Desarrollo del Territorio, Ventura del Carmen Rodríguez Herrera, sin embargo, advierte de que este grupo de países han logrado que se estudie la posibilidad de que también sea considerada como miel la sustancia elaborada con el polen. “Creo que estamos ante una magnífica oportunidad para hacer valer nuestro punto de vista y el Gobierno de Canarias y el Ministerio deberían trabajar en este sentido presentando iniciativas contundentes y documentadas para que nuestra opinión sea tenida en cuenta”. Rodríguez Herrera se desplazó hace algunas fechas a Bruselas con el fin de defender el producto extraído de la palmera con la denominación que siempre le ha caracterizado en la isla. Allí entabló conversaciones con el eurodiputado socialista Andrés Perelló, que desde entonces es quien está haciendo valer los argumentos defendidos desde Canarias. Recordó al respecto la consejera que la UE ya ha aceptado otras variantes tales como la leche de almendra y de coco o vino de frutas y por ello se desplazará de nuevo a Bruselas acompañada de los guaraperos con el fin de defender la particularidad del producto de la Isla. A partir de aquí se abriría la puerta a poner en marcha una denominación de origen.
El propio Instituto de Calidad Agroalimentaria de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias ha requerido a los productores para que eliminen la mención en sus etiquetas y utilicen otra como sirope de palmera-, denominación que es rechazada por los productores en cuanto que no guarda ninguna vinculación histórica con la isla. El embrollo tiene su origen a principios de la década pasada, momento en el que oficialmente la miel quedó definida en la Directiva europea como una sustancia natural dulce producida por la abeja, sin contemplar las especificidades de La Gomera. Y es que en La Gomera históricamente ha sido siempre un alimento que se extrae de la palmera y cuya producción es incluso anterior a la llegada de la apicultura.
Sin embargo, mantener el nombre tradicional conlleva solicitar que se incluya en el catálogo de productos de origen vegetal de la UE, de forma que se contemple como excepción al producto miel, una brecha que han abierto los productores de los países del Este para que se reconozca la elaborada con polen. Esta vía es la que la consejera cree que debe aprovecharse por parte de los representantes canarios en la UE para hacer lo propio con el alimento de La Gomera. Desde el Cabildo se estima que las consecuencias que puede acarrear la desaparición de este nombre en su vertiente comercial, suponen un riesgo para la identidad del producto y puede traer consigo pérdidas económicas para aquellas familias dedicadas a esta actividad, así como una mayor confusión en la identificación del alimento. “Pero esta suposición de equívoco en el consumidor ha de contextualizarse e incluso ponerse en duda ya que estamos hablando de un elemento tradicional y de una producción muy pequeña para su distribución en el Archipiélago y cuya denominación como miel de palma está arraigada en la cultura canaria y gomera. Por lo tanto entendemos que no es motivo suficiente para su desaparición y prohibición, y sí de defensa de este término agotando todas las vías posibles para su reconocimiento siempre y cuando la ley lo contemple y haya recursos disponibles para diferenciar los productos sin perder ese nombre popular”, indica la consejera.