Abogado de profesión, Alzola estuvo vinculado muy estrechamente con la investigación de la historia de Canarias, fruto de esa intensa dedicación deja como herencia una ingente obra que ha contribuido a avanzar en nuestro conocimiento identitario.

A su faceta investigadora se suma su compromiso social y de servicio a su tierra ostentando cargos de responsabilidad en áreas relacionadas con la cultura como la Delegación Provincial de Bellas Artes durante tres lustros, o la presidencia de El Museo Canario entre 1972-1987

Autor de numerosas publicaciones, muchas de ellas auténticos clásicos para los investigadores como "Historia del Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas", "La rueda en Gran Canaria", "La Cueva Pintada de Gáldar", "La Navidad en Gran Canaria", 'El millo en Gran Canaria" o "La Semana Santa en Las Palmas". También publicó trabajos relacionados con ilustres personalidades vinculadas con las islas, como Isidoro González, Salvador Cuyás, Eduardo Benítez, Agustín Nogueras, Andrés Navarro Torrens, Juan de Quesada, Grau-Bassas, Luján Pérez.

Alzola era miembro del Instituto de Estudios Canarios, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia, Académico Correspondiente de la de Bellas Artes de San Fernando, Académico Correspondiente de la Sevillana de las Buenas Letras y Académico Correspondiente de la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel, entre otros méritos.