Vallehermoso es tierra de leyenda. En este municipio gomero, las apariciones de misteriosas luces o la presencia de brujas han marcado el pulso a una tierra que ha hecho de la agricultura y la tradición su modo de vida. Asentado en los límites del Parque Nacional de Garajonay, los chorros de Epina se erigen como uno de los lugares donde la mitografía gomera pervive debatiéndose entre el amor y la desdicha. Tú decides de cuál de sus siete caños beber.
Hubo un tiempo lejano –o no tanto- donde a las aguas de Epina se le concedían unos poderes casi milagrosos. Se hablaba de que podían descifrar misteriosos secretos vinculados al destino o a la dicha amorosa. Contaban que sus aguas eran como un espejo en el que mirarse, como el mito de Narciso. Si el reflejo era nítido, la suerte en el amor estaba asegurada. Si, por el contrario, la visión era turbia, el desamor y la desdicha llamaba a tu puerta.
Vinculada para la eternidad a la leyenda de Gara y Jonay, quizá fuera la joven princesa gomera la primera en desear no haberse mirado de frente en sus aguas. Su trágico final junto Jonay en la cima de la Isla no fue sino la premonición que la turbiedad de sus aguas. Desdicha y muerte, habrían quizá narrado.
Sus siete caños son un misterio que guardan una tradición. Los hombres han de beber de izquierda a derecha los impares, mientras que las mujeres han de hacerlo en los pares. Sólo así tendrán la dicha del amor asegurada. Pero si por casualidad yerras, si te equivocas al beber, el infortunio de la magia de sus aguas te perseguirá.
Otra tradición nos cuenta que sus dos primeros caños corresponden a la salud, los dos siguientes al amor y los correlativos a la fortuna. El último, el séptimo, como lo sellos del Apocalipsis, corresponde a las brujas. Aquí decides de cuál beber, salvo que la superstición te lleve a probar de los siete caños.
Mito o realidad, los chorros de Epina es uno de los lugares que no debes dejar de visitar en La Gomera. Unidos a la leyenda, quizá la bruma que de manera casi permanente acompaña a este lugar sirva de acomodo para toda esta mitografía. Aquí, junto a sus caños, la imagen misteriosa de La Gomera cobra sentido.