Toda su obra, marcada por un lirismo conmovedor, por una inmensa hondura emotiva, lo convierte en un referente y en uno de los nombres con mayúsculas de la poesía canaria contemporánea. Maccanti representa la voz diferente, intimista, dentro de la generación con la que compartió sus versos. Se ha dicho que de los poetas de la generación de los 50, es el que más insularidad trasluce -el aislamiento, la lejanía-, su delicada ternura; de hecho, expresó el interés que siempre le suscitó el concepto de la isla en su dimensión interior, uno de los temas centrales de su obra, junto al mar y el paso del tiempo.
El Gobierno también quiere expresar el reconocimiento no sólo al poeta, también al ser humano que pasó sus últimos años leyendo sus poemas en colegios e institutos, trasladando a los jóvenes su profunda vocación humanística y su interés por compartir la emoción y la belleza de la literatura.
Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1934 de padres italo-portugueses. Fue amigo desde la adolescencia del grupo formado por Martín Chirino, Manolo Millares, Manuel Padorno, Felo Monzón, Toni Gallardo y otros.
(…)
Fui conducido al mundo, encadenado,
humillado y cegado, hambriento y mudo,
en la anónima noria de la vida.
No se me ahorró miseria ni desdicha.
Me encontré solo y escribí poemas.
(…)
Se trasladó a La Laguna en 1951, en cuya universidad se licenció en Derecho. Por su ascendencia paterna, profundizó en el estudio de la lengua y literatura italianas, de la que tradujo y publicó a grandes autores como Ungaretti, Montale, Pavese, Quasimodo y otros. Cofundador, junto a Manuel González Sosa y Antonio García Ysábal, de la colección editorial La fuente que mana y corre, de su obra poética, que ocupa la mayor parte de su actividad literaria, por la que obtuvo diversos galardones, y que ha sido estimada por sus contemporáneos como una de las más rigurosas hechas en Canarias, destacan los títulos: San Borondón (1958), Poemas (1959); El corazón del tiempo (1963); En el tiempo que falta de aquí al día (1967); De una fiesta oscura (1977); Cantar en el ansia (1982); El eco de un eco de un eco del resplandor (1989), compendio de toda su producción publicada hasta entonces; Viajero insomne (2000), Obras Completas (2005), Helor (2006), etc. Entre 1972 y 1974 residió en Madrid, colaborando con la Editorial Taller de Ediciones JB, dirigida por el poeta Manuel Padorno, amigo desde su adolescencia en Gran Canaria. Esta editorial jugó un papel providencial en la cultura canaria durante la década del setenta, dando a la luz textos importantísimos que, en muchos casos, hoy son considerados clásicos de nuestra poesía y nuestra narrativa.