Compañero de Alonso Quesada*, que sería siempre su mentor, participa del nuevo espíritu intelectual generado en torno a la figura de Ortega y Gasset, que se ha querido identificar con el de una posible generación reformista de 1914, o generación de intelectuales, como quiso denominarse en el trazado histórico-literario de las Islas. Mantuvo amistad y correspondencia con Gregorio Marañón. Posteriormente, hacia 1933, contribuiría a la actividad política derivada de aquella voluntad reformista, en los años de la II República.
