Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Domingo Rivero y su poema intitulado De la ermita perdida...

Lunes, 10 de Octubre de 2016
Valentín Medina Rodríguez
Publicado en el número 648

Mi pretensión no es entrar a detallar ni las variaciones de puntuación existentes, ni otras interpretaciones de mayor hondura referidas a los ámbitos literario y lingüístico. Mi aportación, pues, es la del historiador que ha buscado y encontrado, y que pone al servicio de todos, un nuevo hallazgo del poema objeto de este trabajo.

 

 

Traemos en esta ocasión a esta revista digital un poema del aruquense Domingo Rivero González. No se trata de una composición lírica inédita. Pero sí lo es en cuanto al medio en que fue publicada. El poema, como dice Eugenio Padorno, "sin rótulo nominativo, pasó a intitularse con el verso inicial"; esto es: De la ermita perdida...; escribiéndolo Rivero en 1909. Por tanto, estamos hablando de una mera copia, de otra más pero original por cuanto no ha sido recogida; al menos si tomamos como referencia el magistral estudio de Padorno, que, en relación al poeta de Arucas, publicó allá por 1994, y que se considera la obra definitiva sobre el poeta de "Yo, a mi cuerpo".

 

La revista habanera El Guanche [1924-1925], en su número del 15 de junio de 1924, en su página 15, lo reprodujo. El signo político de esta publicación quincenal ilustrada fue nacionalista independentista, y vino a ser el órgano oficial del Partido Nacionalista Canario de Cuba (fundado en La Habana en 1924). Este propugnaba, como su vocero, la independencia de las Islas. Su director fue el palmero Luis Felipe Gómez Wangüemert y como administrador figuró el tinerfeño José Cabrera Díaz. La defensa de la cultura e identidad del Archipiélago Canario constituyeron una de las constantes de las revistas y periódicos que los isleños pusieron en circulación durante el primer tercio del siglo pasado en la América hispana donde se asentaron, muy especialmente en Cuba: donde su presencia demográfica, la pujanza de las elites intelectuales existentes, y, en definitiva, su rastro cultural, adquirieron las cotas más altas.

 

Padorno Navarro, en una labor de rastreo que dice mucho de su rigor intelectual y crítico, se hizo eco de este poema en las siguientes publicaciones periódicas:

"Florilegio (Las Palmas de Gran Canaria), núm. 23 (1 de enero de 1914), p. 4".

"Castalia (Santa Cruz de Tenerife), núm. 13 (10 de abril de 1917), p. 10".

"Canarias (La Habana), núm. 17 (junio de 1921), p. 6".

"Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 23 de septiembre de 1921".

"Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 11 de agosto de 1924".

 

Pongo ante los ojos del lector el poema que vio la luz en la revista habanera y la reproducción canónica que del mismo fija Eugenio Padorno. Mi pretensión no es entrar a detallar ni las variaciones de puntuación existentes, ni otras interpretaciones de mayor hondura referidas a los ámbitos literario y lingüístico. Por la lógica razón, sobre todo las dos últimas, que quedan fuera de mi atribución de competencias. Mi aportación, pues, es la del historiador que ha buscado y encontrado, y que pone al servicio de todos, un nuevo hallazgo del poema objeto de este trabajo.

 

Finalmente, y desde el punto de vista del orden cronológico del poema hallado, este quedaría encuadrado entre las dos versiones que fueron publicadas en su momento por el rotativo Diario de Las Palmas.

 

 

I

Versión publicada en la revista El Guanche

 

De la Ermita Perdida...

De la ermita perdida
en la falda del monte solitario
imagen de mi vida
entre ruinas se eleva el campanario.

Mi vida fracasó: desvanecidos
contemplé mis anhelos; y mis hombros
siento que ya vacilan doloridos
de sostener escombros.

Pero en mi pecho se conserva sana,
como en mi fuerte juventud lejana,
la recóndita fibra,
donde cual entre ruinas la campana,
el ideal aun vibra.

Domingo Rivero
Las Palmas

 
 

 

 

II

Versión publicada por Eugenio Padorno

 

[De la ermita perdida...]

De la ermita perdida
en la falda del monte solitario,
imagen de mi vida
entre ruinas se eleva el campanario.

Mi vida fracasó: desvanecidos
comtemplé [sic] mis anhelos; y mis hombros
siento que ya vacilan doloridos
de sostener escombros.

Pero en mi pecho se conserva sana,
como en mi fuerte juventud lejana,
la recóndita fibra
donde, cual entre ruinas la campana,
el ideal aún vibra.

 
 

 

 

Fuentes primarias y secundarias

Guanche, El [La Habana, 1924-1925], 15.6.1924.

PADORNO, Eugenio: Poesía completa/Domingo Rivero; ensayo de una edición crítica, con un estudio de la vida y obra del autor, Colección Monografías, Serie Literatura y Crítica Literaria, n.º 2, Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1994, pp. 130, 233-234, 325.

 

 

Comentarios
Miércoles, 12 de Octubre de 2016 a las 11:47 am - Valentín Medina Rodríguez

#02 Gracias, amigo Antonio. Tienes razón: uno no tiene su corazón donde nace, sino donde se asienta libremente. Enhorabuena también por tus aportaciones en torno a Domingo Rivero: llenos de calidad literaria y de rigurosa investigación. Algunos no quieren admitir que los trabajos de investigación no se terminan nunca.

Lunes, 10 de Octubre de 2016 a las 22:27 pm - Antonio Henríquez Jiménez

#01 Enhorabuena, Valentín, por esa aportación a la historia de la recepción del poeta guiense (nacido circunstancialmente en Arucas), Domingo Rivero.

Antonio Henríquez Jiménez.