Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Los piratas. De belingo nos vamos pal monte...

Miércoles, 17 de Octubre de 2018
Juan José Laforet
Publicado en el número 753

Pocos jóvenes sabrán lo que es ir de belingo y poquísimos lo que era un pirata. No es el bucanero que surcaba las costas caribeñas en barcos, aunqaue los dos se dedicaban a robar: el de la pata de palo a pobres barcos indefensos y el de ruedas neumáticas a los lentos coches de hora...

 

 

En sus inicios, los piratas fueron coches de uso normal (hoy los llamaríamos taxis) que se dedicaban a transportar viajeros, compitiendo con los coches de AICASA. Unos dentro de la ley -formaban cooperativas totalmente registradas- y otros al margen, en franca ilegalidad. Ambos solían salir minutos antes que los coches de hora y por el camino iban cogiendo viajeros que esperaban por los viejos Daimler; de ahí el apelativo de pirata: robaban viajeros a la empresa de don Manuel Guersi.

 

La tarifa del pirata era más alta que la de los coches de hora, pero la diferencia se compensaba con la rapidez con la que llegaban a su destino, máxime cuando dos o tres paradas después de la inical ya estaban totalmente llenos, porque he llegado a ver en su interior hasta cajas de coñac como improvisados asientos.

 

Los primitivos piratas fueron evolucionando y ganando en capacidad y confort. Los antiguos vehículos de las más variadas marcas y modelos dieron paso a flotas numerosas de microbuses de 8 o 9 plazas, de marcas tales como Austin/Morris, Ford Taunus Transit y Commer 2500, con las carrocerías pintadas de gris claro y unas franjas longitudinales de gris oscuro. En Las Palmas de Gran Canaria tenían sus terminales en Bravo Murillo los del Norte, en el margen izquierdo del Barranco Guiniguada a la altura de la Farmacia Molina los del Centro, y en la plaza del Pilar Nuevo en Vegueta primero y luego junto al Teatro Pérez Galdós los del Sur.

 

 

Todos llevaban motor de gasolina. El precio del litro de combustible a mediados del siglo pasado era irrisorio, hasta que los árabes descubrieron que podían secuestrar al mundo y exigirle un recate utilizando el control de la mayoría de los pozos de petróleo.

 

Austin, Morris, Ford Taunus y Commer fueron las marcas preferidas por los transportistas. Hubo microbuses Volkswagewn y Ford Thames, pero en franca minoría en relación con los anteriores. Recuerdo que el concesionario de Austin/Morris para Gran Canaria tenía su sede en la calle General Franco (hoy Primero de Mayo) a la altura de la calle Perdomo, donde hasta hace poco había un comercio de muebles.

 

A principios de los años setenta del siglo pasado, los piratas acabarían transformándose en la compañía UTINSA. (Unión de Transportes Insulares, S.A.), y prestando servicios de transporte colectivo de viajeros en la mitad corte de Gran Canaria.

 

Voy a acabar casi como empecé: ir de belingo podría traducirse por el actual ir de marcha. También para echarle un puño a la baifa se viajaba en los piratas, pero el segnificado de esta expresión lo explicaré en otra ocasión.

 

 

Artículo publicado previamente en CrónicasGC en la página 51 de su periódico de Oct-Nov. 2017.

 

 

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Comentarios
Jueves, 18 de Octubre de 2018 a las 23:45 pm - victorio díaz marrero

#01 En Tenerife, los que ya peinamos canas, también vivimos la experiencia de los coches piratas. En nuestra isla tuvieron su mayor auge en las décadas de los años 60 y 70 del pasado siglo. Las dos causas principales que motivaron la aparición de este medio de transporte ilegal, fueron las malísimas carreteras del interior de la isla hasta Santa Cruz y la falta de un transporte público serio. Los pueblos del Sur que tenían más coches piratas eran Gúímar, Granadilla, Guía de Isora y Adeje. Y los del Norte eran principalmente La Orotava, Icod de Los Vinos y Garachico.

En Tenerife las marcas más abundantes eran las "rubias" Peugeot, los Opel Capitán y los Ford Taunus. Efectivamente, como señala el autor, el precio era un poco más caro pero el servicio era también muchísimo más rápido. Con la llegada de las autopistas, tanto la del Norte como la del Sur, desapareció el coche pirata.