Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Molinos de mano: entre la tradición y el olvido.

Martes, 18 de Septiembre de 2018
Rafael Sánchez Valerón (cronista oficial de la Villa de Ingenio)
Publicado en el número 749

Estos molinos, con la misma tipología, siguieron siendo utilizados por la población colonizadora y asentada en siglos posteriores, pero en la mayoría de los casos empleándose roca basáltica, mucho más resistente a la abrasión que la toba y con más facilidad para su extracción y tallado al emplearse instrumentos de hierro.

 

 

En la constante búsqueda de señas de identidad que relacionen la pervivencia en  las costumbres actuales, de una población que se estableció en las Islas a partir de la Conquista, con la primitiva civilización aborigen, extinguida o absorbida por aquellos que desde lugares lejanos implantaron la suya, resulta muy difícil encontrar testimonios de manifestaciones culturales heredadas de un pueblo que durante siglos pobló las Islas y dejó en ellas huellas materiales e inmateriales que tratamos de conservar por todos los medios, perviviendo solo algunas manifestaciones, como pueden ser: la lucha, el palo, algunas costumbres festivas, escasas formas de lenguaje, toponimia y poco más, apoyando esta pervivencia en los yacimientos, en muchos casos expoliados y abandonados o en la visita a algunos museos.

 

Los encuentros y posteriores desencuentros de dos culturas antagónicas en la que prevalece la de los “vencedores”, la podemos encontrar en algunas manifestaciones de la cultura material aborigen como puede ser la alfarería, pero llama especialmente la atención la utilización generalizada en Gran Canaria hasta época reciente de los llamados molinos de mano, presentes en gran parte de las viviendas hasta hace muy poco tiempo.

 

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Comentarios
Lunes, 01 de Octubre de 2018 a las 21:46 pm - Singaspur

#01 Siemprel los mismos "mantras": cultura neolítca, extinguida, continuidad de los colonizadores (claro, porque todos los descendientes de los canarios pasaron a comer piedras...), en fin. Más de lo mismo del cuento de la lechera del extincionismo.

Qué les aproveche.