Buena parte de la fama que en la actualidad disfruta la Villa de La Orotava y sus fiestas patronales le viene dada porque esta localidad, situada en el norte de la isla de Tenerife, en el octavo día de la celebración del Corpus Christi, confecciona unas alfombras utilizando pétalos de flores y arenas volcánicas. En palabras de Sebastián Hernández Gutiérrez, "la alfombra forma, por tanto, parte de una herencia que da carácter al villero, persona que utiliza su arte floral para dar la bienvenida al forastero y hace al natural partícipe del regocijo de su obra".
Las genuinas alfombras de La Orotava son las confeccionadas con flores, frente a las realizadas con arenas volcánicas. Su origen está en el año 1847, herederas directas de aquella primera ofrenda floral de Leonor del Castillo frente a la Casa Monteverde para la que se conocía como la Fiesta de las Flores.
En la actualidad el recorrido procesional transcurre por cuatro calles (Colegio, Carrera, Tomás Pérez e Inocencio García) en las que se disponen 34 alfombras, alternando tapices y corridos. El tapiz es una composición figurativa, que utiliza recursos plásticos y pictóricos, con la intención de elevar un discurso religioso afín a la festividad misma. Los atributos de sus figurantes (santos, corderos, cristos y vírgenes) están relacionados con la Consagración Eucarística. El corrido consiste en una alfombra de trazado geométrico que se ejecuta a partir de un molde que repite el motivo, manteniendo una línea simétrica de composición a lo largo del espacio asignado al alfombrista, tradicionalmente colocado entre dos tapices, a modo de nexo.
Esta distinción entre tapiz y corrido, tiene, en opinión de Hernández Gutiérrez, un origen social verdaderamente interesante: "El corrido era, por así decirlo, un coto de las clases menesterosas a las que se les suponía una preparación artística más limitada que a los autores de los tapices, quienes además hacían sus alfombras frente por frente a sus moradas particulares".
Frente a otras poblaciones donde se confeccionan alfombras incorporando otros materiales, en las de La Orotava solo se utilizan las flores y otros elementos vegetales como barba millo, musgo o brezo picado y tostado hasta obtener tres tonalidades (verde, ocre y negro, dependiendo del tiempo de torrefacción).
Los alfombristas no son artistas profesionales. Las Alfombras de Flores son una obra artística que requiere de un boceto en el que se proyectan las líneas maestras. En la madrugada anterior al día del Corpus, La Orotava se despierta muy temprano y los alfombristas ocupan los espacios que les han sido asignados por tradición para acometer las fronteras de su alfombra.