Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Acantilados de Tacoronte y Barranco de Guayonge.

Lunes, 07 de Noviembre de 2022
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 965

Según el decreto de 8 de mayo 2007 la zona señalada constituye un área arqueológica de gran importancia en el contexto de la isla de Tenerife, inscrita a su vez en un frente acantilado mucho más amplio, extendido desde la desembocadura del Barranco de Milán (Tejina, La Laguna) y El Ancón (Santa Úrsula).

 

 

A juzgar por los numerosos hallazgos efectuados durante décadas, este sector costero muestra indicios de un importante asentamiento prehispánico aprovechando las numerosas cuevas y oquedades abiertas por efecto de la erosión en los materiales de proyección aérea y en los planos de contacto entre coladas basálticas masivas acumuladas sin solución de continuidad. Se trata de un importante apilamiento de niveles lávicos y piroclásticos correspondientes a la Serie III, que ha sufrido los efectos de la erosión marina y de fenómenos locales de deslizamiento gravitacional, provocando el retroceso del frente acantilado. Las alturas medias superan los 200 m, caracterizándose por la verticalidad del terreno y las dificultades para la antropodinamia, con presencia de escasos senderos y veredas que lo recorren.

 

Las cuevas documentadas en la zona se caracterizan por una funcionalidad doble -habitacional y funeraria- dependiente de su accesibilidad, amplitud, condiciones de habitabilidad, orientación y proximidad a fuentes de recursos diversos. En general, las cuevas de habitación suelen aparecer en el tracto superior del acantilado, más fáciles de acceder, o en aquellos sectores menos abruptos. Los enclaves funerarios correspondientes a estas áreas de ocupación estable aparecen siempre en su entorno inmediato -incluso intercaladas en el ámbito habitacional-, aunque mediatizado por las propias condiciones de las cuevas y su posible uso.

 

El tramo acantilado comprendido entre el Barranco de Guayonge y el límite municipal con El Sauzal se caracteriza por la presencia de numerosas cuevas, aunque de acceso extraordinariamente difícil, por lo que cabe admitir la posible existencia de yacimientos -principalmente funerarios- en mejor estado de conservación. Asimismo, el citado cauce alberga numerosas oquedades -algunas de gran amplitud-, constatándose la tradición de que en el mismo se localizaba el auchón del mencey de Tacoronte.

 

 

Comentarios