La lectura de La conjuración de Venecia y Lucrecia Borgia fue decisiva para su entrega al romanticismo. En 1850 se traslada a Madrid, donde hace amistad con García Gutiérrez, Hartzenbusch o Núñez de Arce. Redactor de La Aurora, Las Novedades y de La Atlántida. Recoge su obra poética bajo el título de Ensayos literarios, que inicia en 1841: un proyecto para completar seis volúmenes, de los que sólo llegaría a publicar tres; y que incluye -en el segundo- los textos de sus piezas para el teatro. Libros poéticos son, también: La situación. Poesía patriótica o La familia, ambos de 1853, y Ecos del Teide (1871). Su pasión por el teatro se refleja, de modo recurrente, en su obra: en 1834, tras rehacer Anacona, escribe otras dos tragedias, Aben Hamet y Atreo, y el drama La noche de San Bartolomé. Más tarde, escribirá, de modo sucesivo: Zahuca (1835), Rodrigo (1836), María (1837) y Elvira (1838), cuyo estreno en Santa Cruz de Tenerife, al año siguiente, produjo un escándalo que muchos compararon con el que se produjo en el estreno de Hernani, de Víctor Hugo, en París. A su obra dramática deben sumarse la zarzuela Tres para una y las óperas Jimena y Amor conyugal, esta última en verso y prosa.