Los vecinos del barrio del Román se manifestaron tiempo atrás reivindicando aceras para llegar desde su barrio hasta Tamaraceite (Gran Canaria) de manera segura. El problema de las aceras en el distrito Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya es histórico, y si no que le pregunten a los vecinos de Las Perreras, Las Majadillas, Hoya Andrea, Almatriche o la misma Cruz del Ovejero, el único tramo que no tiene aceras de la Carretera General. Lo que está claro es que Tamaraceite, desde tiempos pasados, ha sido el punto de atracción y de servicios de buena parte del distrito. El barrio tiene en su órbita metropolitana a otros barrios pequeños que demandan los servicios básicos que tiene y tendrá Tamaraceite con la expansión sufrida en los últimos tiempos.
Llegados a este punto, me gustaría poner en valor un espacio que podría ser una alternativa natural para muchos de esos vecinos que demandan una vía entre ambos barrios, sin ir cerca de la carretera y con el consiguiente peligro que ello conlleva. Quiero aclarar que no me estoy posicionando en contra de esta petición vecinal, sino que trato de mostrar una alternativa viaria, que ya existe, alejada de la contaminación y el peligro del tráfico, pudiendo a la vez disfrutar de la naturaleza.
Desde hace muchísimos años venimos defendiendo este lugar, que hace de frontera con el Paisaje Protegido de Pino Santo y Las Charcas de San Lorenzo, y que fue mutilado al menos 1 km en su primer tramo, desde la Carretera General de Tamaraceite, a la altura de Juan Pérez, hasta la Casa Pico, por las obras de la zona comercial.
Para los que no lo conozcan, el Camino Viejo es un antiguo camino real que unía Tamaraceite con San Lorenzo y el barrio de El Román y Teror (bordeando la Montaña de San Gregorio y pasando por San José del Álamo). Hace años presenté un proyecto de recuperación a Gesplán, acometiendo este organismo dependiente del Gobierno de Canarias la primera fase, que fue la de señalización del camino y realizar pequeñas repoblaciones. Ese mismo proyecto se presentó al ayuntamiento de la ciudad cuando era concejal de Urbanismo don Néstor Hernández, del PSOE, profesor del IES Antonio Godoy Sosa de Tamaraceite, y que fue muy bien valorado por él mismo y por los técnicos municipales, pero “sin un duro” para acometerlo en ese momento en que todavía Tamaraceite Sur era una “nebulosa”.
Un par de años más tarde defendí una moción presentada en la Junta de Distrito en el año 2013 y que fue aprobada por unanimidad por todos los partidos políticos representados en la misma, y donde imaginaba un Camino Viejo que podría convertirse en un aula de la naturaleza junto con Las Charcas de San Lorenzo, donde nuestros pequeños pudieran ver, aprender, regocijarse de un entorno natural, de su fauna y vegetación, y a la vez disfrutar de un entorno de ocio único en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. En definitiva, recuperar una imagen de cómo era la zona entre Tamaraceite y San Lorenzo por la que discurría el camino no más allá de los años 50.
Este espacio ha sido castigado por la acción humana, en los últimos años, de manera sangrante. Los vecinos han denunciado en numerosas ocasiones, ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), Medioambiente del Cabildo de Gran Canaria y Concejalía del Distrito de Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya, el grave destrozo ambiental y etnográfico generado por los vertidos y las motos de trial en varias zonas de Tamaraceite y San Lorenzo. Prácticas que se vienen desarrollando desde hace años en una zona de incalculable valor ecológico y ornitológico como Las Charcas de San Lorenzo, de donde han desaparecido la mayoría de la aves nidificantes y migratorias, no solo por la sequía y el abandono institucional, sino por la invasión de motos y los ruidos. Han abandonado un entorno que las ha acogido durante miles de años. Por otra parte, se está produciendo un enorme deterioro y destrucción del patrimonio etnográfico en esta misma zona (acequias, canales, cantoneras, acueductos, caminos reales, senderos), que es arrasado por el paso continuo y descontrolado de estos vehículos de dos ruedas.
El Camino Viejo podría ser una vía de paso idílica con descansaderos, algunas mesitas y bancos para pasar un rato con la familia o leyendo un buen libro, donde la gente pueda hacer deporte y circular con sus bicicletas, donde el ser humano comparta con especies autóctonas, donde la palmera, el drago y el lagarto tuvieran un papel estelar, pudiéndose crear lagartarios, palmerales autóctonos únicos en Canarias, a la vez que incluir un catálogo de especies que no hace muchos años campaban libremente y de manera natural por estos lares. Pero, sobre todo, que los vecinos de Tamaraceite y San Lorenzo puedan circular sin peligro alguno, alejados de vehículos y respirando aire puro. Con los 2,96 millones de euros que costaría hacer una acera de cemento, podríamos invertir en nuestro espacio natural y recuperar una vía de paso histórica en la ciudad de Las Palmas de Gran canaria y en el distrito. Aprovechemos esta oportunidad que todavía tenemos en Tamaraceite-San Lorenzo y hagamos algo "diferente", cuyos beneficiarios sean nuestros vecinos, y así aprender a convivir y a respetar los entornos naturales como los que todavía seguimos teniendo.