Hace unos veinte años se abrió La Casa del Maestro, este espacio sociocultural y sociopolítico de Tiscamanita (Fuerteventura), en memoria justa y agradecida al ilustre majorero y canario universal que fue nuestro querido Manuel Velázquez Cabrera, a quien se dedica la Fundación y la Cátedra que llevan su nombre. En nombre de la Fundación Manuel Velázquez Cabrera, de su Patronato y de su Presidente, Miguel Cabrera, les saludamos y les damos la bienvenida a este acto entrañable y cargado de significado. Especialmente damos la bienvenida a las personas que representan a la Fundación Canaria Tamaimos, a la que consideramos amiga y compañera de camino en el empeño de valorar, promover y defender la canariedad. Queremos también expresar nuestra acogida por parte del Rancho de Ánimas y de la Asociación de Vecinos El Tabaibe, que comparten la sede con la Fundación y la Cátedra, en esta Casa del Maestro, con tanta historia en nuestro pueblo.
Constituye un honor para nosotros y una enorme satisfacción personal el que esta noche podamos brindar en este espacio por los veinte años de este portal digital, BienMeSabe.org. Y hacerlo con el comentario y la presentación del tercer número de la revista El Bucio, dedicado totalmente a homenajear a su proyecto hermano, al que ha concedido un merecido premio. El amigo José Miguel Perera, coordinador de BienMeSabe.org, nos acercará las relaciones históricas y constantes entre la revista canaria y la isla de Fuerteventura, y yo intentaré decir algunas ideas para introducir su intervención.
El continente. Voy a decir dos palabras: sobre el continente y sobre el contenido. Empezamos con el continente. En charlas y reuniones me gusta preguntar: ¿cuántos continentes hay en el planeta? El mapa de Arno Peters nos da la respuesta: América, África, Asia, Oceanía y Europa. Ahora bien, desde hace unas décadas, estamos asistiendo al descubrimiento de un nuevo continente: el continente digital.
En la plaza de San Pedro del Vaticano, en Roma, podemos observar dos imágenes, con la sola diferencia de unos ocho años, menos de una década. ¿Qué vemos? En la primera escena, en 2005, la multitud asiste a un acto importante en el Vaticano, tratando de adivinar lo que en la distancia estaba ocurriendo. En 2013, todas y cada una de las personas asistentes a un acto similar, en el mismo escenario, siguen el evento en la inmediatez de la pantalla de su móvil o tableta. Es el nuevo continente digital que ha nacido. Estamos ya tan inmersos en este nuevo ambiente y espacio que ni nos damos cuenta de que estamos realmente, como se suele decir, no en una época de cambios, sino en un cambio de época.
En la Iglesia Católica se está celebrando, como sabemos, un proceso sinodal, un interesante y prometedor proceso de consulta y deliberación sobre el futuro de la propia Iglesia. En la primera fase, se trabajó entre los continentes de todo el mundo. Se han hecho dos consultas especiales: una, a las personas con discapacidad, que son (como dice la ONU) la mayor minoría del mundo actual, un 15 % de la humanidad, unas 1100 millones de personas; y la otra consulta especial ha sido al mundo de las redes sociales, al mundo digital, protagonizado especialmente por los jóvenes, de forma que se habla de la celebración de un Sínodo digital.
Esto hoy ya lo vemos como normal. Pero hace veinte años, hubo algunos pioneros que iniciaron este camino. Por eso, hoy celebramos que BienMeSabe.org se convirtiera en una experiencia auténticamente innovadora y revolucionaria en este aspecto. Tiene toda la razón el editorial de este número 3 de El Bucio que presentamos cuando dice: “Somos conscientes de haber sido pioneros en este concienzudo trabajo sobre lo canario en la red”. Por tanto, hoy celebramos la feliz iniciativa y la fecunda aventura de estos pioneros en el continente digital.
El contenido. Hablan ellos de un “concienzudo trabajo sobre lo canario”. Y eso nos introduce en la segunda palabra: el contenido. En sus casi veinte años de vida, BienMeSabe.org se ha ocupado de Canarias, de la cultura canaria, de la identidad canaria. Si repasamos el sumario y los contenidos de todo lo que se ha publicado en estas dos décadas, la conclusión es clara: BienMeSabe.org rezuma canariedad por todas sus páginas y contribuciones.
Me permito traer a colación una cita del papa Francisco, de una de sus cartas programáticas, que estos días cumple también su décimo aniversario, la Evangelii Gaudium (la Alegría del Evangelio), donde afirma:
La noción de cultura es una valiosa herramienta para entender las diversas expresiones de la vida cristiana que se dan en el Pueblo de Dios. Se trata del estilo de vida que tiene una sociedad determinada, del modo propio que tienen sus miembros de relacionarse entre sí, con las demás criaturas y con Dios. Así entendida, la cultura abarca la totalidad de la vida de un pueblo. Cada pueblo, en su devenir histórico, desarrolla su propia cultura con legítima autonomía” (n.º 115).
En nuestro caso, podemos hablar de tres niveles de la construcción de la identidad canaria:
1. El hecho diferencial canario: los rasgos objetivos que constituyen la realidad de Canarias como nación.
2. La conciencia creciente de canariedad: la progresiva conciencia nacional canaria.
3. La cristalización o plasmación en partidos políticos nacionalistas o en planteamientos identitarios en determinados partidos o movimientos sociopolíticos.
Centrándonos en el primer nivel, leamos lo que dice un experto, Juan Francisco Martín Ruiz:
Lo que parece fuera de toda duda es que en Canarias se produce un hecho diferencial, que se manifiesta en lo económico y social, pero también en el comportamiento político. Y es este hecho diferencial lo que hace de este Archipiélago, considerado como colonia hasta principios del XX por la propia metrópoli, aislado, de carácter insular, atlántico pero de civilización con rasgos marcadamente mediterráneos, una región histórica, si no una nación, que por la conjunción de todos estos factores debiera gozar de un grado de autonomía y autogobierno por encima de o de la misma manera que muchas otras comunidades peninsulares, de las consideradas históricas: Cataluña, Euskadi y Galicia.
De manera gráfica, me gusta expresar esta diferencia de niveles con la imagen o la metáfora del árbol: los frutos y las ramas serían las expresiones políticas en partidos y fuerzas nacionalistas, algo cambiante, efímero y siempre plural y discutible; el tronco del árbol sería algo más profundo, la conciencia creciente (en los últimos tiempos no tanto) de canariedad, el sentimiento de ser canario, la pasión por lo nuestro. Conciencia que, en expresión de Manuel Alemán, ha estado neblinada durante siglos. Y el tercer nivel, el más profundo e indiscutible, algo objetivo y constatable científicamente, el hecho diferencial canario, los rasgos de la identidad canaria, lo que hace de Canarias una nación (una "nacionalidad”, como se dice eufemísticamente en la Constitución española y en el Estatuto de Autonomía de Canarias).
Por eso, muchos de nosotros hace cuarenta o cincuenta años, cuando luchábamos por la caída de la dictadura y la restauración de la democracia (estos días recordamos con cariño a Jerónimo Saavedra, amigo, y uno de los artífices de estas luchas y logros sociales y políticos); como digo, cuando saludábamos la llegada de la democracia, decíamos: construir Canarias es un proyecto a largo plazo. Y lo expresábamos con esta convicción: “No hay que plantar calabazas, sino palmeras, aunque nosotros no lleguemos nunca a comer sus dátiles”. El mismo año de la Constitución española vigente, en 1978, nosotros publicamos un librito, titulado Canarias: tarea histórica, con estos planteamientos, que también seguimos considerando vigentes y actuales: Canarias sigue siendo una tarea histórica. En estos momentos nuevos que se viven en el ámbito del Estado español, cuando muchos hablan ya de un Estado plurinacional, es legítimo y tal vez necesario reafirmar nuestras convicciones identitarias, aclarando que, pese a que el nacionalismo no tiene buena prensa en determinados espacios, muchos seguimos laborando en ese nivel profundo de la identidad nacional canaria, las raíces de la canariedad. Vuelvo a citar al papa Francisco, que dice algo interesante al respecto en su más reciente carta, Fratelli Tutti, sobre la fraternidad universal. En los nn. 142-153, el papa Francisco, tratando la dialéctica entro lo local y lo universal, dos polos inseparables y coesenciales (142), dice:
La solución no es una apertura que renuncia al propio tesoro. Así como no hay diálogo con el otro sin identidad personal, del mismo modo no hay apertura entre pueblos sino desde el amor a la tierra, al pueblo, a los propios rasgos culturales… Lo universal no debe ser un imperio, uniforme y estandarizado de una única forma cultural dominante, que finalmente perderá los colores del poliedro y terminará en el hastío… Es necesario hundir las raíces en la tierra fértil y en la historia del propio lugar, que es un don de Dios (142-145).
Ya hemos felicitado a BienMeSabe.org por haber sido pioneros en el continente digital. Ahora los felicitamos también, y sobre todo, por su apuesta por los contenidos canarios, por su implicación en la construcción histórica de la identidad canaria. Esta nuestra sentida felicitación a BienMeSabe.org por sus veinte años de trayectoria se fundamenta en esta segunda palabra: el contenido de todos sus trabajos sobre lo canario se ha situado siempre en el nivel que hemos señalado como el más profundo, el de las raíces, el de la identidad de nuestro pueblo y de la construcción histórica, a largo plazo. Celebramos que no se anden por las ramas, por los frutos inmediatos y efímeros, sino que apuntan al fondo, a las raíces.
Termino expresando mi total, sincero y cordial acuerdo, desde nuestra Fundación, con estos compañeros de andaduras y amigos de la Fundación Canaria Tamaimos, que escriben en el editorial del presente número: Creemos que ha quedado un nutrido número de El Bucio alimentado de las entrañas de su proyecto hermano BienMeSabe.org. Ojalá que esta alimentación mutua fructifique también, cual drago de infinitos brazos, en todas sus lectoras y todos sus lectores.
Hormiga recita un romance durante la presentación en Tiscamanita
El presente texto fue leído el pasado 23 de noviembre de 2023 en la Casa del Maestro (Tiscamanita, Fuerteventura). Participaron, junto a su autor, Felipe Bermúdez Suárez, José Miguel Perera y el poeta Marcos Hormiga.