La pieza conocida por faja de la indumentaria del varón actualmente se viste incorrectamente. Parece apropiado que ahora que se suceden tantas romerías reflexionemos sobre el legado patrimonial de las Islas.
Antes del conocido cinto, y desde hacía siglos, el hombre de distintos lugares y culturas vestía una prenda conocida por faja o banda con el fin de que no se produjera una temida y dolorosa hernia. (En las redes encontramos la siguiente descripción: “Una hernia inguinal ocurre cuando una porción de tejido, como una parte del intestino, empuja hacia afuera a través de un lugar debilitado en los músculos abdominales. El bulto que se produce puede ser doloroso, especialmente al toser, inclinarse o levantar un objeto pesado”). En España el amplísimo y rico repertorio de la indumentaria tradicional del varón la recoge. Se trata de una reminiscencia del uso cotidiano del hombre del campo y otros oficios que necesitaban esfuerzo físico.
Cuando el tratamiento de las antiguas indumentarias pasan a ser reproducciones del pasado, lamentablemente, y sin que nadie se lo propusiera, las puntas de la faja pasaron al costado. Hoy la mayoría de grupos folclóricos luce un perifollo de lazo en un lateral o costado.
Con un poco de imaginación podemos visualizar a un labrador en las labores de siembra y siega de cereal, de antiguo sementera, y trilla del grano en la era, con el perifollo lateral de la faja o banda enredado entre espigas y zarzas. De igual manera pasaría en otros oficios: pastores, pedreros, leñadores, vinicultores y bodegueros, toneleros, canaleros y aguadores, etc.
La correcta manera de vestir la faja de la indumentaria tradicional del varón en La Palma la encontramos en un magnífico ejemplo del nacimiento costumbrista de San Andrés, San Andrés y Sauces, del siglo XIX. El conjunto de este nacimiento costumbrista se atribuye al polifacético palmero, imaginero, pintor y fotógrafo, Aurelio Carmona López (1826-1901).
Las pequeñas figuritas [que se corresponden con las fotos que acompañan el texto, también de su autora] detallan la parte delantera y trasera del figurante en miniatura. La parte trasera de las figuras del varón del nacimiento, al contrario que una fotografía que difícilmente retrata la espalda, es la que aporta testimonio exacto del vestir de nuestras gentes. En las fotografías, de principios del siglo XX, que recogen el vivir cotidiano en exteriores, y fuera del estudio del fotógrafo, se observa el uso de la faja sin que cuelguen en el costado las puntas.
Para el estudio de la indumentaria es preciso precisar detalles y complementos del vestir. Nada era “un adorno”; cada elemento respondía a una razón y en este caso la aparición en el mercado del cinto o cinturón de piel y hebilla propició relegar la antigua faja. Los primeros cintos llegaron a La Palma desde Cuba.
Rectificar es bueno y aconsejable con el único fin de ser más precisos en la identidad y corrección de vestir la indumentaria tradicional.