El alcalde de Puerto del Rosario, David de Vera, expresó su gratitud y destacó la importancia de este acto. “Hoy saldamos una deuda histórica que teníamos con Unamuno. Su estancia aquí no solo marcó un antes y un después en su vida, sino también en la historia de nuestra ciudad. Convertirlo en hijo adoptivo simboliza el vínculo imborrable que dejó en esta tierra”, afirmó de Vera. El concejal de Cultura, Juan Jiménez, subrayó el papel de la ciudad en preservar la memoria del filósofo. “Hace cien años, Unamuno recaló en Puerto Cabras, como era conocida nuestra ciudad, y desde entonces su espíritu nos ha acompañado. Este nombramiento no es solo un reconocimiento a su figura, sino una manera de devolverle a Unamuno un poco del amor que él sintió por Fuerteventura”, explicó Jiménez. Lola García, presidenta del Cabildo de Fuerteventura, ensalzó el legado cultural de Unamuno y la oportunidad que su exilio brindó para la isla. “Unamuno, con su prosa y su poesía, llevó el nombre de Fuerteventura al mundo entero. Hoy, al honrarlo, también destacamos la riqueza cultural que esta isla ha aportado y continúa aportando al país”, destacó García.
Por su parte, Luis Miguel Santos Unamuno, bisnieto del escritor, pronunció un emotivo discurso en el que recordó la promesa incumplida de su bisabuelo de volver a la isla. “Aunque Miguel de Unamuno nunca pudo regresar, hoy, a través de este reconocimiento, sentimos que su espíritu ha vuelto a esta tierra que tanto amaba. Este título no solo lo honra a él, sino que, en cierto modo, me convierte a mí también en un majorero adoptivo”, señaló conmovido.
El acto concluyó con la lectura de los chicos del CAI (Ciudades Amigas de la Infancia) en torno a la imagen del autor De Fuerteventura a París y con la presentación del libro Unamuno, cien años después del confinamiento, de Domingo Fuentes Curbelo, así como la representación de la obra Ensueño de Unamuno, por Ópera Fuerteventura, ambientada en París en 1926, una interpretación poética que cerró la velada. Este homenaje no solo celebra la figura de Miguel de Unamuno, sino que reafirma la conexión cultural entre el filósofo y Fuerteventura, un vínculo que perdura en la memoria de sus habitantes y la historia de la isla.