Revista n.º 1083 / ISSN 1885-6039

Canarias en la frontera: ¿Sur del Norte? ¿Norte del Sur?

Martes, 14 de enero de 2025
Roberto Gil Hernández
Publicado en el n.º 1079

Repensar la posición fronteriza de las Islas puede ser útil para afrontar uno de los mayores retos que asolan nuestro mundo contemporáneo. La conciencia del rol jugado por el colonialismo europeo en las Islas debe cuestionar su papel como frontera imperial de Europa en África.

Mapa del norte de África

El uso de la perspectiva descolonial en Canarias debería implicar el cuestionamiento de los modelos imperiales de dominación Norte-Sur que atraviesan su territorio. Nuestro Archipiélago es un ejemplo de la ambigüedad de los imaginarios fronterizos por los que se rige el sistema mundial capitalista. Lo descolonial pone de manifiesto cómo unas islas africanas bajo control europeo pueden ser útiles para reproducir el proyecto neocolonial en el continente, a la vez que evidencia sus límites. Repensar el lugar que ocupa Canarias al ser concebida como Sur del Norte y como Norte del Sur, supone una contribución imprescindible para el análisis crítico de su contexto geopolítico.

Como es sabido, las Islas Canarias forman parte del Reino de España desde su conquista en el siglo XV hasta la actualidad. El Archipiélago es hoy una de sus diecisiete Comunidades Autónomas (la única situada en África) y también forma parte de la Unión Europea, donde se le denomina eufemísticamente Región Ultraperiférica. En el mismo sentido, las Islas suelen enunciarse como hub o plataforma logística y de negocios en el Noroeste de África para empresas provenientes de Europa y de Estados Unidos. El hecho de que determinados grupos sociales de Canarias, fundamentalmente sus élites, hagan suya esta retórica demuestra que las relaciones entre el Archipiélago y el continente siguen siendo problemáticas. Prueba de ello es la voluntad de algunas instituciones isleñas en favorecer los intereses extractivistas de Occidente. A causa de ello, puede decirse que nuestro territorio está siendo utilizado para mantener y ampliar el neocolonialismo en África. Los países más afectados por esta deriva son Cabo Verde, Mauritania, Marruecos y Senegal.

Gráfico ilustrativo de Canarias como plataforma logística en África

El citado interés en África obvia las desigualdades inherentes a las relaciones Norte-Sur. Así ocurre, por ejemplo, con los movimientos demográficos que tienen lugar entre sus fronteras. En las últimas décadas, Canarias se ha convertido en punto de tránsito para personas que buscan entrar a Europa procedentes de países como Marruecos, Mali, Senegal, Gambia y Nigeria. En 2023 se registró el mayor número de llegadas a las Islas, procedentes de las costas vecinas, desde 2006, cuando 31 678 personas alcanzaron el Archipiélago durante la conocida como crisis de los cayucos. La respuesta institucional dada desde Canarias a este problema humanitario ha variado en función del perfil de las personas migrantes (edad, sexo, procedencia, situación legal, etc.), abarcando desde su acogida hasta su expulsión. Por eso las violaciones de los Derechos Humanos que sufre este colectivo han sido denunciadas reiteradamente por diferentes organizaciones en las Islas. Además, en los últimos cinco años, se estima que al menos 1400 personas han muerto al intentar cruzar el mar que separa el Archipiélago del continente, según la Organización Internacional para las Migraciones. El más reciente y mortífero de estos episodios se produjo el pasado mes de septiembre en El Hierro, en un naufragio en el que desaparecieron casi medio centenar de personas.

Nicho de persona migrante en un cementerio herreño

La estrategia política que se esconde tras esta situación dramática tiene el objetivo de convertir Canarias en el Sur del Norte, es decir, en la última frontera entre Europa y África. El Archipiélago cumple este rol cuando se violan los derechos de las personas migrantes. El elevado número de muertes que se producen en sus aguas revela la falta de compromiso real de las instituciones canarias, españolas y europeas con el continente. Por otra parte, la ubicación africana de las Islas es utilizada por estos poderes como controlador de cualquier evento considerado una amenaza para Occidente. Aunque, en realidad, esta deshumanización en el Sur lo que evidencia es la crisis global que atraviesan los países del Norte. De hecho, son los esfuerzos que han protagonizado estos últimos para desplazar sus fronteras económicas, culturales y geopolíticas hacia lugares como Canarias los que han convertido las Islas en una frontera imperial. Aplicar la perspectiva descolonial al Archipiélago debe servir para romper con eso efectos divisorios, promoviendo su integración en el continente al que pertenece sin ignorar por más tiempo el papel que ha desempeñado históricamente como límite entre el Norte y el Sur.

Un cayuco que llega a Canarias

La realidad canaria no es comparable con la de otros países africanos, pero tampoco lo es con el resto del Estado español y la Unión Europea. El Archipiélago lidera la mayoría de índices que miden la desigualdad en el Norte, con un 33,8 % de su población en riesgo de pobreza y exclusión social según la Red Europea de Lucha contra la Pobreza. Al mismo tiempo, sus niveles de desempleo se han mantenido por encima del 14 % en la última década según el Instituto Nacional de Estadística, entre otros indicadores. En el plano político, estas asimetrías también se manifiestan en la tensión recurrente que describen las instituciones insulares, españolas y europeas a cuenta de los asuntos que afectan al Archipiélago. Ejemplos recientes de ello son el control de los recursos de sus fondos marinos, la ineficaz gestión de la crisis generada por la erupción del volcán Tajogaite en La Palma, o el cambio de posición de España y la Unión Europea respecto al conflicto del Sáhara Occidental. Otros factores también han cobrado especial relevancia recientemente, como el deterioro de los espacios naturales de las Islas a causa del desarrollo de la industria turística, los elevados precios de los alimentos y la vivienda o la presión demográfica creciente que ejercen contingentes de población llegados al territorio desde Europa. A consecuencia de ello en 2024 estallaron protestas en todo el Archipiélago bajo el lema Canarias tiene un límite. Esta es la razón por la cual, pese a que administrativamente Canarias forma parte de España y Europa, también se le suele considerar como el Norte del Sur.

Manifestación del 20A en Tenerife (foto: Dácil Jiménez)

Repensar la posición fronteriza de nuestro territorio puede ser útil para afrontar uno de los mayores retos que asolan nuestro mundo contemporáneo. Únicamente siendo conscientes del rol jugado por el colonialismo europeo en las Islas se puede cuestionar su papel como frontera imperial de Europa en África. No en balde, desde nuestras coordenadas es posible relajar las barreras socioeconómicas, geopolíticas y culturales que dividen la realidad africana, un ejercicio primordial para contrarrestar la lógica de dominación Norte-Sur. Este nuevo marco de relaciones nos permitiría exigir a los países del Norte la reparación simbólica y material del daño causado por el colonialismo en África. Y es que una parte de los problemas actuales del continente tienen que ver con las políticas deshumanizadoras que, también desde el Archipiélago, han justificado el sufrimiento, la expulsión y la muerte de la población africana durante siglos. En este sentido, la perspectiva descolonial ayuda a imaginar una Canarias que no sea frontera imperial, es decir, que no se comporte ni como el Sur del Norte ni como el Norte del Sur. Nuestras Islas, quizás uno de los territorios africanos que más tiempo ha permanecido bajo control europeo, podrían desempeñar un papel importante en las luchas actuales por la descolonización global.


* Este texto forma parte de una colaboración entre Criminologías de Frontera, un blog editado por la Facultad de Leyes de la Universidad de Oxford y la revista académica Geopolítics, publicación internacional y multidisciplinar dedicada a la investigación contemporánea, que busca promover plataformas de acceso abierto. Como parte de esta iniciativa, el artículo original de Roberto Gil Hernández en el que está basado esta pieza, The Canary Islands, an Imperial Frontier: Decolonial Thought in South-South Relations in Northwest Africa, será de libre acceso hasta finales de enero de 2025.

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