Viernes, 13 de enero de 2012
Todo, en ese rinconcito de Tejina, es una incitación. Suena la voz del padre, aireando una isa. Canta la madre, con la voz fresca en contagiosa lozanía. Cantan las hijas, una tras otra, y luego se unen para la alegría de los estribillos. Diríase que la vida allí no tiene otro objeto. Aquel patio, aquel parral parecen puestos en el camino para que todos se detengan y rindan su tributo a los cantares de la isla (ALMADI). La FAMILIA RODRÍGUEZ de Milán (Tejina), en tres generaciones, abuelos, hijos y nietos, quienes siguiendo la ruta que le señalaron los padres de sus padres, se ponen sus ropajes de fiesta, toman sus instrumentos y salen de sus casas y un día y otro (Ángel Ruiz Pasos).