Sábado, 16 de mayo de 2009
Ignacio Reyes García
Cada una de las siete hablas amazighes de Canarias se configuró en torno a la convergencia de dos flujos dialectales. Una de esas fuentes nutricias, la que más presencia adquirió en la definición del conjunto, pertenece al dominio que hoy se denomina tuareg o meridional, porque tiene su asiento preferente en la zona sur del Sahara argelino, Níger y Malí. La otra influencia dialectal, a la que se suele dar el nombre de septentrional, presenta ingredientes más variados y se distribuye de manera desigual según la isla receptora. No obstante, las hablas del Marruecos central suministraron también un caudal muy relevante a todo el Archipiélago, aunque ciertas modalidades ubicadas en el entorno de la Cabilia argelina y el Atlas sahariano o del Atlas rifeño al Atlas Medio o en las estribaciones y valles del Anti-Atlas dejaron su impronta en algunas islas concretas.
Viernes, 17 de abril de 2009
Ignacio Reyes García
Durante los últimos tres mil años, esta «Estrella de Osiris» o, de forma más genérica, «Estrella del Sur» ha hecho su aparición en el cielo de Canarias, con la oscilación que impone la precesión o movimiento retrógrado de los equinoccios, en torno al veintitrés (23) de agosto (± 5 días), permaneciendo visible hasta el diecisiete (17) de abril (± 5 días). Fechas que, junto a los primeros días de febrero, cuando ocurre su orto acrónico (o aparición vespertina), llevan a pensar en un antecedente astral de origen nativo para el culto a la Virgen de Candelaria.
Miércoles, 18 de marzo de 2009
Ignacio Reyes García
Muchas voces isleñas perdieron su significado o cambiaron de género para adaptarse a la gramática de la lengua dominante. Devolverle ahora su verdadera identidad permite descifrar aquel pasado con su propia voz, marcando así una referencia imprescindible a la hora de calibrar el alcance de los cambios culturales que han tenido lugar. Y un dominio donde estos aspectos se pueden observar con certera plasticidad emana por ejemplo del vocabulario volcánico, muy reducido todavía en sus expresiones resueltas, pero que rinde ya algunos datos interesantes acerca de la percepción nativa del fenómeno.
Lunes, 16 de febrero de 2009
Ignacio Reyes García
Diversos testimonios llevan a pensar que los antiguos isleños utilizaron un calendario lunar y otro solar, donde las evoluciones de estrellas como Sirio (Alfa Canis Majoris) o Canopo (Alfa Carinae) ayudaron a fijar referencias determinantes. El diseño cronológico no resulta extraño ni siquiera en la actualidad, aunque pocas veces se repare en ello. Todo depende del registro al que se asocie el acontecimiento natural o social en cuestión.
Lunes, 2 de febrero de 2009
Esther Chávez Álvarez, Francisco Pérez Caamaño, Elena Pérez González, Javier Soler Segura y Antonio Tejera Gaspar
En un intento por contribuir a la renovación teórica y metodológica de la disciplina arqueológica en Canarias, Los Guanches en Guía de Isora. Arqueología, Territorio y Sociedad se aproxima al estudio de los aborígenes de Tenerife otorgándole al análisis de la dimensión espacial un papel vertebrador en las explicaciones históricas. A diferencia de la mayoría de monografías que abordan el estudio de los primeros habitantes de las Islas Canarias, este trabajo se aproxima al conocimiento del pasado a través de los resultados obtenidos en la prospección arqueológica de la Comarca Isorana.
Jueves, 15 de enero de 2009
Ignacio Reyes García
Esto podemos decir que ha ocurrido con un topónimo tan poco sospechoso como Fuerteventura. El azote del viento o los riesgos de la peripecia náutica han sido invocados para explicar esta designación isleña, cuya ideación romance no había muchos motivos para cuestionar. Nada hacía presagiar que fuera la traducción de un topónimo nativo.
Lunes, 24 de noviembre de 2008
A. José Farrujia de la Rosa (Sociedad Española de Historia de la Arqueología)
Tras el redescubrimiento de las Islas Canarias en el siglo XIV, los indígenas canarios recibieron múltiples denominaciones por parte del “pensamiento occidental” o europeo: salvajes, bárbaros, aborígenes, indígenas y, más recientemente, prehispánicos. En el presente artículo analizamos la desafortunada pervivencia en el lenguaje académico –y por extensión en el popular– de algunos de estos conceptos.
Miércoles, 29 de octubre de 2008
Redacción BienMeSabe
Entre el 10 y el 12 de septiembre se celebró en Arrecife el VI Congreso de Patrimonio Histórico organizado por el Cabildo de Lanzarote. Bajo el título general de Investigación arqueológica en Canarias: territorio y sociedad, sirvió como marco para el intercambio de aportaciones y la presentación de algunas novedades relativas a las poblaciones canarias anteriores a la conquista europea.
Lunes, 29 de septiembre de 2008
Carlota Mora Chinea
Dejando al margen el interés que intrínsecamente tiene este yacimiento, por la escasez de manifestaciones, con estas características, localizadas o que perduren en esta vertiente del noroeste de Gran Canaria, a excepción de los grabados antropomorfos localizados en la Cueva del Moro o Los Moriscos, en el municipio de Agaete, en el oeste de la isla; y los grabados del conjunto arqueológico de Cuevas del Rey desaparecidas actualmente, destacamos esta estación por lo fortuito y casual de su descubrimiento, factor que rodea la mayor parte de las veces estas maravillas. Así es, dando un simple paseo por el barranco, nos llamó la atención unos afloramientos que, por sus características físicas, podían convertirse en paneles que recojan este tipo de manifestaciones.
Miércoles, 28 de noviembre de 2007
Javier Velasco
¿Cómo eran realmente los indígenas canarios? ¿Qué aspectos tenían los antiguos canarios, los guanches, los gomeros…? Son cuestiones que sin duda condicionan cualquier mirada a nuestro pasado más remoto. Sin embargo, y sin menoscabo de tal preocupación, se trata de unas preguntas para las que ya solemos tener una respuesta formulada o al menos imaginada en muchos de sus matices. La ambigüedad de estos interrogantes permite, en no pocas ocasiones, que proliferen visiones estereotipadas sobre el aspecto físico de estas gentes a las que queremos encarnar no como realmente fueron, sino como nos hubiera gustado que fueran. Acaso porque en ellas tratamos de buscar un reflejo en el que representarnos a nosotros mismos.