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Miércoles, 04 de Febrero de 2009
Antonio Henríquez Jiménez
Publicado en el número 247
El que una copia se encuentre también en el archivo de Luis Doreste nos recuerda la gran amistad que entre él y Alonso Quesada existía. Lo más probable es que Alonso Quesada, o alguien de su entorno, copiara la carta y le enviara un ejemplar a Luis Doreste Silva, por entonces en Madrid, que, junto con Agustín Millares Carlo, se había encargado de la edición de El lino de los sueños.
Carta de Carlota Remfry de Kidd a Rafael Cansinos-Assens Mi querido Rafael: Ya que usted no quiso contestar a mi pregunta. me he tomado la libertad de traerme su Lino de los sueños. Se incomodará usted conmigo. Son muy bellos esos poemas: me han hecho un bien indecible, no obstante la triste amargura que por entre ellos se desliza, sutil y tenaz. “El último dolor” es de los poemas que se refugian en el alma para nunca abandonarla más. Se oyen vibrar en él los sollozos ahogados, se siente el llanto quedo y contenido de un dolor infinito, de un amor que no sabe ya ser egoísta y quiere obligarse al silencio, para dejar pasar aquel ser amado, sin acongojarle con su pena, sin afligir sus últimos pasos en la vida, sin empañar su puro éxtasis al entrar en la regocijada paz del Más allá. Como gran respiro del alma, amplio y bienhechor, es “En la amplitud de la noche”. También es como el rumor de un lejano mar... tan dulce y tan suave, tan lleno de fuerza contenida. Qué le diré de “Érika”, tan repleto de triste sencillez como de purísima dulzura. Es una poesía que llena de lágrimas los ojos como si aquel ser, solo y apartado en aquel lejano camposanto, algo fue, un día, muy nuestro, muy encerrado en nuestro cariño. “La eterna sombra”, “Alabanza de lo cotidiano” y muchas otras poesías, incluso también “Los ingleses de la colonia” (con excepciones) me gustan mucho. ¿Tan mal trato recibió su amigo de manos de aquellos británicos, que permite a su candorosa malicia aguzar la ironía, tan sutil, de sus palabras hasta casi –casi– hacerlas sonar como ecos de un hondo rencor, que sí, se desahoga? Es una lástima. Pero con todo son verídicos los dibujos que traza con líneas tan escasas como acertadas. “Miss Ford” es admirable. Pudiera ser la imagen viva de cualquiera de toda una familia de muchachas que yo conozco. Éstas, desde su primera infancia, casi se pudiera decir han creído que sólo hay que dedicarse en el mundo a la conjugación del verbo amar, y para sus flirteos bueno es cualquier hombre. Diríase que, llegado el momento de entregar plena y lealmente el corazón a un supremo y soberano amor, nada les quedaría ya para ofrendarle que mereciera el dolor: su corazón sería como una espléndida vida malgastada o una magnífica herencia espiritual que se despilfarra. ¿No es verdad? En algunos poemas se advierte una falta de madurez que se explica con los pocos años de aquel poeta niño. ¿Qué puede saberse por completo a los veinticinco años? Rafael Romero me hace pensar en Tennyson: “What shall I be at fifty, / should nature keep me alive, / if I find the world so bitter / when I am but twenty-five?”. Y también en Browning: “Ah, but a man’s reach should exceed his grasp, / or what’s a heaven for?”4 Es verdad también que el pobre muchacho fue abrumado por los graves cuidados y las apremiantes necesidades de la vida y conoció el desamor y el olvido cuando otros apenas saben más sino que la vida es bella y llena de júbilo porque poseen toda la magnífica riqueza de una juventud dorada y protegida. Y debe ser Don Alonso más bueno que un bollito de pan francés. Parece como si la suerte se complaciera siempre en afligir más a los buenos. |
Ah, what shall I be at fifty, should Nature keep me alive, if I find the world so bitter when I am but twenty-five? Yet, if she were not a cheat, if Maud were all that she seem’d, and her smile were all that I dream’d, then the world were not so bitter but a smile could make it sweet. |
Ah, but a man’s reach should exceed his grasp, or what’s a heaven for? All is silver-gray, placid and perfect with my art: the worse! I know both what I want and what might gain, and yet how profitless to know, to sigh ‘Had I been two, another and myself, our head would have o’erlooked the world!’ No doubt. |
EL ÚLTIMO DOLOR 30 de junio de 1913 Mi madre ha sonreído tristemente y sus ojos clarísimos dejaron partir la luz, sin detenerla, lejos... ¡A ese lugar, tan luminoso, donde va la luz de los ojos, cuando huye! Sendero del dolor y del amor, más del amor que del dolor; sendero para mí tan amigo, consecuente con mi interrogación... ¡Llena de ensueño la memoria!... Las rosas de tus bordes, de una blancura superior y eterna, pon en tierra, al cruzar mi guiadora, porque sus pies al fin sientan dulzura!... ¡Y el mar, el mar de la quietud divina! ¡La ribera cercana!... ¡El valle!... –aromas de eternidad– para su arribo sean como la claridad de aquellos ojos cuando se abrían por mirar lo amado... |
#05 Acabo de leer que Carlota Remfry debió ejercer la labor de enseñanza de inglés en Linares, por eso la Escuela Oficial de Idiomas lleva su nombre. La realidad es que Dª Carlota, protestante de religión, vivió justo enfrente de la Escuela Oficial de Idiomas, y su labor con las lenguas ha sido el objeto de denominar así a la EOI de Linares.
#04 Resulta fasciante como el estudio de la traidición literaria propia hace que ampliemos conocimiento de otros autores y obras que han quedado, también, al margen.
¡Qué decir del profesor Antonio Henríquez! Lo contrario a otros investigadores (de pose, foto e institución). Un derroche de generosidad que ayuda al trabajo de otros investigadores (incluidos los de pose, foto e institución).
Felicidades al autor por este \"bollito francés\".
#03 El profesor Antonio Henríquez es un investigador permanente del patrimonio documental y epistolar literario de autores canarios que se coservan en esta Biblioteca y que muy pronto se difundirán , en su primera parte, con las transcripciones y digitalización de los epistolarios del archivo Alonso Quesada. Agradecer desde aquí su constante aportación en las transcripciones del epistolario de Alonso Quesada, ya concluído, y del epistolario de Fernando Gonzálezy Luis Doreste Silva (en proceso)en colaboración con Natalia Domínguez Medina - Técnica y documentalista responsable de su catalogación.
#02 No tengo el gusto de concoer al profesor Henríquez, pro este artículo me ha dejado buen sabor de boca, ha sido muy enriquecedor, y me ha dado la oportunidad de concoer otras facetas de nuestro ilustre escritor Alonso Quesada. Por tanto felicitarle y pedirle que siga dando a conocer sus investigaciones, que además aportan nuevas e interesantes cuestiones. Saludos desde Santa Lucia de Tirajana.
#01 Felicitar al profesor Henríquez Jiménez por su acertadísima investigación que revaloriza y pone, nuevamente, a la luz estos tesoros de nuestra literatura algo pospuestas por falta de difusión.
¿No sería oportuno un congreso sobre el Modernismo en Canarias similar al que se hace sobre Galdós?
¿Hay cátedras en nuestras universidades especilizadas sobre los diversos aspectos de la literatura Canaria o ésta es de poca entidad?