Revista n.º 1044 / ISSN 1885-6039

Folclore de Emigración: Relaciones musicales de la Palma y Cuba

Miércoles, 21 de septiembre de 2005
Manuel S. Hernández Cabrera y Juan José Santos Cabrera
Publicado en el n.º 71

Canarias siempre ha tenido la proa enfilada hacia América, especialmente hacia Cuba y Venezuela. Desde finales del Siglo XV, recién terminada la conquista de las islas, se tienen noticias de estas relaciones.

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Breve introducción histórica.

Canarias siempre ha tenido la proa enfilada hacia América, especialmente hacia Cuba y Venezuela. Desde finales del Siglo XV, recién terminada la conquista de las islas, se tienen noticias de estas relaciones, pues ya Cristóbal Colón se hizo acompañar en sus dos últimos viajes por naturales del Archipiélago Canario. Este contacto ha perdurado hasta nuestros días con las recientes y masivas emigraciones a Venezuela.

Las relaciones entre La Palma y Cuba han existido desde siempre, pero fue en el Siglo XIX cuando estas se hicieron más intensas. Así entre 1848 y 1898 emigraron 1.168 palmeros a América, algo más del 18 % de la población total de la isla, y de estos un 98 % a Cuba. La preferencia del isleño por Cuba en la segunda mitad del XIX y primeras décadas del XX fue generalizada en todo el Archipiélago, en la isla de La Palma se hizo acusada tal predilección.

En el presente siglo entre 1900 y 1920, los vínculos entre La Palma y Cuba se potenciaron, pues a los tradicionales veleros, se unen los barcos de vapor, de tal manera que era más fácil ir desde La Palma a Santiago de Cuba, que a Cádiz o que incluso a otras islas del Archipiélago. En 1900 desde La Palma iban siete vapores mensuales a Cuba, en ese mismo año sólo hacían al mes cuatro servicios interinsulares y uno a Cádiz.

La base de todo este movimiento era la emigración, pues los productos agrarios enviados desde La Palma a Cuba eran limitados (fruta pasada y vino, principalmente). Esto se debía a la crisis económica de la cochinilla, a la potenciación de la economía cubana bajo el neocolonialismo de Estados Unidos y a la huida de jóvenes en edad de quintas ante el problema de África.

Tenemos que hacer notar que no todos los canarios respondían de igual manera ante problemas similares, pues mientras en determinadas islas apenas hubo emigración, otras como La Palma lo hicieron masivamente. Era natural, que la mayoría de los campesinos canarios conocieran simplemente, su pueblo, su isla y Cuba, muriendo sin haber pisado jamás otras islas del Archipiélago y mucho menos la península.

La relación entre La Palma y Cuba aún tiene peso específico en la sociedad palmera. La clase media actual es la resultante de los recursos económicos enviados por los emigrantes de Cuba, con los que compraron las tierras de la nobleza absentista. Cuba sigue presente hoy en la agricultura, economía y en la sociedad. Aún perviven lazos de amistad y familiares entre el pueblo cubano y La Palma.


Los barcos veleros y luego los de vapor facilitan la emigración a Cuba.
Puerto de Santa Cruz de La Palma hacia 1950.

Por último hacer mención como curiosidad, que esta relación entre Canarias y Cuba, se ve reflejada en la novela de Ernest Hemingway “El viejo y el mar “, donde el protagonista sueña con navegar un día en las aguas de Canarias.


El Folclore de Emigración en La Palma.

Éste intercambio humano entre La Palma y América trajo consigo un gran bagaje cultural que ha enriquecido nuestras islas y a aquel continente. La música que desde siempre ha sido una de las mejores formas de comunicación entre los pueblos ha ejercido en este aspecto de flujos y reflujos culturales una gran influencia que se ha impregnado en nuestras islas.

En este folclore de emigración habría que distinguir, entre canarismos musicales de América, entre los que habría que destacar el Pericón argentino, las Guarachas cubanas y las Jotas margariteñas, Polos y Fulías venezolanas, y los americanismos musicales en Canarias como las Habaneras, Danzón, Son, Caringa y Mataculebra cubanos y los discutidos Aires de Lima.

Pero existe también un tercer grupo de formación híbrida, cuyo origen ha sido el contacto de ambas culturas, este grupo es representado por los Puntos cubanos o Décimas o como los califica el Profesor Manuel Pérez Rodríguez de Puntos Canarios al Son Guajiro, basándose en que el Punto Cubano nace con el emigrante canario a Cuba, porque tiene claros elementos de las dos culturas y porque se interpreta de igual forma en Cuba y en Canarias.

Nosotros incluimos un cuarto grupo, que sería el folclore que nace derivado de la propia emigración. En La Palma como consecuencia de esa emigración tan numerosa del siglo pasado nació la Danza de las Viejas Solteronas, que hoy día aún pervive en Fuencaliente de La Palma y Tijarafe y de la que hablaremos más adelante.

En este trabajo vamos a dejar a un lado los canarismos musicales de América (que podría ser tema de otro estudio), y sí lo vamos a hacer con el resto, que es el folclore de emigración que aún pervive en Canarias.


Americanismos musicales en La Palma.

A - El Son cubano.
El Son nació a finales del Siglo XVI, con el grupo musical que hubo en la iglesia de Santiago de Cuba, donde participaban el sevillano Pascual de Ochoa y las famosas hermanas dominicanas Micaela y Teodora Ginés, negras libres, ésta última, la famosa negra Teodora fue la primera que canta el Son cubano de “Má Teodora”, cuya estructura responsorial es, por lo menos una muestra del modelo que influirá en la creación de formas vernáculas cubanas.

En 1820 el Son Oriental, de formas imprecisas durante los siglos anteriores irrumpió en La Habana como baile popular de canto y percusión, donde los elementos negros aportaron riquezas insospechadas al ritmo cubano. El Son presenta en su estructura, elementos procedentes de la música africana Bantú y española, pero en el momento en que surgió ya estaban fundidos con lo cubano.

Su popularidad nació en una zona de la isla, de los suburbios plagados de montunos de algunas ciudades orientales: Guantánamo, Manzanillo y Santiago. El Son fue el medio más idóneo y representativo de las clases sociales más humildes de Cuba y sirvió de unión de distintas etnias, culturas y capas sociales.

A partirle 1920 con el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro cogió un gran auge y popularidad.


El grupo Echentive de Fuencaliente, ha desarrollado una
importante labor de rescate del folclore tradicional.


En La Palma sin lIegar a la popularidad de la Décima o Punto Cubano y por la influencia de la emigra-ción, tuvo popularidad en los primeros años de este siglo y hasta la década de los 50 en las zonas rurales, donde junto con el folclore tardío de procedencia centroeuropea como la Mazurca, Berlina, Siote y otros como Habaneras, eran los habituales en los bailes de Candil y Salón que se celebraban en las casas. Tenemos que destacar un Son que tuvo mucha popularidad «En Manzanillo», precisamen-te una de las poblaciones donde surgió esta melodía.

De la popularidad en La Palma, da muestra el que existen algunos grupos que lo interpretan junto a otros temas, como es el caso de Los Viejos, Son Montuno y Echentive.

B - Habaneras.
Es una danza de origen criolla, originada por las mezclas culturales y étnicas de Africa, española y cubana, es derivada de la antigua contradanza criolla y cuyo ritmo tuvo influencia en el Tango.

EI compositor canario Néstor Álamo las ha recreado con fidelidad lIegando a popularizarlas masivamente en todo el Archipielago. En La Palma al igual que el Son tuvo una gran popularidad, principalmente en Santa Cruz de La Palma, manteniéndose con más fuerza que el Son. Grupos como Los Viejos, Son Montuno, Tajadre, Los Arrieros y Echentive incluyen en su repertorio Habaneras populares en la isla manteniendo así su influencia y mucho más cuando en los últimos años ha tenido un resurgimiento notable.

C - Danzón.

En el Siglo XIX, la música cubana estuvo en menos contacto con las catedrales y los músicos eran en su mayor parte de Cuba. La música vernácula que en siglos anteriores había un proceso de mestizaje de tres culturas, alcanzo patente de cubanidad. La Contradanza inglesa evolucionaba a través de Francia, España y Santo Domingo, fue ya Contradanza cubana como baile de figuras y ritmo característico; la Contradanza de corte clásico pasó a ser Danzón con estructuras definidas por Miguel Failde y Manuel Saumell, con integración del cinquillo de los negros de Santiago de Cuba y formando categoría de Baile Nacional. A mediados del siglo pasado el Danzón con orquesta era el baile de salón mientras el Son era el baile popular.

En La Palma no alcanzó la popularidad del Son y de las Habaneras, y hoy día está desaparecido como folclore vivo en la isla.

D - La Caringa y Mataculebra.

La Caringa, también conocida como Calinda, es una danza de origen criolla, donde los bailadores dispuestos en dos filas, una frente a otra, avanzan y retroceden rítmicamente, es un baile donde el varón trata de conquistar a la mujer que Ie rehuye .
En La Palma, la Caringa tuvo una enorme popularidad hasta finales de la década de los anos 30; aún viven muchas personas que lo bailaron en su juventud, en Fuencaliente de La Palma la mayoría de las personas que tienen más de 65 años lo recuerdan perfectamente, tal es el caso de Aquilino Torres, octogenario, que todavía lo toca con su acordeón y lo baila; Dona Celia y Don Pío de Paz, este último lo bailaba por los carnavales en la época de la República disfrazado de negro. En otros municipios de La Palma, Barlovento y Tijarafe, hay muchas personas que lo recuerdan perfectamente. EI grupo Echentive recupera este interesante tema folklórico en el año 1987, curiosamente la música y la letra tiene una gran fidelidad con la Caringa que interpretan actualmente los grupos cubanos.

En cuanto al baile existen mas diferencias, cosa que puede ser lógica dentro de lo que los etnomusicólogos denominan el fenómeno de la variabilidad en la transmisión oral debido a factores como el tiempo, el desplazamiento, translación del repertorio, por el impacto de determinados géneros musicales en el individuo transmisor, etc.

La Mataculebra o Mata alacrán, es un trasunto del culto de la cobra que existe en Dahomey y cuya supervivencia totémica parece inconfundible. Era una de las expresiones de comparsas nanigas. Las agrupaciones secretas nanigas, que se iniciaron hacia 1.833, se extenderían hasta el presente siglo, era una especie de masonerfa popular, con sus ceremonias iniciáticas de juegos y rituales. Muchos españoles se afiliaron al naniguismo, de ahí seguramente la pervivencia de estas expresiones que hoy en día casi han desaparecido de las islas. Fernando Díaz Cutillas en un trabajo de campo realizado en Barlovento, encontró una informante, Doria Antonia Brito, que Ie baila la Caringa y Ie habla de la Mataculebra.

En Canarias, la Mataculebra tuvo tradición y de ella tenemos referencias escritas de que se celebraba en los carnavales de Santa Cruz de Tenerife y aun hoy día en el del Puerto de la Cruz. En Fuencaliente de La Palma hasta hace unos treinta años se celebraba una danza muy parecida, también por carnavales que tuvo enorme tradición, hoy desaparecida por ese afan de imitación de los carnavales de las islas capitalinas, pero con el nombre de «EI negro Potoco», quedando algunos danzantes con el nombrete de «Negrito de Camagüey» y «Negrito Potoco».

E - Los Caballos Fuscos o Fufos.

Es muy difícil conocer el origen de esta danza, pero sí se sabe que en el levante peninsular, en poblaciones catalanas como Olot, San Feliu de Pallerols, Berga y la propia Barcelona, en las Fiestas del Corpus se baila en las procesiones caballitos y turcos, así como gigantes y cabezudos, para conmemorar las persecuciones que sufrieron los fieles. En América tenemos noticias de que se bailan estos caballos en Bolivia, México, Brasil y Cuba. Hay que recordar que cuando los conquistadores españoles lIegaron a América, los indios confundían al jinete y al caballo como un mismo animal. EI fuego que acompana a los caballos se puede interpretar como una imitación de disparos de los arcabuces de los soldados españoles. Nosotros creemos que esta tradición lIegó a La Palma procedente de Cuba, pues sabemos por tradicional oral que ya se bailaba en el último tercio del siglo pasado en Fuencaliente de La Palma en conmemoración de la Virgen del Cobre, que como todos sabemos es la patrona de Cuba y que los emigrantes fuencalenteros trajeron su devoción y la hicieron patrona del barrio de Los Quemados, haciendo hasta finales de los años cincuenta una fiesta dedicada a dicha Virgen y era donde se bailaban los Caballos Fuscos.

Por tradición oral se conoce que Don Blas Cabrera Hernández, fallecido en 1.918, a la edad de 72 años, era el que los construía y conservaba, parece ser que era un carpintero muy habilidoso y no sólo fabricaba los caballos, sino tambien enanos y cabezudos que luego eran bailados por los jóvenes en las fiestas. Después del fallecimiento de Don Blas, continua con la misma tradición un hijo suyo, Don Cornelio Cabrera que se encargó de construirlos y conservarlos hasta su fallecimiento en 1.953. Años más tarde esta tradición desapareció, hasta que en 1.978 otra familia del barrio de Los Quemados volvió a recuperar la danza, que en estos últimos años se baila en las Fiestas de la Vendimia de Fuencaliente.

EI hecho de que la música con que se bailan estos caballos sea una Polca no debe sorprendernos, dado que a finales del XIX y principios del XX era muy popular en la isla, y es posible que se Ie haya agregado a cambio de su musica original.

Los caballos estan hechos con varas de cana y moral, forrados con tela y papel con grandes flecos a manera de gualdrapas que ocultan las piernas de los bailadores, que a su vez llevan piernas falsas colgando por los costados del caballo. Los caballos llevan consigo tracas y cohetes que se tiran durante la danza, al mismo tiempo que se acompañan con bengalas.

Los Caballos Fofos de Tazacorte tienen una gran similitud con los de Fuencaliente en cuanto a su construcción, pero son algo más sencillos, están forrados solo con papel y no llevan las piernas falsas del jinete y se bailan al son de la canción mexicana «Vuela, vuela, palomita».



F - Los Aires de Lima.

Es un género bastante discutido en cuanto a sus orígenes, pues para algunos etnomusicólogos como Lothar Siemens tiene su origen en Portugal, para otros como Luis Cobiellas o Elfidio Alonso su procedencia es americana. No vamos a ampliar más sobre el tema, simplemente hacer referencia de su posible origen americano y por lo tanto encuadrarlo dentro de los americanismos musicales de Canarias, aunque no existen vestigios de su posible relación con Cuba.


Folclore de formación híbrida. Puntos cubanos.

Como ya habíamos comentado, el Punto Cubano nace con el emigrante canario a Cuba, porque tiene claros elementos de las dos culturas, el canario aporta la estrofa, coplas de cuartetos y la Décima Espínela y el cubano aporta el Son; el canario aporta el berberisco laúd y el cubano las claves, y porque se interpreta de igual forma en Cuba y en Canarias. La relación que existe entre la práctica del Punto Cubano en Cuba y las zonas rurales pobladas en su mayoría por isleños reafirman dicha teoría.

El profesor Manuel Pérez Rodríguez dice que la costumbre de versear es llevada por el canario a Cuba, la controversia es una aportación canaria, donde existen precedentes en La Palma con el Sirinoque y los Aires de Lima. También la musicóloga cubana Sra. Linares aporta en uno de sus trabajos sobre el Punto Cubano, el hecho de que fue llevado a Cuba por los emigrantes canarios.

El Punto Cubano se ha enraizado tanto en nuestra tierra que ya, una vez desaparecida desde mediados de este siglo la emigración canaria a Cuba, sigue siendo folclore vivo, es el vehículo de expresión festiva, de sana competencia y socarronería que derrocha el hombre canario en reunión con sus amigos y más cuando hoy día la mayoría de los «versiadores» ni han estado en tierras cubanas, ni cantan temas relacionados con Cuba.

La estrofa utilizada por los «versiadores» en sus puntos es la culta Décima Espínela de gran auge en el Siglo de Oro español, que el canario domina perfectamente en sus expresiones musicales y mas teniendo en cuenta de que muchos de los famosos «versiadores» han sido analfabetos. La Décima es utilizada tanto en cantos de controversia donde el ingenio, la improvisación, el reflejo y el sentimiento poético son sus mas destacadas virtudes; como en Décimas de monólogos poco utilizadas por los «versiadores» y las Décimas encadenadas que han servido para expresar los aconteceres jocosos como trágicos de la vida cotidiana.

Hoy día, como otras facetas de nuestro folclore está en decadencia y apenas vive en las islas de La Gomera y La Palma, siendo en esta última donde continúa arraigada a su folclore musical, principalmente en las zonas rurales donde en momentos de distensión y fiestas se siguen escuchando y cantando.

Dentro de las numerosas variantes que podemos encontrar en la música tradicional de la isla de La Palma, es la Décima o Punto Cubano uno de los géneros mas arraigados en el pueblo, vivido con verdadera pasión y a veces hasta con fanatismo. Dentro del mismo hay que diferenciar dos corrientes: Una, cuando el poeta improvisa en acalorado «pique» con otro o más poetas durante largas horas, y otra, la del poeta que escribe sobre aconteceres cotidianos, actuando casi con la función de un periódico local.



Aunque ha habido y aún hay populares poetas, hasta los años sesenta de este siglo, era tal la cantidad de hombres y mujeres que «quitaban» décimas en La Palma, que se podía decir que La Palma hablaba en décimas; cualquier acontecimiento como erupciones volcánicas, plagas, sequías, incendios o enfermedades eran motivo para «quitar» una décima. Se podrían citar infinidad de ejemplos, como las que hicieron varios poetas al Volcán de San Juan (1.949). al Teneguía (1.971), las del diluvio de Las Breñas (1.957). las numerosas décimas que hay en la ermita de Santa Lucia en Puntallana ofrecidas a la Virgen en acción de gracias, las de la llegada de la carretera a muchos pueblos de la isla o las décimas de amor que se intercambiaban por carta. Desgraciadamente ya estamos ante los últimos rescoldos de lo que fue una bella tradición, pues quedan ya pocos poetas y los pocos que quedan superan en su mayoría los sesenta años, irremediablemente morirá con ellos una de las más singulares tradiciones del pueblo palmero.

Pocos datos hay sobre los viejos poetas y solo por tradición oral se ha podido recabar información sobre los «versiadores» de finales del siglo pasado y principios de éste. Posiblemente fueron Don José Pérez «El Cangrejo», natural de Montes de Luna (Mazo), fallecido en 1.930 y Don José Manuel Martín Rodríguez, mas conocido por «Borrallo» o «El Coplista», natural de Tijarafe y fallecido también a principios de los años treinta, los poetas mas populares de finales del siglo pasado y principios de este; aunque varios informantes aseguran que sólo interpretaban el Romance hay por otra parte testimonios que nos aseguran que improvisaban Décimas, existe el testimonio escrito de las Décimas que dedico José Manuel Martín a la muerte de dos mujeres en la cumbre de la isla, debida un temporal de nieve en 1930 o las que dedico José Pérez a los mayordomos de la Fiesta de San Lorenzo en Mazo, cuando no aparecieron a trabajar en las mismas.

Eran tantas las disputas que tenían estos populares poetas que se recuerdan varios pies de Romance donde se aluden entre ellos:

«No te adelantes Cangrejo / llévame el yugo parejo». «Aquí voy con mis vasallos / a contestarte Borrallo». «De Tijarafe, aunque lejos / vengo por verte Cangrejo».

Esta es una pequeña muestra del indudable talento de estos hombres capaces de estar improvisando durante muchas horas, baste decir que José Manuel Martín «Borrallo» era analfabeto.

Otros poetas de la misma época, fueron Lucas Díaz Bienes (1863-1956), natural de Las Indias (Fuencaliente de La Palma) y Juan García, natural de Garafía; Doña Angustias Díaz, hija del primero, recuerda unos pies de Romance entre ambos:
«Dónde está la luz del día / que me dijo que venía». «Aquí está la luz del día / a alumbrar a Juan García».

También hay que destacar a Víctor Hernández Sánchez, sacristán que fue de la iglesia de Tijarafe y falle
cido en 1922, de él hay que destacar las Décimas que creó sobre «La muerte y la vida»; Manuel Gómez «Cuquillo» (1880 - 1936), natural de Los Callejones (Mazo) y fallecido en Cabaigüán (Cuba), fue para muchos el mejor poeta palmero de todos los tiempos, Cuquillo decía que no sabía leer ni escribir, pese a que sus poesías parecían las de un hombre instruido; el motivo fue que un día le pidieron su firma y el la negó, a partir de ese momento quedó como analfabeto.

Clemente Méndez Romero «El Tuerto» (1888 1938), natural de Las Indias (Fuencaliente); «Girivilla», de El Paso; Antonio Mata, de las Tricias (Garafía); Antonio «Pincora», Vicente González, Pedro Barreto, José María Cáceres y Gregorio Rodríguez, todos ellos de Tijarafe, este último (1891 - 1974), es considerado como el mejor «versiador» de los últimos tiempos; Antonio Rodríguez; Guillermo Concepción; Alberto González; Francisco Julián Concepción, natural de Barlovento; Simeón Marichal Negrín (1903 - 1973), natural de Vallehermoso (La Gomera) y afincado en Montes de Luna (Mazo), uno de los poetas mas activos de su época, pues no sólo era capaz de escribir Décimas de cualquier acontecimiento, sino que era también un gran improvisador; Celestino García; Severo Martín Cruz, natural de Garafía y Victoriano García (1903 - 1977), natural de Hoya Grande (Garafía).

Aunque prodigándose menos que antaño, quedan en la isla algunos «versiadores», pidiendo disculpas de antemano por si se nos queda alguno en la memoria, habría que destacara Severo Cruz, Baldomero Lorenzo, Sabino Rodríguez, Pancho Rodríguez, Raúl Rodríguez, Abraham Rocha, Ginés Martín y Eremio Rodríguez, de Tijarafe; Eladio Martín y Luis Yanes, de Fuencaliente; Bernardo Gutiérrez, de Mazo; Manuel Pérez Camacho, de Los Llanos de Aridane y Abel, de El Tablado (Garafía).

A primera vista se puede interpretar que el canto de la Décima sólo se daba entre hombres, esto no es cierto, también la mujer tuvo su protagonismo, siendo la mas popular de todas, Úrsula Pérez, natural de Montes de Luna (Mazo); Pancha Martín «Rastera», natural de Mazo (18951986). Viven todavía algunas compositoras de Décimas, como Carmen Rodríguez Carballo, natural de Fuencaliente de La Palma, que a sus 87 años, toca el acordeón y canta Décimas con un estilo muy peculiar; Las hermanas Petra y Eulogia Pestana Yanes, de Mazo con 85 y 87 años respectivamente y María Nieves Clemente, de Tirimaga (Mazo), bastante más joven que las anteriores y buena compositora.

El instrumento más usual para acompañar los Puntos, es el laúd, que se afina de forma tradicional, aunque algunos tocadores, como Vicente Pérez Bethencourt y Pablo Pérez García suelen introducir un cambio curioso, como es colocar una cuerda primera junto a la tercera y una segunda con una cuarta, ambas afinadas igual, una grave y una aguda, produciendo un sonido peculiar.

El Punto se suele acompañar también con Bandurria, Acordeón, y varias guitarras, que unidas a «Las Claves», un idiófono entrechocado, que consiste en dos palos de pequeño tamaño, generalmente construido con madera de corazón de almendro, forman los principales instrumentos.

Si en La Palma han existido buenos poetas, es digno de destacar a los buenos tocadores. Entre los tocadores de laúd, están Víctor Guerra, Cirilo Martín, Pablo Pérez, Melquiades García y Julián Díaz, este último a su vez es cantador, todos ellos de Tijarafe y el ya mencionado Vicente Pérez Bethencourt, de Velhoco (Santa Cruz de La Palma). Entre los tocadores de acordeón, Daniel Pérez, de Garafía; Aquilino Torres y Carmen Rodríguez, de Fuencaliente y el célebre «Perejil», que cantaba en la mayoría de los «salones» de la isla a la vez que cantaba.


Folclore derivado de la propia emigración. Danza de las viejas solteronas.

La Danza de la Viejas Solteronas se supone que data del siglo pasado, como consecuencia de la masiva emigración a América, principalmente a Cuba, de la mayoría de los jóvenes palmeros. A mediados del siglo pasado el número de mujeres en edades fértiles eran el doble que el de varones, esto provocaba un gran número de mujeres solteras y de mujeres casadas sin el marido presente. La Danza viene a ser un lamento irónico sobre la falta de varones en la isla.

Una docena de mujeres danzan y danzan en corro ininterrumpidamente, lamentándose en verso de no poder encontrar novio que las despose. Es una danza entre lo cómico y lo sobrecogedor por su fuerza dramático - burlesca.


Traje típico de La Palma.

Esta danza prácticamente perdida desde los albores de este siglo, fue rescatada de nuevo en el barrio de Los Quemados de Fuencaliente de La Palma en 1.978 y en Tijarafe recientemente.

En sus estribillos y versos se refleja la desazón de estas mujeres y la vinculación de la emigración a Cuba de los jóvenes varones de su pueblo.

«Ay, ay, ay, el tiempo se pasa,
ay, ay, ay, <sulteras> en casa".

«Será posible señores,
que aquí mozo no encontremos, pues nos <quedamus> <sulteras>,
<sulteras> nos quedamos».

<Yo aquí no consigo nada,
a Cuba me voy a marchar,
que allí se reparte todo
y alguno me ha de tocar».


Los autores de este artículo son miembros de la Asociación Cultural y Folclórica Echentive de Fuencaliente de La Palma.

Este artículo ha sido previamente publicado en el número 1 de la época II de la revista
El Pajar. Cuaderno de Etnografía Canaria, editado por la Asociación Cultural Día de las Tradiciones Canarias, en 1996.

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