Jueves, 13 de octubre de 2011
Seis ediciones ya. Mentira parece que el tiempo haya pasado tan rápido; mentira parece que sean muchos más los años que llevan los vecinos del Casco Viejo sin poder bajar la guardia y sin poder dormir tranquilos. Como si de un mal sueño se tratara, los ruines siguen haciendo de las suyas. Pero, por fortuna, son más los que tienen razón. Y cada año el Casco Viejo de Corralejo se une para celebrar que se une y para sentir el respaldo de todos los que se suman al encuentro de improvisadores por el que el pueblo aguarda los doce meses del año. Qué hermoso es que una reivindicación legítima, justa y necesaria, desemboque en una cita con tanta magia y compromiso. Este año fueron los trovadores puertorriqueños los que sumaron su voz a la de los verseadores canarios. Los boricuas, Isidro Fernández y Roberto Silva, que tan cerca han estado siempre del latido cotidiano de su gente, brindaron su corazón y sus versos a la cruzada de otro pueblo que quiere recuperar, tal como está haciendo, el espacio que le pertenece. Verseadores herreños, tinerfeños, grancanarios y majoreros también estuvieron en Corralejo y por Corralejo. El Muelle y la Plaza oyeron versos que nunca se habían dicho y recibieron la magia de una tradición que es más dichosa cuando se apropia para siempre de un sueño justo (Colectivo de Afectados por el Casco Viejo de Corralejo).