Revista n.º 1044 / ISSN 1885-6039

Reconocimiento de la Federación de Agrupaciones Folclóricas de Gran Canaria.

Miércoles, 5 de diciembre de 2007
Pedro Grimón
Publicado en el n.º 186

El pasado sábado, la Federación de Agrupaciones Folclóricas de Gran Canaria (FAFGC) llevó a cabo un Acto de Reconocimiento a aquellas instituciones y personas que, por su labor en el rescate y la divulgación de nuestra historia o nuestras tradiciones, creen que se lo merecen. De los numerosos galardonados, nuestra compañero y colaborador Pedro Grimón ofreció un discurso en nombre de todas y todos.

Logo de la Federación de Folclore de Gran Canaria.

Buenas noches a todos y a todas.

Dar las gracias por este reconocimiento que la Federación de Agrupaciones Folclóricas de Gran Canaria nos hace a una serie de personas, las siguientes.


PROYECTO DE DESARROLLO COMUNITARIO DE LA ALDEA.

En 1977 nace un compromiso educativo, en el marco de la revalorización de la cultura popular, como valor social en el proceso que se genera de transmisión de nuestros mayores, comunicando su sabiduría, convirtiendo su forma de vida en la aproximación de los valores que nos identifican.


D. PEDRO VEGA RIVERO.

Tristemente ya no se encuentra entre nosotros, pero sí su labor de difusión de lo nuestro como instrumentista, creador, defensor del medio ambiente y cronista de su villa natal Santa Brígida.


Juan Quintana, El Claca.D. JUAN QUINTANA (EL CLACA).


Maestro del Canto que ha mantenido con su registro interpretativo uno de los estilos más definidos al expresar los géneros tradicionales de Gran Canaria, desde sus inicios en La Princesa Guayarmina hasta Los Cebolleros.


D. SALVADOR SÁNCHEZ (BORITO).

Tampoco está, pero sí su labor desde aquella llegada de Temisas como carpintero a Valsequillo, Borito era una buena persona, fue un gran tocador de púas y acabó enseñando a tocar en los bajos del Ayuntamiento a muchos jóvenes.


D. TALIO NODA GÓMEZ.

Profesor que siempre ha estado vinculado a la formación académica y musical, recordando el papel fundamental que generó en sus inicios en Teror, y que luego se extendió a través de la investigación, en la línea de recuperar tradiciones y costumbres tal como se refleja en sus publicaciones.


D. MANUEL PÉREZ.


Una de sus preocupaciones básicas ha sido la difusión de nuestra música popular, destacando el período en que dirigió Taifa y Candil en TVE. Profesor de la ULPGC, siendo el actual director del Aula de Etnografía y Folclore de la misma.


D. ANTONIO GARCÍA BETANCOR (ÑITO BETANCOR).

Voz privilegiada que ya destacara desde niño, por el amor a la música latinoamericana, iniciándose en la música de la tierra desde que se constituye el grupo Los Sancochos, participando en el equipo que da los primeros pasos del programa Tenderete, posteriormente con Mary Sánchez. Hoy día, además, es miembro de la A. F. Entreamigos.


D. MANUEL SÁNCHEZ.

Inicia su carrera musical en su Ingenio natal, creador de la agrupación Coros y Danzas. Junto a Dña. Aurora Cruz y Dña Mª Luisa Artiles, funda Los Cochineros, Los Lechones, Hijo Predilecto de la Villa de Ingenio.


D. AGUSTÍN CALDERÍN.

Desde niño vivió una de las manifestaciones musicales más ancestrales que perduran en Canarias de la mano de su padre D. Miguel Calderín. Hoy día es el ranchero mayor del Rancho de Valsequillo, además de ser un destacado artesano de la cestería.


D. JOSÉ ANTONIO PÉREZ CRUZ (TENO).

Aunque se le conoce por sus rigurosos trabajos de la vestimenta tradicional, son muchos los grupos folclóricos que han necesitado de su asesoramiento en los bailes; pero tenemos que reconocer que ha sido un pionero en la investigación de la fotografía que nos aportaría clarificaciones de nuestro patrimonio, colección depositada en la FEDAC.


DÑA. Mª DEL PINO HERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ (PIMPINELA).

Desde su profesión de educadora y su atención a los niños con problemas de aprendizaje le lleva a trabajar con el uso de referentes musicales y tradicionales, acabando por extender esta entrega a distintas generaciones de la ciudad de Telde.


D. SERGIO GARCÍA BELTRÁN.

Nace en una familia donde la reunión era una justificación para crear la parranda, se inicia con el timple desde niño de la mano de Totoyo Millares y pronto pasa a ser miembro fundador de Los Gofiones, llegando incluso a dirigir una canción, "México".


D. HERIBERTO ZERPA FALCÓN.

Nace en Telde en el entorno de una familia vinculada a la música, ha combinado la interpretación vocal en géneros musicales clásicos, populares y tradicionales. Ha demostrado su amor a Telde desde distintas facetas creadoras, participando con su particular cadencia de voz en La Parranda Cuasquías, el grupo Vademécum, Semblanza de Bolero…


DÑA. MARIVÍ CABO.

En la AFU afronta sus primeros pasos como cantadora, mujer alegre de rostro mestizo en el que cobija una voz elegante y delicada, capaz de acariciar la tonada ante los géneros y sentimientos más diversos.


D. ANTONIO QUINTANA SANTANA.

Autodidacta, posee un don natural que le ha permitido interpretar diversos instrumentos de viento y cuerda, cofundador de varios grupos y constructor de instrumentos.


Y quien les habla, PEDRO GRIMÓN.


Reconocimiento que hacemos extensible a nuestras familias, las cuales nos han permitido el dedicarle tiempo al compromiso personal, que cada cual hemos optado por la cultura popular.

Antes que nada me acerco a una cita que nos regala Manuel Alemán en su reflexión sobre La psicología del hombre canario: La historia de un pueblo es siempre un elemento constitutivo de su identidad. Más aún, un pueblo y su historia constituyen una sola y única realidad: El pueblo. Porque ¿qué es un “pueblo”, sino ante todo, una “historia”, la historia viviente de una comunidad?

Quisiera comenzar agradeciendo también la grandeza de todos los hombres y mujeres que han ido configurando con sus formas de vida el fundamento testimonial de adaptación y transformación de nuestro entorno marcando los perfiles de identidad. Debemos aceptar, mimar y tener en cuenta los profundos valores en que se basaron, mientras humanizaban nuestro pasado, donde han establecido paulatinamente un proceso de adaptación de cuyo resultante se vierte el esencial mestizaje que nos ha enriquecido, fortaleciendo las directrices que nos deben de conducir a sentirnos identificados en la premisa de pensar en canario en el día a día. Y fue precisamente con la llegada del Romanticismo, cuando se inicia un acercamiento a los valores de la forma de ser, de estar, en el mundo rural, pastoril o marinero.

Es en esta época en la que se empieza a aceptar como suyo ese pasado histórico cargado de ausencias y abandonos, abriéndose caminos de reconocimiento y preocupación por el arte plástico, literario, histórico, deportivo, artesanal, la música, el canto, la vestimenta, el paisaje, la flora, la vulcanología, la gastronomía y todo lo que poseían en su pensamiento esos hombres y esas mujeres que se encontraban olvidados en sus destinos.

En Canarias, a comienzos del siglo XIX, se inicia esta andadura con estudios antropológicos basados en el desarrollo cultural de la primera sociedad humana, la aborigen; la llegada de expedicionarios científicos, aquellos que dinamizaron la conocida literatura de viajeros; los posteriores defensores de la oralidad, como Bethencourt Afonso, Ramón Castañeyra, dejándonos abundante conocimientos etnográficos.

Ya en el siglo XX, la aparición de la revista La rosa de los vientos en 1927 con la aparición de los estudios folklóricos en el Archipiélago, con especiales aportaciones de Elías Serra Rafols. En 1932 se crea el Instituto de Estudios Canarios con trabajos de Pérez Vidal, Diego Cuzcoy o Álvarez Delgado.

Ya en los últimos años citar a Juan Régulo Pérez, Pancho Guerra, Francisco Navarro Artiles, Fernando Díaz Cutillas, Valentina, Esteban Ramírez, Sebastián Ramos, Santi Fernández, Dacio, y hoy se nos fue Manolito Guedes, pastor y gran maestro del garrote.

Así como una enorme lista que con sus esfuerzos realizados, además de otras aportaciones anónimas, nos colocan ante un camino de responsabilidad y respeto que nos permitirá avanzar con dignidad. Tal como lo expresa un pensamiento de Fernando Pessoa: la verdadera novedad perdurable es aquella que retoma todos los hilos de la tradición y teje con ellos un lienzo, que la tradición no podía tejer.

Por tanto, debemos encontrar los modelos adecuados para la formación que nos conduzca hacia la investigación oral, como primeros pasos para incorporar esa sabiduría que permanece en la cultura popular y que podemos encontrar en nuestros mayores, fuente viva de la historia reciente, transmisores del aprendizaje de sus padres y madres, de sus abuelos y abuelas, a los que se les debe implicar y ofrecer los canales de participación para afianzar cada vez más el rescate y conservación de nuestros valores culturales.

A ello sumaríamos una serie de pilares que sustentarían el fundamento de esa formación necesaria, la cual podemos estructurar a través de la Escuelas de Folklore, donde se diseñen unas líneas generales en el marco de una coordinación, capaz de proponer y aglutinar sugerencias que expresen:

1.- La línea educativa.

Es necesario tener presente el período de formación de la niñez, de la juventud y del ser adulto, para que los parámetros de la cultura popular se definan curricularmente y se desprenda el planteamiento teórico y práctico, siendo parte del desarrollo integral de la persona sirviendo de acción comunitaria para su proyección universal.

La responsabilidad de que estemos ante un trabajo eficaz con el alumnado, depende en gran medida de la implicación institucional, en la que las Escuelas de Folklore, cuando menos, tengan la misma atención que las Escuelas Municipales de Música, cuya prioridad debe enfocarse hacia la calidad más que a la propia cantidad, con una actitud que vaya más allá del aprender a tocar un instrumento.


2.- La línea de la investigación.

Hay que poner los medios posibles en manos de personas preparadas para que todo estudio y descubrimiento se sitúe en un proceso de carácter científico, que nos vaya dando respuestas al sentimiento de identidad, que fortalezca el espíritu de solidaridad, de cooperación entre sí y con el resto de los pueblos.

Es urgente el actuar rápidamente para que los vestigios de la tradición no desaparezcan.


3.- Generar Centros de Recursos.

Centros al servicio de la comunidad, facilitando asesoramiento y medios materiales que ayuden al desarrollo educativo y formativo.


4.-Apoyo al trabajo de los grupos.

Definir criterios en el marco de la libertad de trabajo en cada grupo, siempre en línea con los objetivos de la Escuela, asesoramiento ante propuestas demandadas, elaboración de calendarios en cuanto a organización y participación en festivales, viajes, actos, proyectos, etc.

5.- Finalmente, la difusión.

Todo el patrimonio cultural que manejamos en todo este proceso, se debe difundir a través del buen uso de las variables que nos permiten los medios de comunicación. Crear un vehículo de entrega del mensaje para el resto de la ciudadanía con las claves que definen nuestra cultura y facilite universalizar nuestra existencia, ya que nuestra cultura popular no se merece que se le atienda a golpe de sorpresa. Que los medios de comunicación no sigan actuando en función de la cantidad de las audiencias, ante la calidad del documento en su contenido.

Mario Kaplún nos decía: comunicación es una calle ancha y abierta que amo transitar. Se cruza con compromiso y hace esquina con comunidad.


Representación del Baile de Taifa, por el Proyecto de Desarrollo Comunitario de La Aldea.Ante estas sugerencias, parece que lo más lógico sería que fueran los Ayuntamientos los que tuvieran la acción directa y continua, ya que están más cerca administrativamente de la ciudadanía; y que el papel de los Cabildos y del Gobierno de Canarias sea el impulsar y armonizar la coordinación de los criterios generales, promover la investigación, regular al profesorado, la formación de los monitores.

(No podemos olvidar a las personas que han dedicado durante bastante tiempo su esfuerzo para el funcionamiento de las Escuelas. Por lo que habría que crear el modelo profesional y laboral de dichos monitores, elaborando el perfil y definir la propuesta de homologación a los actuales, para acabar con la desprotección en la que se encuentran muchas de las veces).

Entre todos debemos adquirir el compromiso que sustente la proyección de la cultura que poseemos, esa gran riqueza que se ha ido estableciendo a lo largo de los siglos, generando las particularidades que hoy nos definen como una de las Comunidades con más géneros folklóricos que perviven en activo.

Sólo necesitamos voluntad política y voluntad social.


La Cultura Popular es una parte fundamental de la vida que nos han legado nuestros antecesores como herencia, con la convicción de que se continúe actuando en base a valores necesarios, que se vayan transmitiendo, como elementos de comprensión de los conceptos que soportan la referencia de la identidad. Por tanto, estamos hablando de patrimonio profundo, espiritual, se tenga un vínculo individual o grupal, sea tangible o intangible.

El desarrollo de nuestra Cultura Popular no puede continuar apoyándose en continuos interrogantes, en constantes dudas que nos inducen a sentirnos inferiores y perdidos, ni siquiera en la atención de momentos puntuales, para satisfacer posiblemente remordimientos con los prototipos de fiestas de canariedad.

Tenemos que acabar con todo lo que impresiona desde el espectáculo y pasar a lo que realmente importa que es el contenido.

Tenemos en nuestras manos la obligación de ordenar la formación, recopilar respetuosamente la esencia cultural de los grupos humanos antecesores a nosotros y que son los que han ido transformando su propio progreso en base al equilibrio de la utilización sostenible del entorno.

Tenemos que desarrollar en ese entorno natural y social, canales que faciliten la transmisión oral, como recuperación de la cultura viva.

Hacer participar a la ciudadanía del placer de conocer nuestro patrimonio.

Tenemos que ubicar la Cultura Popular en el proceso educativo de nuestros jóvenes con una disposición analítica, reflexiva, crítica, evitando el conocimiento puntual y anecdótico. O lo que es lo mismo de una vez por todas, que el 35% de los contenidos del currículo que marca la ley de educación, y que el Gobierno, que ha creado para ello el Programa de Contenidos Canarios, se tome en serio por parte de toda la Comunidad Educativa.

Tenemos que utilizar los medios de comunicación municipales, por su servicio social y cultural, que deben generar esencialmente espacios instrumentales, que faciliten la difusión del conocimiento y la defensa de los valores que envuelven nuestros elementos identitarios. Además de buscar formulas de convicción al resto de los medios para que abran puertas a la cultura popular y permitan que se haga mediante personas conocedoras y capacitadas a la hora de comunicar esos conceptos a la sociedad.

Ya va siendo hora de que se encienda la luz que dignifique la cadena generacional de los hombres y mujeres que han sido portadores de vivencias, llegándonos como sustancial alimento, haciéndonos diferentes, con una serie de valores capaces de propiciar la integración con otras culturas.

Tenemos el deber de preservar y devolver a nuestro pueblo lo que le pertenece.

Mi deseo para terminar es que aceptamos el reto de seguir trabajando como siempre lo hemos hecho, agradecer el reconocimiento que hemos recibido por parte de la Federación de Agrupaciones Folclóricas de Gran Canaria, y extenderlo a todas y a todos los que siguen amando nuestra tierra.

Quisiera acabar con esta reflexión del poeta Pedro García Cabrera: Y antes de abrir los ojos a los mares, repasa tus rincones.


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