La hora de las coplas llegaba a Pedro García Cabrera al atardecer:

A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene.
Metí la mano en el agua:
la esperanza me mantiene

La escuchaba el niño-poeta, sin saber a ciencia cierta qué quería decir, pero bien dispuesto desde aquel momento a meter la mano en el agua, hasta encontrar algún día la naranja verde o madura que calmara su sed.

Pedro. Pedro García Cabrera. Poeta gomero, canario, universal, hijo primogénito de un total de cinco venidos al mundo de la unión de Pedro García Sánchez, maestro de escuela, y Petra Cabrera Fernández. Tenía dieciséis cuando empezó a estudiar Bachillerato en Tenerife, veintiuno cuando escribía por amor al arte con sus amigos Eduardo Westerdahl, Domingo Pérez Minik, Domingo López Torre y Emeterio Gutiérrez Albelo, treinta cuando André Breton y Benjamin Péret le abrazaron en Tenerife y presentaron la Exposición Internacional del Surrealismo, treinta y uno cuando estalla la Guerra Civil y lo detienen por sus ideas políticas, treinta y dos cuando se enamora de Matilde Torres, treinta y tres cuando es encarcelado de nuevo, cuarenta y tres cuando se casa con Matilde, setenta y seis cuando se le escucha desde su silencio murmurar que escribió para vivir. Pedro. Pedro García Cabrera. Nació el diecinueve de agosto de 1905, a las cuatro de la tarde, en Arure – Vallehermoso. En 1981 murió.

Hay quienes sienten que sigue estando entre los vivos.

Poemas: "Parientes ontológicos", "La Gomera", "Como es tu gozo", "Con la mano en la sangre", "Pesadilla", "En la mar vuelvo a nacerme", "Amnistía", "Un día habrá una isla", "Dondequiera" y "A voz en cuello".