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Lunes, 15 de Octubre de 2007
Miguel Ángel Hernández Méndez
Publicado en el número 179
En este verano de 2007 hemos sido testigos impotentes de los incendios que asolaron nuestras islas, reduciendo a cenizas tesoros de valor incalculable. A los canarios, el fuego no nos es desconocido, y las tragedias menos, y sin duda uno de los más funestas fechas en nuestro calendario se corresponden al mes de septiembre de 1984.
Ciertamente, si queremos conocer cómo se desarrolló un determinado acontecimiento, como es en este caso el trágico incendio que asoló los montes gomeros en septiembre de 1984, nos basta con a
Roque Ojila en 1984 (superior) y en 2004 (inferior), donde se puede apreciar el contraste entre la zona afectada por el incendio y su regeneración a lo largo de 20 años. Ambas imágenes han sido cedidas por el Parque Nacional del Garajonay. |
cudir a la hemeroteca, o algún tipo de informe, que de una manera metódica y analítica nos dé: la fecha de inicio (10 de septiembre), el número de hectáreas quemadas (unas 900), el número de fallecidos (20) o cualquier otro dato que nos interese.
Sin embargo, si lo que queremos es traspasar los meros datos y penetrar en los sentimientos, en lo que esa tragedia significó, para las personas y para la isla, ahí las estadísticas no nos valen, ni siquiera el relato literario. Ese es un campo reservado para la poesía, y dentro de la misma, para ese género que es la décima. Nada como la espinela para expresar esas vivencias personales que suponen el reverso y contrapunto de la historia.
Quiso el destino que en el incendio participara, como jefe de una cuadrilla, un poeta gomero y también improvisador, Onelio Medina Medina, natural de Los Aceviños (municipio de Hermigua), quien, como no podía ser de otra forma, echó mano de las décimas para poder expresar lo que allí vivió.
Así pues, a modo de informe poético-periodístico, combinando la relación de lo que aconteció en aquellos días, con los versos de Onelio Medina daremos un viaje en el tiempo hasta aquel septiembre fatídico.
RELACIÓN DE ACONTECIMIENTOS DEL INCENDIO FORESTAL PRODUCIDO EN LA ISLA DE LA GOMERA EL DÍA 10 DE SEPTIEMBRE DE 1984.
Lunes 10 de septiembre.
A las 11:20 horas de la noche, León Sosa, Funcionario del ICONA, y Jefe de Comarca de la isla, recibe una llamada telefónica de Ramón Cubas, Jefe de Zona de Vallehermoso, indicándole que Manuel Torres, capataz del retén nocturno de Chipude, ha detectado un foco de fuego en las últimas casas del barrio de La Laja (en la zona conocida
Cabecera del Barranco de La Laja, lugar donde se originó el incendio. |
como Dehesa de Manco), en el término municipal de San Sebastián de La Gomera. Al parecer en dicho barrio no se habían percatado del fuego. Se procede a actuar de acuerdo al protocolo establecido, dando cuenta del incidente a la Guardia Civil, Delegado del Gobierno, Policía de San Sebastián, personal de ICONA de los pueblos cercanos, así como a los vecinos de La Laja.
En un primer momento se defienden las viviendas de La Laja apagando el flanco inferior del fuego, pero el incendio se propaga rápidamente hacia Las Nieves y Degollada de Peraza, siendo imposible actuar por la velocidad que el viento imprime al incendio.
Martes 11 de septiembre.
Sobre las 2 de la mañana el fuego llega a la cumbre y salta hacia el otro lado de la carretera, frente a Las Nieves. El fuego salta de la cuenca de Ojila a la de Benchijigua. Dada la situación de los hechos, se está a la expectativa hasta que amanezca.
Mientras, se había tocado arrebato en la capital de la isla y un coche con altavoces convocaba a los vecinos en el Ayuntamiento.
Sobre las 7 de la mañana, y después de la salida del sol, se empieza a hacer una línea de defensa que impidiese la propagación del fuego hacia el resto del monte, principalmente hacia La Zarcita, Bailadero y El Cedro.
Roque de Agando. |
la mañana, parece que el fuego está dominado en el barranco de Ojila. El Gobernador, Francisco Afonso Carrillo, viene desde Tenerife, junto con técnicos de ICONA. A la llegada del Gobernador, se observa desde El Bailadero, que se produce un cambio de viento y se levanta el fuego del fondo del barranco. Se saltan las trochas y el fuego sube hacia el canal en dirección a Ojila y Agando. Se da la orden al personal que combate el incendio que se retire: unos hacia La Laja, otros hacia El Bailadero y otros hacia la Degollada de Peraza, zona que ya había sido quemada.
Sobre las 2 de la tarde, la comitiva oficial (coche del Gobernador, coche del Delegado del Gobierno, dos coches de la Guardia Civil) se sitúa en las proximidades del Roque de Agando para observar la evolución del incendio y organizar la extinción del fuego apoyándose en la zona quemada.
Nada más comenzar los trabajos y a los pies del Roque de Ojila surge otro brote de fuego con dirección imprevista por la tremenda variabilidad del viento y que se caracteriza por una gran virulencia, la mayor observada hasta el momento. Se da la voz de alarma y se ordena por la emisora que se retirará todo el personal.
También consiguieron escapar integrantes de otras cuadrillas que se encontraban en otras zonas.
Es el principio de la tragedia, la comitiva oficial es sorprendida por el fuego, así como el personal que se encontraba en la zona. Empiezan a aparecer los primeros quemados, entre ellos el Presidente del Cabildo (Antonio Plasencia Trujillo). Se da aviso al hospital para que estén preparados.
La zona afectada por la ola de fuego no se podía atravesar. Cuando consiguieron atravesarla, acercándose al Roque de Agando se encontraron con el coche del Gobernador virado hacia San Sebastián. Un poco más adelante encontraron en Land Rover de la Guardia Civil virado hacia arriba (con un herido en la parte trasera) y dos coches más. Iniciándose la búsqueda de personas que estuviesen en aquellos alrededores al existir coches vacíos. Se avisa a las ambulancias de la isla para trasladar a posibles heridos así como al ferry para retrasar su salida, para posibles traslados de heridos graves.
Cuenca de Benchijigua y Cumbre de Tajaqué por donde se extendió el fuego. |
Mientras, el fuego había pasado al Valle de Benchijigua y corría en dirección oeste.
En Pajaritos acuden los alcaldes de Hermigua, Agulo y Vallehermoso con personal voluntario, que unidos con los de ICONA comienzan de nuevo con las tareas de extinción, con el objetivo de que el fuego no se propagase al bosque del Cedro.
El incendio continúa por Benchijigua y alcanzó por la tarde las faldas del monte de Alajeró, siguiendo al anochecer en dirección a Igualero e Imada.
Miércoles 12 de septiembre.
Al amanecer del miércoles se realiza un contra-fuego a lo largo de la carretera general que va de Pajaritos a Igualero, para evitar que el incendio se propague hacia la cumbre central de la Isla.
Sobre las 6 de la tarde el incendio queda controlado aunque sigue amenazando puntualmente varias zonas, quedando dos frentes: Zarcita (y barranco de Ojila) y Alajeró.
Contribuyen al control del incendio la llegada a la isla de bomberos de la Mancomunidad del Valle de La Orotava (el martes) y el miércoles bomberos de S/C de Tenerife, La Laguna y Las Palmas. A mediodía del miércoles llegan a La Gomera (procedentes de la península) dos hidroaviones de ICONA, que permanecerían en la isla hasta el día 16 (el agua la tomaban en los acantilados de Los Gigantes).
El incendio se daría oficialmente por extinguido sobre las 6 de la tarde del miércoles 19 de septiembre, una vez que comienzan a caer las lluvias sobre la Isla.
Los fallecidos.
El lunes 17 de septiembre a las 8 de la tarde se celebra un funeral por los fallecidos del incendio en la Parroquia de la Asunción en San Sebastián de La Gomera.
Relación de fallecidos.
Detalle del monolito en homenaje a las víctimas. |
La carencia de medios.
Desde luego no es el objetivo de este trabajo analizar las responsabilidades, pero lo que sí parece claro es que, aparte de las cambiantes condiciones del viento, la falta de medios técnicos y la descoordinación fueron determinantes en el desarrollo del incendio. También la carencia en la isla de las infraestructuras adecuadas: sobre todo en materia de transporte y medios sanitarios repercutió en la atención de los heridos. Esto lo refleja muy bien las décimas del palmero Miguel Rocha Martín:
Como testigo mudo de la tragedia y como homenaje a los fallecidos, existe un monolito en la zona del Roque de Agando, en el Parque Nacional de Garajonay, donde se encuentran grabados sus nombres. Actualmente, y como símbolo de esperanza, lo que fue paisaje desolado es hoy casi lo que fue antes del incendio.
Monolito en homenaje a las víctimas. |
En la “Gollada” de Agando
hay un cruz dolorida
que nombra todas las vidas
que murieron trabajando.
Con flores de vez en cuando
al fin todo pasará
porque todo el que se va
ha cumplido su destino
Dios le guíe el buen camino
con rumbo a la eternidad.
Este autor que da escritura
dentro de las llamas se vio
pero con suerte salió
sin daño ni quemadura.
Sólo lleva una fractura
dentro de su corazón
que por alguna razón
vivió en su país lozano
ver veinte seres humanos
quemados como el carbón.
AGRADECIMIENTOS:
PARA AMPLIAR INFORMACIÓN VER:
-www.gomera.com.es: Página de la Agrupación Cultural y Folklórica Chácaras y Tambores de Guadá.
NOTA:
Este artículo es fruto de la iniciativa de Justo Pérez Cruz y, con algún ligero cambio en la introducción, forma parte del libro que va a recoger las décimas de Mercedes Abreu Expósito, de Los Sauces, La Palma, y que va a ser editado por La Palma punto y aparte.
#07 En el año 1984, era Oficial del Cuerpo y Tropas de Socorro de la Brigada nº 13 del Cuerpo de Cruz Roja Española, Hoy en día Mi admiración a la Brigada Forestal,U.M.E.y como siempre a los compañeros de Cruz Roja.Policias Locales,Policia Nacional,Guardia Civil, Bomberos Proteccion Civil y Grupos A.E.A.-Gracias a todos
#06 FRANCISCO, BARTOLOMÉ, JOSÉ RAMÓN, FLORENCIO, JOSÉ BRITO, JOSÉ JUAN, SEBASTIÁN, FERNANDO, FRANCISCO M, PABLO, RAMÓN, SEBASTIÁN HERRERA, ANGEL, CARLOS, MANUEL, ANGEL JOSÉ, VICTOR, FRANCISCO PADRÓN, ALFONSO, JUAN CARLOS, SIEMPRE ESTAREIS AQUÍ.
#05 UN DIA MUY TRISTE. INTENTEMOS RECORDARLOS A LOS QUE YA NO ESTAN.
#04 Las casualidades existen ya que nací el 10 de septiembre de 1992 en La Gomera, y aunque no ocurriera el mismo año, mi madre (de Vallehermoso) siempre me ha hablado de la valentía y del amor de los que intentaron sofocar el fuego (hoy en día no existe demasiada gente con esa humildad). Después del suceso de aquella tragedia surgieron rumores sobre aquel lugar como que se oyen las voces de los que allí murieron, pues si es así, no hay por qué tener miedo ya que ellos son los guardianes de esos preciosos parajes. POR FAVOR, PROTEJAN LA GOMERA EN SÍ, ES UN GRAN TESORO QUE DEBEMOS SALVAGUARDAR. ÁMENLA COMO A AMÁIS A VUESTROS SERES QUERIDOS Y A UNO MISMO.
#03 Hola soy Rafael Plaza y estuve en el incendio.Yo estaba en la ayudantia de marina como marinero conductor y ahora al cabo de los años y repasando mis recuerdos me he encontrado un recorte de prensa de aquellos tristes acontecimientos.Soy de Almeria y jamas lo he olvidado ademas porque yo estuve muy integrado en esa bonista isla en concreto en su capital San Sebastian.Un saludo a toda la Gomera nos vemos muy pronto.
#02 es increiible,que yo tenga 28 años siendo de la isla de gran canaria,me haya enterado hoy dia 11 de septiempbre por la tele de lo ocurrido desde luego me eh quedado bastante mal tanto que eh buscado esta pagina para enterarme bien de lo que paso,eh visto llorar a una de las madres de los fallecidos y se me partio el alma,desde luego este fuego esta claro que ah sido el mas terrorifico de las islas,con todo mi corazon.......mi mas sentido pesame a todos sus familiares,y que coincidendia dia 11 de sep el fuego,dia 11 de septi las torres gemelas..dia 11 de septi atentado en madrid que casualidad,que mal trago se pasa
#01 Despues de casi veinticinco años leí un artículo que no puede decirse que me gustara,aunque si me recordó mis tiempos en La Gomera,de la que nunca me olvidaré por muchas razones. No puede gustar cuando se habla de tragedias humanas y menos de compañeros ya que yo mismo podía haber sido una mas de la lista.
Recuerdo otro incendio enorme por la duración del mismo en el dichoso Monte del Cedro;estuvimos una semana entera día y noche intentando apagar lo que parecía imposible.Quiza fuera,quitando el del año 84,de los mas virulentos. No recuerdo con exactitud si fue en el año 69 o 70 y precisamente yo estaba relevando a una de las victimas del 84.
Un inolvidable recuerdo para aquellas personas y en especial para mi compañero y amigo Florencio Ballesteros Jiménez.