Sus verdaderos animadores serían Paquita Mesa y Tommy Christensen, con quienes colaborarían una serie de nombres destacados de las letras, las artes y la música de la capital grancanaria: Pancho Guerra*, Manuel Suárez Fiol, Isabel Macario y otros. Conciertos de música clásica y recitales de canto darían paso a espectáculos musicales para el teatro: las revistas Boo-Hoo, Tipitín, Soyons gais o Candilejas, la zarzuela La verbena de la Paloma o los cuadros folklóricos insulares que organizó el pintor Néstor de la Torre. Importante fue, igualmente, su labor específicamente teatral, con montajes de obras de Alejandro Casona (La sirena varada), de Alonso Quesada (La Umbría), de Bernard Shaw (Napoleón y Josefina), de García Lorca (Bodas de Sangre) y una escenificación del Cantar de los Cantares, sobre texto de fray Luis de León.