La nueva obra del Cronista, dedicada “a todos los inocentes que están pagando por los culpables”, es un compendio de sus crónicas y artículos publicados en los últimos tiempos, donde encontramos una introducción a modo de excepcional ensayo del filólogo Domingo Guzmán Medina Mejías, bajo el título de “Origen, evolución y pervivencia del vocablo contino/continuo”. Más de treinta artículos de variada temática donde la miscelánea terorense se combina con los personajes, las historias y las escenas que conforman lo que hoy es el Teror que conocemos.

Dividido en seis bloques compactos, cada uno de ellos se compone de una serie de artículos y crónicas relacionadas entre sí, donde el leit motiv es el conocimiento de la historia basado en el empirismo y en las vivencias del propio autor. En el primero de ellos, “Regocijos y aconteceres”, encontramos crónicas que versan acerca de la carretera (la lagartija) que une la capital grancanaria con la Villa de Teror, con todo lo concerniente a sus puentes, el viejo y el nuevo, la conservación y los procesos constructivos de la Basílica de Nuestra Señora del Pino, los castañeros; “el gordo” y todos los que perviven en el Valle y medianías del municipio y que tan profusamente describió Miguel de Unamuno en su estancia en Teror durante 1910, así como lo relacionado con los finaos que tan bien relata Domingo José Navarro.

Una mención especial al sexagésimo aniversario de la Romería-Ofrenda a la Virgen del Pino, donde el Cabildo de Gran Canaria pasa a presidir el Patronato de las Fiestas, y cuyo impulso correspondió al inigualable Néstor Álamo, autor además de la copla “P´al Pino”. El encargo le fue conferido desde la comisión que conformaron el alcalde don José Hernández, el obispo Monseñor Pildáin, y el presidente del Cabildo don Matías Vega. El objetivo no era otro que el de darle al acto vitalidad y notoriedad. Y hablando nuevamente del Cabildo Insular de Gran Canaria, cabe destacar el artículo que hace referencia al Manto Celeste de la Virgen, ese manto que encargó Federico Díaz Bertrana como presidente del Gobierno insular, y que tanta confrontación acarreó, casi la misma que se produce cuando el actual presidente, don José Miguel Bravo de Laguna, en vísperas de la última ofrenda-romería, ofreció la adquisición de un nuevo manto por parte de la institución insular. Este bloque se completa con crónicas sobre el paso del Padre Claret y su pregón en Lo Blanco, así como artículos sobre otros barrios como Arbejales, Pino Santo Alto o el veinticinco aniversario del Colegio de Miraflor, de donde es director el Cronista y autor.

Del segundo bloque, “De las gentes de Teror”, destaca el emotivo artículo que dedica a don Cayo Yánez, el que fuera alcalde de la Villa y padre de José Luis Yánez, con motivo de la nominación de una calle del municipio. Aunque también hay interesantes referencias a los Álvarez, a Néstor nuevamente con su estrecha relación con el municipio, la visita de dos gobernadores civiles, la figura de Herminia Naranjo o la presentación del grupo Aterura.

Ya en el tercer bloque, “Textos para un nuevo ayuntamiento”, encontramos numerosos escritos que hacen referencia a la construcción del centro docente por el arquitecto municipal de Las Palmas de Gran Canaria, el alcoyano Rafael Massanet. Este inmueble, regido primero por la Orden de los Salesianos, con una importante labor en la Villa Mariana, y posteriormente sede del Instituto Público de Bachillerato, es la actual sede del Ayuntamiento de la Villa de Teror, donde la Consejería de Cooperación Institucional del Cabildo de Gran Canaria fue la encargada de facilitar el renovado mobiliario y equipamiento al restaurado vetusto edificio docente.

En el siguiente bloque, “La Memoria recuperada”, pequeños apuntes para grandes personajes”, el autor realiza una semblanza de diferentes personalidades relacionadas con Teror, destacándose los nombres de Pura Bascarán, Prudencio Alfonso, Tomás Arroyo, Gustavo Rivero, Agustín Graziani, Antonio Yánez, El Coronel Rocha, El maestro Tarrida, Miguel Codorníu, Francisco Acosta, Santiago Rivero y Faustino Alonso.

El libro finaliza con un último bloque titulado “Tres Descartes y un adelanto”. Los tres descartes de Néstor Álamo, con interesantes artículos publicados en la prensa local que versan sobre la Festividad del Corpus, la Virgen de Candelaria y la visita de los Príncipes don Juan Carlos y doña Sofía a Gran Canaria. El adelanto, la exaltación de una figura clave en la historia de Teror, la de don Francisco González Díaz, excelente escritor y periodista que logró, entre otras muchas cosas, instaurar el Día del Árbol en 1911, jornada que se mantiene en la actualidad cada año en el mes de noviembre y que coordina e impulsa la Consejería de Medioambiente del Cabildo de Gran Canaria.