Su interés inicial por el tema estuvo relacionado con su labor como arqueólogo, pues opinaba que los modernos pastores eran descendientes y últimos depositarios de Los saberes guanches, y esperaba que sus informaciones le sirvieran para conocer a sus ancestros. Cuando publicó el libro Los Guanches. Historia y cultura del primitivo habitante de Tenerife (1968), anunció una segunda parte que tenía como objetivo indagar sobre las pervivencias de la cultura indígena en el pastoreo tradicional. Este proyecto nunca se concretó en una publicación y la mayor parte de los materiales incluidos en esta obra estaban destinados a ello.
El libro contiene un estudio inicial sobre la labor de Diego como etnógrafo del pastoreo, seguida de una generosa selección de sus materiales, la inmensa mayoría inéditos, que han sido agrupados en tres bloques: a) sus artículos y el cuestionario para pastores, b) la transcripción de sus encuestas a los pastores del sur, c) la transcripción de las encuestas a los pastores de Anaga