Allí da una conferencia sobre Galdós y Canarias; conoce e intima con Agustín Millares Carlo*. En 1926 regresa a Las Palmas. Años dedicados a su trabajo como abogado. Político republicano: concejal en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria hasta 1936. Tras la guerra, será alcalde de Santa Brígida (Gran Canaria), consejero del Cabildo Insular y predidente dela Junta de Obras Públicas. Entre 1962 y 1967 será decano del Colegio de Abogados. Director de Cáritas y presidente de honor de la Aliançe Française. Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort. Además de diversos trabajos sobre asuntos jurídicos, entre ellos un Estudio histórico, legal y jurisprudencial de las aguas de regadío en Canarias, publicados entre los años 1955 y 1962. Es autor de las crónicas: Latidos de mi tierra (1975) o En la ruta de mis recuerdos (1976).