Colaborador de la Revista de Canarias*. Además de sus ensayos histórico-filosóficos, publicó poesía (Fantasías. Esbozos poéticos y El poema del dolor) y la novela histórica Bodas reales. Entre sus ensayos, destaca Los aborígenes de Canarias (1880), premiado en Toulousse (1888), que generó polémica con El Museo Canario*, y también en El Memorandum* y en la propia Revista de Canarias*, dado que Pizarroso, miembro ya del Gabinete Científico de Tenerife, sostenía la existencia en el Archipiélago de dos razas aborígenes diferenciadas, frente a las tesis positivistas de la unidad racial, defendida por el doctor Chil y Naranjo desde Las Palmas, parte que fuera ya del conflicto de la división provincial. Es autor también de Sistema de la idea (1904), Ultramontanismo (1905), Las ideas modernas y el mundo antiguo (1906), La antigüedad creyente (1907) o Anales de Canarias en la época contemporánea (1911), redactados con datos y documentos de la propia Diputación Provincial. Tradicionalista con sentido espiritualista, rechaza el krausismo por extranjerizante y por su ambiguo romanticismo. Su crítica moral trata de desprenderse de la tradición; y se muestra contrario al racionalismo y el antropologismo, porque niegan toda trascendencia. También se mostró crítico con el uso de los neologismos y barbarismos en el lenguaje.