Felipe Bermúdez, la primera persona a la que el autor autorizó la lectura de esta novela que edita junto a otra editorial la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura a través del Servicio de Publicaciones, introdujo una obra que calificó como “novela fascinante, entretenida y entrañable”, situando a Rodríguez Berriel como uno de los pocos autores que ha tratado el género novelístico teniendo a la isla de Fuerteventura como tema central, al igual que hicieran antes autores como Vázquez Figueroa o Jonhathan Allen.

Los Majalulos, “término de origen bereber con que se denominaba a los guelfos a los que se agujereaba la lengua para que no se mamaran”, explicaba el autor, es una novela ambientada entre finales del siglo XIX y principios del XX, que retrata a través de la historia de un camello y un camellero un periodo que Bermúdez describió como una “época pretérita, cuyos restos se ha perdido ya salvo en la memoria de nuestros mayores, marcada por el caciquismo, la emigración forzosa, el abuso y la penosa supervivencia de la población majorera”.

Precisamente, y como señalaba Bermúdez, la importancia de esta novela radica en una naturaleza que oscila entre lo histórico y lo etnográfico: “las referencias a todo tipo de datos que aluden a las formas de vida, las costumbres, expresiones verbales, o los fenómenos naturales de la época son constantes en esta novela”. No en vano, la publicación incluye un amplísimo glosario de términos antiguos con su correspondiente definición de gran valor etnográfico.

Andrés Rodríguez Berriel, ingeniero de profesión, se definió a sí mismo como un hombre de ciencias con un enorme interés por la literatura, condición que le ha llevado a analizar con detalle y detenerse en Los Majalulos en la “descripción exhaustiva de todos los aspectos tecnológicos de las infraestructuras de principios de siglo”. El autor se mostró satisfecho de poder presentar al fin “una novela que comencé a escribir hace veinte años cuando tuve un infarto, a la que he dado un último empujón antes de que se me viniera el tiempo encima”.

La edición de este libro ha sido posible gracias a la colaboración de todos los ayuntamientos majoreros, la Fundación Manuel Velázquez Cabrera, el Centro de la Cultura Popular Canaria y el Cabildo de Fuerteventura.